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Mazda CX-60 PHEV, el crossover japonés premium con etiqueta Cero

A prueba

Mazda planta cara a los premium alemanes en el mismísimo corazón de los crossovers híbridos enchufables

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El nuevo Mazda CX-60 e-Skyactive PHEV nada tiene que envidiar a los y lujosos crossovers europeos. Como veremos, llega con un nuevo concepto de diseño, acabados de primer orden y un completo equipamiento que convierten a este híbrido enchufable en una alternativa muy real en este exclusivo segmento y donde podrá mirar cara a cara a modelos como el Audi Q5, el BMW X3 o el Mercedes GLC.

En lo estético no es ningún misterio que la marca japonesa, con su nueva filosofía de diseño -que denominan Kodo- está avanzando a hacia cotas sobresalientes y este CX-60 no es una excepción, siendo capaz de conjugar unas líneas contundentes, pero con una innegable elegancia y en especial en este acabado Takumi, con elementos cromados en frontal y laterales.

El Mazda CX-60 apuesta por una estética tan elegante como deportiva. 

Al margen de estéticas y gustos personales, el Mazda CX-60 es un coche grande, son 4,75 metros de largo, 1,98 de ancho y 1,68 m de alto, un modelo que, con su carrocería SUV, nos ofrece una habitabilidad más que destacable para cinco ocupantes, además de un gran maletero.

En el espacio de carga el Mazda nos ofrece 570 litros teóricos, que es más de lo que ofrecen sus rivales, un maletero diáfano y con un piso de dos alturas, ideal para guardar bajo el piso los cables de esta versión híbrida enchufable.

El maletero ofrece una de las mejores capacidades del segmento, además de tener detalles funcionales y modulares.

A las plazas traseras se puede acceder por unas puertas de buena apertura y una vez sentados disfrutaremos de un correcto espacio para las piernas y destacable en la altura total. Como en todo el segmento la anchura es correcta para dos pasajeros y más justa para tres, y no tanto por su anchura si no por las formas centrales del mullido y tapizado de asientos laterales.

En las delanteras tenemos un hueco generoso, con unas butacas cómodas y bastante elevadas con respecto al tráfico. Pero tal vez lo que más destaca del nuevo CX-60 es el diseño interior y no solo lo decimos por el cambio radical de una marca que históricamente apostaba por unos interiores sobrios, sino que incluso mejoran la buena calidad de acabados de sus productos. Ahora este modelo, con este acabado Takumi, nada tiene que envidiar a esos modelos Premium que hacemos referencia, de hecho, incluso en algunos aspectos los mejora, con toques de color madera y unos plásticos muy bien rematados.

El diseño interior de los Mazda es cada vez más elegante y atrevido, lo que sumado a las terminaciones de este acabado Takumi se consigue un resultado de notable calidad y elegancia. 

En aspectos más funcionales vemos que la marca nos ofrece dos pantallas, ambas de 12,3 pulgadas, la del cuadro de mandos con una completa información para la conducción y una buena visibilidad y la central que no es táctil durante marcha y que tiene unos menús bastante sencillos.

El hecho de que no sea táctil en marcha tampoco es un problema porque, primero, está muy alejada desde el puesto de conducción y del asiento del acompañante, lo que no facilita su control, y segundo, porque todo se puede gestionar mediante el dial de la consola central, que dado lo sencillo de sus menús resulta bastante intuitivo. Por último, tampoco prescinde de botones y controles físicos, como los del sistema de audio, el climatizador o el chasis adaptativo, otro punto positivo en un uso casi automático de estos elementos.

PHEV con etiqueta Cero

Este modelo híbrido enchufable de altas prestaciones cubre una oferta muy demandada en nuestro mercado

En cuanto a mecánicas esta versión responde al acabado e-Skyactive PHEV, es decir; el primer híbrido enchufable de la marca japonesa para Europa, un modelo que por lo tanto que llega a lo grande.

Se trata de una plataforma que combina un motor gasolina atmosférico de cuatro cilindros y 2,5 litros, capaz de asegurar por sí mismo 191 CV de potencia y 261 Nm y al que se le añade un motor eléctrico de otros 175 CV y 270 Nm. Aun así, la marca a establecido una potencia combinada máxima de 327 CV y un par de 500 Nm.

