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Kia Sportage PHEV, ideal para los más racionales

A prueba

Esta motorización híbrida enchufable puede ser la más lógica y racional de la actualizada gama Sportage

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Ya hemos traído al canal otras versiones de este renovado Kia Sportage, pero hoy le toca el turno a la versión que tal vez sea la más racional y funcional de todas, al menos para una gran parte de su potencial público. Estamos hablado del Sportage PHEV o híbrido enchufable.

Con sus 265 CV este Sportage es el más potente de toda la gama, pero no es precisamente por ese factor que sea una de las alternativas más aconsejables, si no por su naturaleza híbrida enchufable y su consiguiente etiqueta Cero.

Esta versión con etiqueta Cero mantiene inalterable las características de habitabilidad, equipamiento y calidad del resto de la gama Sportage.

Una etiqueta que se consigue gracias a una compacta batería de solo 13,8 kWh de capacidad, con posibilidad de recargarse en la red eléctrica y una autonomía 100% eléctrica oficial de 70 kilómetros.

Como ya viene siendo habitual en el segmento de los híbridos PHEV convencionales, esta batería solo es recargable en conexiones de corriente alterna, es decir, no acepta carga rápida. Esto último es algo que no tiene mayor importancia, ya que por un lado reduce costes y por otro, con su potencia máxima de conexión de 7,5 KW solo tarda 2,2 horas en reabastecer el 100% de la energía.

Es el más potente de toda la gama, pero su mayor virtud es la rentabilización de las cargas eléctricas en comparación con la gasolina, al menos para un tipo de uso muy concreto. 

Este Kia Sportage PHEV también simplifica al máximo sus modos de uso, al menos en lo que a gestión energética se refiere. Su sistema híbrido está completamente automatizado, con sus modos seleccionables; Hybrid, Eléctrico y Auto, eliminado otras complejas y poco rentables funciones, como la auto recarga de la batería utilizando en exclusiva el motor de combustión.

El modo eléctrico sirve para aprovechar al máximo la batería y conseguir un consumo real de gasolina de 1,3 litros a los 100 km, muy cercano al litro que anuncia el fabricante. Eso evidentemente aprovechando cargas del 100%, en una conducción muy tranquila, además de desarrollarse en entornos de mucha ciudad y poco o nada de vías rápidas. En esas condiciones hemos conseguido alcances de hasta 65 kilómetros reales.

Para un tipo de usuario muy concreto

Si haces pocos kilómetros por ciudad y siempre cargas el coche en red, ésta es tu motorización ideal

Con esas cifras es fácil entender que este coche es ideal para aquellos que hagan ese kilometraje (o menos) por trayecto y aprovechen al máximo las conexiones eléctricas en casa o donde sea, porque una vez consumida esa batería el gasto de combustible, ya sea en modo híbrido o automático, subirá por encima de los 7,5 litros, una cifra que tampoco es tan descabellada ya que lo sitúa en la media de otros SUV con motores térmicos de gasolina de similar potencia y lo habilita para afrontar viajes de mayor o menor entidad.

Como vemos se trata de un coche pensado para un usuario muy específico, en especial en cuanto a optimización de consumos, recargas y uso, pero no por ello es un vehículo con carencias dinámicas. Los 265 CV y su par medio de 350 Nm, son fruto de la combinación de los 180 CV del motor 1.6 gasolina y los 91 CV del eléctrico, unas prestaciones más que sobradas y que además se gestionan con la eficaz transmisión automática.

Prestacionalmente es un coche muy completo y con un estilo de conducción muy normal y sin extrañas sofisticaciones tecnológicas de otros PHEV.

Se trata de un clásico cambio automático de ocho velocidades con convertidor de par y que a diferencia de otros cambios de tipo variador, ofrece una respuesta muy familiar para aquellos conductores acostumbrados a una caja de marchas de toda la vida. Esto se une a un funcionamiento muy acertado, tanto en conducción tranquila como un poco más reactiva.

