Este Ferrari clásico no lo podrías comprar ni con cien décimos premiados del Gordo de Navidad
El 250 GTO no es el coche más potente del mundo pero sí el más caro
El 22 de diciembre se celebra el tradicional sorteo extraordinario de lotería de Navidad. La suerte repartirá un total de 2.310 millones de euros en premios y numerosos españoles cruzarán los dedos para que los niños del colegio San Ildefonso canten alguno de sus boletos.
Un billete agraciado con el Gordo, con una dotación de 400.000 euros, permite cumplir buena parte los sueños de muchas personas. Hacer un viaje a todo lujo, cancelar la hipoteca, abrir un negocio, “tapar agujeros”, ayudar a la familia o sencillamente vivir de manera más tranquila a nivel económico, son solo algunas ideas de lo que se puede hacer con el dinero.
Por supuesto, cambiar el coche es otra opción muy recurrida. Sin embargo, el vehículo protagonista del artículo no se podría pagar ni con diez series del número premiado con la máxima dotación. Sí, habéis leído bien, cuesta más de 40 millones de euros, por lo que podemos afirmar que se trata del automóvil más caro del mundo. Nos referimos al Ferrari 250 GTO de 1962, una joya muy preciada entre grandes coleccionistas y que actualmente está a la venta en Talacrest , seguramente el mejor y mayor especialista comercial en Ferraris clásicos.
En agosto de 2014, Bonhams subastó otro modelo coetáneo en el marco del concurso de elegancia de Pebble Beach (Estados Unidos) y el máximo pujador se lo llevó a casa previo pago de 38,11 millones de dólares. Sin embargo, dicha cifra estratosférica no es la mayor que se ha abonado por este superdeportivo; un año antes el coleccionista Paul Pappalardo vendió a un comprador anónimo una unidad de 1963 por nada menos que 52 millones de dólares.
En agosto de 2014, Bonhams subastó otro modelo coetáneo y el máximo pujador se lo llevó a casa previo pago de 38,11 millones de dólares”
Con estos precedentes y teniendo en cuenta el estado de conservación del ejemplar de Talacrest, con el chasis 3387, es muy posible que el precio final que se pague por él sea de récord. Esta unidad fue la segunda de las pocas que se fabricaron (menos de 40) y la primera en competir. Su debut tuvo lugar en la prueba de resistencia 12 Horas Sebring (1962); los pilotos Phil Hill (campeón del mundo de F1) y Olivier Gendebien consiguieron acabar segundos en la general y primeros en su categoría.
Ese mismo año, el neoyorquino Robert “Bob” Grossman lo adquirió y participó en las 24 Horas de Le Mans, donde acabó sexto de la general y primer de su clase. Tras competir en otras ocho carreras, vendió el Ferrari a uno de sus copilotos, Mike Gammino, quién siguió compitiendo. En total, este 250 GTO participó en 27 carreras y subió a 17 podios.
En 1997 y tras pasar por varias manos, fue adquirido, ya restaurado, por el coleccionista norteamericano Bernie Carl, que durante 19 años lo ha utilizado para participar en carreras y otros eventos. Y ahora vuelve a estar disponible para quien lo pueda pagar.
Este magnífico Ferrari clásico, diseñado por Sergio Scaglietti, monta un propulsor de 300 caballos, que le permite alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h. No es el coche más prestacional del mundo, pero sí el más inalcanzable para la inmensa mayoría de personas.
Este magnífico Ferrari clásico, diseñado por Sergio Scaglietti, monta un propulsor de 300 caballos , que le permite alcanzar una velocidad máxima de 250 km/h”