Esto es lo que se siente al conducir un coche eléctrico
Peugeot resuelve todas las dudas entorno a la conducción de este tipo de vehículos que no contaminan ni hacen ruido
La fiebre de la electromovilidad cada vez es más presente en nuestras carreteras. A medida que evolucionamos, la movilidad va adaptándose a los cambios y a las necesidades futuras. Sin embargo, aunque el interés por estos coches que no emiten contaminantes ni ruido está en auge, aún les queda un largo camino para desdibujar los patrones tan arraigados de los combustibles tradicionales.
Cuestiones como el precio, la autonomía y la vida útil de las baterías de los coches eléctricos aún frenan a muchos usuarios a dar el gran paso hacia la electromovilidad. Para aclarar algunas de las principales dudas, esta vez Peugeot, que ya publicó una guía para la compra de estos vehículos, ha recogido una serie de información para resolver todas esas cuestiones entorno a la conducción de este tipo de vehículos.
Si bien es cierto que los aspectos básicos de la conducción entre un modelo convencional y uno eléctrico no son tan diferentes, sí que existen muchos matices que hacen que la experiencia se convierta en algo muy diferente.
1.¿Qué sonidos emiten?
El silencio y la calma son estados poco frecuentes en la actualidad. Estamos tan acostumbrados a la sonoridad y a las vibraciones que provoca un motor de combustión –que, al fin y al cabo, funciona por la explosión controlada de combustible- que desplazarse en calma y silencio nos traslada a otra dimensión en la conducción. El bajo nivel de emisiones sonoras de los motores eléctricos es una de las grandes ventajas que presentan este tipo de automóviles. Esto ayuda a reducir la contaminación acústica, algo muy importante en ciudades, y que no solo agradecerán los conductores sino también el resto de usuarios de la vía.
De todos modos, ante el riesgo que suponía para la seguridad vial que fueran tan silenciosos, el reglamento europeo obliga a los fabricantes a que incorporen sonidos de alerta de presencia a bajas velocidades, desde que arranca el motor hasta alcanzar los 20 km/h y también cuando circula marcha atrás.
2. ¿Cómo es la conducción?
El paso del tiempo y el tipo de conducción son factores que tienden al desgaste de nuestro automóvil, lo que hace que aumenten las averías y que la conducción se haga más pesada. Estos problemas son menores en el caso de los vehículos eléctricos ya que la mayoría de ellos no tienen caja de cambios ni embrague, lo que facilita las funciones del usuario, solo hay que centrarse en dos pedales: acelerador y freno; y hace que sea más cómodo circular, sobre todo en ciudad o circulando en tráfico denso, con constantes cambios de velocidad.
El dato
La ausencia de los componentes mecánicos tradicionales en este tipo de vehículos permite una reducción de las averías, y, por tanto, un ahorro en forma de gastos de mantenimiento
Asimismo, la conducción será más fluida porque no habrá tirones ni la más mínima variación de empuje entre marchas y la ausencia de los componentes mecánicos tradicionales (ni embrague, ni filtros, ni correas de distribución…) permite una reducción de las averías, y, por tanto, un ahorro en forma de gastos de mantenimiento.
3. Un empuje sorprendente
Otra de las grandes sorpresas de los eléctricos es la gran sensación de empuje que transmiten. Toda la potencia está disponible desde el primer instante, en cuanto pisamos el acelerador. Una de las labores de los ingenieros ha sido dosificar esa entrega de fuerza y el conductor ha de acostumbrarse a la inmediatez de la respuesta. Si queremos disfrutar de prestaciones puras, el coche eléctrico nos va a sorprender, pero si queremos alargar la autonomía y contener el gasto de energía, debemos dosificar el acelerador o dejar que la tecnología trabaje por nosotros, seleccionando un modo de conducción que prime la suavidad y el bajo consumo energético.