Las plazas traseras son amplias y cómodas, con mucho espacio para las piernas y la cabeza. 

Todo esto se gestiona mediante un nuevo y revolucionario cambio automático de multiengranajes con embrague multidisco y ocho relaciones, más un esquema de tracción total mecánica convencional que le permiten unas prestaciones sobresalientes con una capacidad de a aceleración -5,8 segundos para el 0 a 100 km/h- así como una capacidad de recuperación a velocidades medias realmente solvente.

En general es una combinación muy equilibrada, con una capacidad de conducción muy relajada pero siempre dispuesto ante las aceleraciones rápidas. De todas formas, es cierto que el cambio, aunque muy eficaz, presenta en algunos momentos de ligeros tirones en las reducciones, lo que difumina un tanto su impecable funcionamiento.

La alimentación eléctrica de esta versión solo está disponible en carga convencional de corriente alterna, es decir, no tiene carga rápida. 

Pero es que además este coche es un híbrido enchufable y se aprovecha de su compacta batería de 17,8 kWh, lo que sobre el papel le asegura una autonomía 100% eléctrica de 63 km y con ello la etiqueta Cero.

Lo cierto es que nosotros no hemos llegado a estas cifras de alcance eléctrico, más bien nos hemos movido por cifras de 50 km en modo eléctrico y con un consumo de gasolina de dos litros, o alcances de hasta 350 km en modo híbrido con gastos de entre 4 y 6,5 litros de gasolina. Pero atención, porque una vez esta descargada la batería ese consumo de gasolina sube por encima de los 9 litros.

Para conseguir la máxima optimización a nivel de consumos deberemos apostar por utilizar al máximo las cargas de la batería.

Por supuesto tiene diferentes modos de utilización como es el eléctrico o EV y que podemos seleccionar o descartar mediante un botón en la consola central y el modo híbrido convencional de gestión automática que siempre trabaja por defecto. También tiene un sistema de regeneración de batería mediante un sistema de retención variable mediante el menú central, así como forzar la utilización del propio motor de gasolina como cargador de la batería.

De todas formas, lo óptimo para la recarga de dicha batería será mediante la conexión externa. En este caso el CX-60 admite puntos de carga convencionales de corriente alterna de hasta 7,4 kW con tiempos de espera de 2 horas y media y de más de seis si esa potencia baja por debajo de los 3 kW.

Su bastidor está pensado para un uso de asfalto con un amplio margen de confort y seguridad, aunque tampoco se arruga en una conducción por pistas en buen estado.  

Dinámicamente el bastidor del Mazda CX-60 está muy conseguido a nivel de calidad de rodadura y dinamismo general, además cuenta con un bastidor adaptable Mi-Drive, que conjuntamente con el modo EV añade los modos Normal, Sport, Towing o remolque, además de la opción off-road.

Estos modos solo trabajan en los campos de respuesta de motor, el sistema híbrido, la respuesta del cambio, la dirección y de la tracción total y su electrónica de ayudas a la conducción, por lo que las suspensiones se mantienen inalterables en un compromiso que se caracteriza por un alto aplomo en vías rápidas y un confort más que notable, tanto por la elasticidad general de estos elementos como por el buen asilamiento del conjunto.

El Mazda CX-60 PHEV es un modelo que deberíamos contemplar en el caso de querer un crossover de filosofía premium y etiqueta Cero. 

En pistas el esquema de tracción trabaja de manera solvente en el reparto de par, mientras que la electrónica, con un control de descensos incluido lo hace muy apto en pisos de baja adherencia, aunque no excesivamente flexible en cuestión de bastidor sobre terrenos muy rotos.

En definitiva, lo que este Mazda CX-60 PHEV nos ofrece es un coche muy completo que, dependiendo del acabado elegido, tiene un equipamiento muy completo y que solo se permite completar con una serie packs cerrados y que lo sitúan como una auténtica alternativa a esos modelos premium que estamos nombrando durante toda la prueba.

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Además, su precio, al menos el de esta versión híbrida enchufable sigue siendo muy ajustado para las prestaciones y equipamiento que ofrecen sus acabados y que van desde los 53.000 euros de la versión más sencilla Prime Line hasta los 60.000 euros de este acabado Takumi.

Mazda CX-60 PHEV

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