Otro detalle positivo es que este PHEV también ofrece un esquema de tracción integral con reparto mecánico, lo que supone un plus para aquellos que necesiten un extra en la movilidad bajo cualquier circunstancia. Además, cuenta con una electrónica de control de tracción específica para uso off-road, como son un control de descensos y los modos nieve, de arena y el modo barro que el otorgan un plus motriz en pisos complicados.

La tracción total con reparto automático de par y varios programas electrónicos de tracción le dan un elevado plus en pisos de baja adherencia, pero no deja de ser un crossover al uso. 

Aun así, hay que tener en cuenta que estamos ante un coche de estilo crossover y aunque equipa un bastidor relativamente elástico y con una altura libre al suelo aceptable (17 cm) su bastidor está más pensado para el asfalto que para un uso todoterreno propiamente dicho.

En general sus suspensiones son relativamente firmes, aunque con un claro enfoque hacia el confort, donde destaca tanto por la elasticidad de sus suspensiones independientes, como por el correcto aislamiento acústico y de vibraciones del conjunto.

Con esta motorización PHEV de etiqueta Cero el Sportage es una buena herramienta para movernos a diario en ciudad y con la libertad de afrontar viajes sin las limitaciones de los 100% eléctricos.

En una conducción dinámica, y gracias al modo Sport, cumple sobradamente gracias a una dirección precisa, una suspensión que contiene los balanceos de carrocería y a una frenada a la altura del incremento de peso del conjunto (1.900 kg en vacío). De todas formas, hay rivales del segmento SUV PHEV que, aún de menor potencia, lo superan en cuanto a dinamismo de bastidor se refiere.

Por lo demás, sigue gozando de las ventajas de un coche moderno a nivel estético, con una carrocería crossover de 4,5 metros, cinco plazas útiles, con unas plazas delanteras cómodas y unas traseras en las que destaca el espacio de las piernas y altura en general, además de ofrecer un maletero de 540 litros ampliable a 1.720 litros para esta versión híbrida enchufable.

Mantiene el diseño, la tecnología y el alto compromiso de calidad del resto de la gama Sportage, pero este acabado Tech es el más interesante en cuanto a precio y equipamiento. 

Lo mismo ocurre con el equipamiento que en general es muy alto, especialmente desde el acabado Tech, que probamos hoy y en la versión GT-Line que es la más alta de todas.

Todas ellas mantienen la espectacular pantalla panorámica curva (que en realidad son dos de 12,3 pulgadas) de buena resolución, infografía muy visual y unos menús bastante completos y personalizables mediante la función de ventanas widgets. Eso sí, el Andorid Auto y el Apple CarPlay siguen necesitando la conexión por cable para su integración con el sistema.

La habitabilidad es más que correcta, con unas plazas delanteras amplias y cómodas y una segunda fila con capacidad de acoger sin grandes estrecheces hasta tres pasajeros.

Los acabados son otros de los aspectos que siempre hemos destacado en esta nueva generación Sportage y que en este PHEV se mantienen en ese compromiso alto y de calidad. En general destaca el uso generalizado de los plásticos blandos de buen montaje, aunque tal vez con un uso excesivo de plásticos de color negro piano, muy vistosos pero que disimulan muy mal la suciedad, el polvo o cualquier pequeño rallado en su superficie.

Por supuesto como toda la gama, el cuadro de ayudas a la conducción es del más alto nivel, con elementos como el sistema de aviso y mantenimiento de carril dinámico,la asistencia de frenada con reconocimiento de peatones, el control de crucero con función de Stop&Go y las luces dinámicas y automáticas.

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De hecho, y como opción este acabado Tech solo deja mediante un pack denominado Luxury el asistente de marcha atrás para evitar accidentes de tráfico cruzado, la cámara de 360 grados y el sensor de tráfico lateral con proyección de imágenes en el cuadro de mandos.

Actualmente, los precios de esta gama, con las promociones de marca ya incluidas, (que no las ayudas oficiales) van desde los 45.900 euros de la versión más básica Drive, pasando por los 48.700 euros de esta versión intermedia Tech y llega al tope de 54.600 euros del GT-Line, de equipamiento y aspecto más deportivo de todos.

Kia Sportage PHEV

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