4. Ofrecen diferentes tipos de conducción
Los vehículos eléctricos pueden ofrecer diferentes modos de conducción que se adapten a tu conducción, al terreno y a tus necesidades. A modo de ejemplo, Peugeot explica que sus modelos eléctricos e-208 y el e-2008 ofrecen tres modos de conducción, Eco, Normal y Sport, para sacar el mejor partido posible a su motor y batería.El primero prioriza diferentes elementos para conseguir el mínimo gasto de energía y optimizar la autonomía. El intermedio busca el equilibrio y el confort óptimo para un uso diario. El modo Sport da prioridad a las prestaciones y sensaciones.
5. ¿Frenar con el acelerador?
Este tipo de automóviles cuentan con un sistema que permite recuperar parte de la energía que se libera en la frenada y canalizarla a las baterías. De igual forma, la retención del motor eléctrico hace la misma función. Estos sistemas son tan efectivos que un buen conductor de vehículo eléctrico que sepa anticipar los momentos de recuperación de energía será capaz de ampliar su rango de autonomía y economizar el gasto energético. Asimismo, le permitirá no tener que recurrir a los frenos en deceleraciones normales, lo que también implica un ahorro en el mantenimiento de los frenos.
6. Más seguridad
La masa de las baterías eléctricas aumenta el peso total de los coches eléctricos. No obstante, al estar instaladas en el suelo del vehículo, tienen un centro de gravedad muy bajo. Además, al no disponer de un pesado motor sobre el eje delantero, el reparto de pesos entre ejes está muy equilibrado. Estas características se traducen en una mayor seguridad, en reacciones más neutras al tomar las curvas y en una gran sensación de aplomo a cualquier velocidad.
7.Conducción eficiente y ecológica
El modo suave, fluido y silencioso de funcionamiento de los coches eléctricos; y sus características de autonomía, tiempo e infraestructura de recarga, nos ayudan a realizar una conducción más eficiente. En otros artículos ya explicamos en qué consiste este tipo de conducción y los beneficios que comporta, entre ellos una circulación más ecológica, civilizada y amable.
El dato
El modo suave, fluido y silencioso de funcionamiento de los coches eléctricos nos ayudan a realizar una conducción más eficiente
8. La autonomía
La forma en la que conducimos un eléctrico afecta a su autonomía. Esto también sucede, en menor medida, con un automóvil de combustión; que tiene a su favor una mayor red de puntos de repostaje y un menor tiempo para llenar su depósito.
A lo largo de los últimos años, las baterías han dado un salto tecnológico que ha permitido a los fabricantes aumentar la autonomía y la velocidad de carga, manteniendo la misma forma, volumen y peso de las baterías. Algunas de las promesas más atractivas se mueven entre los 400 y 600 kilómetros, pero tienen un coste muy elevado. Un coche eléctrico de tipo medio y de precio más o menos asequible cuenta con una autonomía de unos 240 kilómetros, la distancia media que recorren los automovilistas en España cada semana, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto lo convierte en una muy buena opción para los desplazamientos en la ciudad, pero si tu idea es hacer un viaje es muy importante que hagas una buena planificación de los puntos de carga que te encontrarás en el camino. Este artículo te ayudará a entender todo lo relacionado con la recarga de tu coche eléctrico
La infraestructura de puntos de carga públicos sigue creciendo a un ritmo acelerado (ya hay más de 225.000 en Europa). Peugeot apunta que las claves para utilizarlos es poder localizar los puntos más cercanos y poder pagar la recarga en ellos. Para ello, la marca francesa lanzó al mercado la app ChargeMyCar de Free2MovemServices, que localiza los puntos de carga disponibles y compatibles con tu vehículo, te guía hacia ellos, organiza itinerarios y hace un seguimiento de tu consumo; ya sea desde un smartphone o en la pantalla del coche. Este servicio también ofrece una tarjeta de pago única y una solución de acceso universal para recargar tu coche eléctrico en la mayor red europea de puntos de carga.