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Los mejores y peores momentos del reencuentro de ‘O.T’ en Barcelona

Revive todos los detalles

No todos los concursantes han superado con nota el reto de volver a un Sant Jordi en un show que ha combinado buenas actuaciones con apariciones olvidables

A última hora desde organización han cambiado el listado de temas para que todos tuvieran el mismo protagonismo y la oportunidad de cantar de cantar en solitario en un escenario como el Palau

Àlex Garcia

Han pasado quince años desde que un formato de concurso televisivo musical que hermanaba a 16 concursantes, entonces desconocidos, se convertía en todo un fenómeno de masas en nuestro país. La explosión, que por inesperada todavía adquirió una areola más mitómana, no solo supuso unos espectaculares resultados de audiencia para la pequeña pantalla sino que se tradujo en el último aliento para una industria discográfica que se benefició de las ventas de álbumes de la mayoría de participantes una vez abandonaron el talent show. Aún así, ni el gurú más optimista presagió el 22 de octubre de 2001 que ese programa que se estrenaba, sin apenas expectación, acabaría resultando uno de los formatos más rentables de la historia de la televisión. La final, el 11 de febrero de 2002, fue un auténtico boom para la televisión pública que consiguió un histórico 68,0% de share, el día que millones de personas vieron a Rosa López ganar el concurso.

Fueron meses de emociones fuertes, palpables dentro y fuera de la llamada Academia, en un fenómeno de masas que ha revivido este 2016 en un concierto único en el Palau Sant Jordi donde la nostalgia y la emoción desbordada han vuelto a hacer acto de presencia emulando los encuentros histéricos que se vivieron aquellos días. Un nuevo baño de multitudes (todas las entradas vendidas hace tiempo) de 16 artistas que, durante dos horas, han retrocedido en el tiempo para reencontrarse con aquel embrión de intérprete que luchaba por asimilar la fama que les había asaltado de la noche al día. Si nos atenemos a la más cruda realidad, de todos ellos solo Bisbal sería, a día de hoy, capaz de llenar por si solo un escenario de tal calibre.

Y esa, en cierto modo, también ha sido la magia de la velada de Halloween; asistir a un ejercicio futurista para comprobar qué hubiera pasado si el éxito les hubiera tratado a todos a por igual. Quizás, como se ha visto, el mercado era demasiado pequeño para todos ellos. Y es que la luz de Rosa, Bisbal, Chenoa o Bustamante, por poner los cuatro ejemplos que el público más ha aclamado, no brilla sobre el escenario con la misma intensidad que la de otras caras conocidas que, a pesar de tener sus momentos, han actuado como comparsa de un show que, para ser completo, necesitaba de la unión de todos. Y eso que a última hora desde organización han cambiado el listado de temas para que todos tuvieran el mismo protagonismo y la oportunidad de cantar en solitario en un escenario como el Palau. 31 canciones con concesiones para todos y coreografías que, en algunos momentos, han parecido simples y poco trabajadas: grupos de chicos, de chicas, duetos, tríos, grupos, versiones y temas propios. Una macedonia con todo el espíritu de O.T con momentos imprescindibles que han hecho las delicias de un público intergeneracional más cercano a la nostalgia que al morbo, a la euforia y al ‘histerismo’ que a la crítica.

Coro de chicas versus coro de chicos

Tras unos minutos de remember con imágenes de los concursantes en la Academia hace 15 años proyectadas a través de las pantallas del escenario principal, todas las chicas de la primera edición han hecho acto de presencia para cantar el tema Lady Marmalade y, vestidas para la ocasión a lo Moulin Rouge, han encendido los ánimos de un Sant Jordi que empezaba a dejar claras sus preferencias femeninas: Chenoa y Rosa, las más aclamadas. Acto seguido, turno para los chicos que han entonado Corazón espinado de Santana con una coreografía más bien simple. Tres preferencias claras: Manu Tenorio, Bustamante y Bisbal, el más elegante con americana blanca y contraste de negros en camisa y pantalón. Alejandro Parreño ha sido el primer concursante en romper el hielo cantando, con calidad y en solitario Black Magic Woman de Santana para lucir su vena más rockera que ha ido de menos a más, aunque ha tenido una aceptación más bien discreta en el Palau. De las chicas, Natalia Rodríguez ha sido la encargada de estrenarse como solista y en cruzar la pasarela a pie de pista con la adaptación en castellano del tema Hero de Mariah Carey, con un vestido blanco que le ha dado un halo de película. De la primera vez que la interpretó en la Academia es innegable que hay un salto de calidad que su público ha sabido reconocer, también por su desparpajo a la hora de presentar a sus compañeros.

Montaña rusa de emociones: de la complicidad y a la fiesta a los silbidos para Camus que ‘chupa’ cámara

Rosa López y Manu Tenorio han interpretado con muchísima complicidad el popular Santo, Santo con un liderazgo de López que no ha tenido nada que ver en lo que vimos hace quince años. Rosa ya no es solo una bonita voz, ahora pisa fuerte el escenario y tiene presencia. Eso sí, se ha equivocado con el orden de presentación de sus compañeros. Un elegantísimo Bustamante enfundado en traje y pañuelo rojo ha interpretado, con algunas dificultades técnicas, uno de sus primeras canciones, Además de ti, uno de los temas más melódicos de la noche. Contraste que ha chocado con el emblemático Te quiero más de Fórmula Abierta (Geno, Mireia, Álex, y Javián) que, como era de esperar en una noche tan nostálgica, ha sido una de las más celebradas y bailadas en el Sant Jordi. El primero ‘momento karaoke’ ha llegado con ellos. Y para contrastes, la aparición de Juan Camus (para hacer un doblete que, en pocos segundos, ha evaporado la magia de la celebración para cantar, con algún silbido en la grada, el tema de Elton John Your song. Más carencias que virtudes en una de las interpretaciones más flojas de la noche, sino la que más. La versión de Angels de Robbie Williams, más propia de un karaoke popular que de un concierto en el Sant Jordi.

Homenaje a los primeros expulsados con Camus de figurante y Bisbal de ‘salvador’

Camus, que se ha tomado en serio el tema de la igualdad de protagonismo en el concierto, ha permanecido en el escenario para ver como iban apareciendo los primeros expulsados para cantar en solitario, todos ellos con muchas carencias de afinación, temas como Átame a tu piel (Geno), Hijo de la luna (Mireia) o Vivir sin aire (Javián). Tampoco ha ayudado mucho para valorar su actuación que la organización haya decidido poner a Bisbal en siguiente lugar. El almeriense ha dado una lección de presencia y de cómo hay que comerse un escenario rescatando su Ave maría que ha provocado otro de los subidones de la noche de un Palau, ahora sí, entregado de nuevo, tras el ‘coitus interruptus’, de los diez minutos anteriores.

Solos ante el Sant Jordi

Sí, Ave María purísima. Bisbal ha dado vida, y Gisela, la ha cantado. Su Vida, uno de sus primeros temas, también muy coreado, ha rallado a buen nivel aceptando el listón puesto por su compañero andaluz. Eso sí, al final del tema ha salido su vena más ‘campanilla’ para presentar, ultraemocionada a Tenorio que ha cantado su primerizo Tu piel. Su compatriota Fergó ha dejado bien alto el pedestal andaluz con una buena interpretación de Brisa de esperanza, una de las canciones con que se dio a conocer. La suya ha sido una de las actuaciones más valoradas. Verónica Romero, con Bésame, tampoco ha convencido, musicalmente hablando a un público que parece que le tiene más estima por su manera de ser que de cantar. Tras ella, Naím Thomas ha interpretado con estilo y gracia su Ven a funky Street, una canción que ha sido recibida con cierta indiferencia a pesar de las ganas que le ha puesto el actor. “Nos habéis cambiado la vida dos veces”, decía Thomas tras animar a la gente a corear el grito de guerra de la noche ‘O.T 1’.

Dueto de ensueño y otros ‘revivals’

Si se trataba de recuperar algunas de las colaboraciones más impactantes de la primera edición de Operación Triunfo, hay canciones que no podían faltar en una noche como esta. Una de las más celebradas, el dueto entre Chenoa (quizás la más aclamada por el público) y Rosa López, con su Sueña, tema de El jorobado de Notre Dame. Elegantes y emocionadas han interpretado una de las canciones de la velada, “ahora que el cariño no está de moda”, según ha admitido la propia argentina. Otro de los ‘revivals’ esperados ha sido el de Natalia y su Vas a volverme loca, poniendo de relieve que es una de las concursantes que mejor se mueve sobre el escenario. No es de extrañar que se refieren a ella como la Britney Spears española, adrenalina en estado puro para un Sant Jordi que ha valorado con creces su actuación. Vero y Thomas han unido fuerzas para interpretar después otra de las baladas de la noche, un aplaudido I finally found someone de Barbra Streisand. El valenciano Alejandro ha recuperado el tema con el que más éxito tuvo, Ellas, también muy recordado y cantado por el Sant Jordi que ha valorado su faceta más enérgica.

Bisbal hace de Alejandro Sanz y Marc Anthony, Chenoa, a punto de hacer ‘una Janet Jackson’ mostrando ropa interior

Ya emocionó hace unos años cuando la cantó por primera vez, y Bisbal lo ha vuelto a hacer con el Sant Jordi a sus pies, quizás el momento más cómodo para el almeriense al interpretar ¿Y si fuera ella? de su amigo Alejandro Sanz con todo el Palau haciéndole coros. Sin duda, un repertorio hecho a medida para que Bisbal brillara cada vez que salía. El intérprete ha completado su momento llamando a Rosa para cantar de nuevo otro clásico de la gira que hicieron hace 15 años, Vivir lo nuestro. La calidad vocal de ambos ha quedado fuera de todo duda en otros de los duetos de la velada con una Rosa que ya se siente cómoda con los temas más bailables. Por si fuera poco, Bisbal ha obsequiado a los suyos con su tradicional pirueta que ya ha desaparecido de sus conciertos. “Hace 15 años que no doy la vuelta, que me he mareado”, bromeaba del artista. Los andaluces han dado paso a otros de los duetos esperados de la noche, Gisela y Bustamante que han revivido Vivo por ella de Andrea Bocelli. Los intérpretes conservan intacta su química. Tras la sobredosis de azúcar, energía de la mano de una Chenoa que parece sobrada con el reto de cantar en el Sant Jordi. Su Atrévete ha sido otro de los momentos más celebrados del show. Carisma a raudales de una artista querida que se come el escenario cuando sale, aunque que tenga que mostrar parte de su ropa interior. Eso sí, con naturalidad.

Morreo entre Tenorio y Fergó y ‘pelea de gallos’ Busta y Álex

Dos de los duetos más esperados de la noche, eran, sin duda, el de Fergó y Tenorio evocando Noches de Bohemia de Navajita plateá, una canción sentida que ha conquistado al Palau, especialmente cuando los artistas se han fundido en un beso final en la boca para celebrar su actuación. La ternura se ha esfumado con la presencia de Busta y Casademont, interpretando su querido por el público Dos hombres y un destino, que han interpretado en plan ‘macarrra’ ante el regocijo del sector femenino. Al final, como era de esperar, se han fundido en un abrazo y han hecho cantar a capela al público del Sant Jordi parte del estribillo.

Chenoa y Bisbal, ya no se esconden y reivindican su amistad

Sin duda, era ‘el momento’. Desde que se supo que Chenoa y Bisbal cantarían de nuevo Escondidos, a pesar de la distancia que mantienen tras su ruptura, pasó a ser la comidilla del show. Al final, ambos han demostrado que, por encima de todo son profesionales y, aunque el público celebraba como si fuera un gol cada acercamiento entre ambos, se han limitado a hacer un precioso dueto que, sin tener la química de las primeras veces, no ha defraudado ni en intensidad ni en emoción. “Quiero decirte Chenoa, Laura, para mi ha sido un privilegio revivir esta canción contigo. Que lo sepa la gente, por favor”, ha espetado el almeriense a manera de reivindicación mientras Chenoa, muy emocionada, rompía a llorar. Frase final, “mientras que hacemos el amor” y un abrazo sincero culminado con un “ahora sí”. “Te quiero mucho, lo sabes, y quiero mucho a tu familia”, ha finalizado Laura.

Celebración y lágrimas finales

El final de fiesta estaba cantado. Una de cal y otra de arena. El éxtasis, Europe’s living a celebration, el eurovisivo que ha cantado de nuevo Rosa con sus coristas de lujo: Chenoa, Bustamante, Bisbal, Gisela y Geno. El Sant Jordi se ha venido abajo preparando ya la despedida final con los 16 concursantes cantando Mi música es tu voz, el himno de esta edición que ha emocionado a más de uno en el Palau y a los propios artistas. La estrella ha brillado, sin duda, cuando han estado todos juntos, unidos. A título individual, es comprensible que no se hayan cumplido todos los sueños aunque, eso sí, los fans del concurso se han marchado a casa reviviendo con emoción un pedazo de su pasado. Y es que a veces, no hay que buscar más pretensión que esa. Pasar un buen rato.