Elegir el nombre para bautizar un modelo de coche es como elegir un nombre para un bebé. Debe reflejar la personalidad y las características del vehículo, al igual que un nombre de bebé refleja la identidad y el significado para sus padres. Pero además, debe encajar con los valores de la marca y tiene que ser fácil de pronunciar en la mayoría de los idiomas.
“La seña de identidad de la marca y el carácter del modelo son lo primero a tener en cuenta”, explicaba Lucas Casasnovas, director de Marketing de Producto de Seat, en puertas de que el fabricante español desvelara el nombre que le iba a poner al SUV que lanzó al mercado a finales de 2017. Tarraco fue el nombre elegido por votación popular entre las más de 10.000 propuestas recibidas.
Tarraco, la actual Tarragona y una de las principales ciudades de Hispania durante el Imperio romano, emergió como la elección definitiva sobre otros nombres que representaban topónimos de la geografía española. Alborán, Aranda y Ávila fueron los otros tres topónimos finalistas. Y es que Seat había puesto como condición que su flamante SUV llevara el nombre de un lugar de la geografía nacional.
La tendencia de Seat de bautizar sus nuevos modelos con el nombre de una localidad española se remonta a 1982. Fue el año en el que salió al mercado el Seat Ronda, un turismo del segmento C que representaba una versión rediseñada del Seat Ritmo. Con el nombre de esta localidad malacitana, el fabricante español abría camino a otras denominaciones que han hecho furor entre los usuarios: Ibiza, Córdoba, Toledo, Marbella… convertidas hoy en todo un clásico en el panorama de la industria automotriz.
Andalucía es la comunidad que más ha inspirado a Seat: Ronda, Málaga, Marbella, Córdoba y Alhambra han puesto nombre a sus coches
La elección del nombre Ronda para uno de sus modelos, marcó el comienzo de una nueva estrategia para Seat, que optó por nombrar sus vehículos con nombres de ciudades y lugares emblemáticos de España. Rompía definitivamente con la tendencia inicial de la firma de bautizar sus creaciones con números. El Seat 1400 fue el primer modelo que salió de las instalaciones de la Zona Franca de Barcelona y después le seguirían otros superventas de la época: el 1500, 600, 850, 124, 1430, 127, 133…
Entre estas dos etapas, es decir, entre la época que los modelos de Seat fueron conocidos por hasta cuatro cifras (1953-1976) y hasta la primera denominación con el nombre de una localidad española (1982), la marca sacó al mercado tres modelos que no respondían a ninguna de estas dos características. El Seat Panda, el Seat Ritmo y el Seat Fura son vistos en perspectiva como puntos de inflexión en la estrategia de denominación de la marca, introduciendo una nueva forma de identificar y posicionar sus vehículos en el mercado.
El nombre de Tarraco fue elegido por votación popular entre una terna de finalistas que completaban Alborán, Aranda y Ávila
Para elegir el nombre que se le va a poner a un nuevo modelo se tienen en cuenta muchos factores. Debe ser único y fácil de recordar y de pronunciar. Para lo primero, es indispensable consultar si el nombre deseado está registrado por otras marcas en cualquiera de los países donde se venderá el producto. En el caso de Seat, sus coches se exportan a más de 80 países.
“Para que un nombre sea sencillo de recordar no puede ser demasiado largo”, admite Casasnovas, y esta es una de las razones por los que los nombres que Seat elige para sus modelos acostumbran a tener dos sílabas o tres como máximo. Asimismo, también es importante comprobar que funcione a nivel fonético.
El nombre con que Seat ha nombrado a sus modelos desde la aparición del Seat Ronda en 1982 nos lleva a una vuelta a España que pasa por 8 comunidades autónomas, incluidas las islas Canarias (Arona) y las islas Baleares (Ibiza e Inca).
Andalucía es de largo la región más representada en la toponimia elegida por Seat para bautizar sus turismos. Desde la elección de Ronda en 1982 para nombrar la nueva versión del Ritmo, la firma catalana ha bautizado a otros cuatro modelos con nombres de ciudades y monumentos andaluces. Tres de estos coches responden a otras tantas localidades de esta autonomía -Málaga (1985), Marbella (1986), Córdoba (1993)- y otro -Alhambra (1996)- al monumento más representativo de la ciudad de Granada.
Modelos de Seat con topónimo de la geografía españolaPor comunidad autónoma
1Andalucía: Ronda (1982), Málaga (1985), Marbella (1986), Córdoba (1993) y Alhambra (1996).
2Aragón: Ateca (2016).
3Baleares: Ibiza (1984) e Inca (1995).
4Canarias: Arona (2017).
5Castilla-La Mancha: Toledo (1991).
6Castilla y León: León (1994).
7Catalunya: Tarraco (2017).
8Comunidad Valenciana: Altea (2004).
9Galicia: Arosa (1997).
Con la elección de Tarraco, en 1997, Seat cierra de momento su ciclo de denominaciones relacionadas con la toponimia española, a la espera de que salga al mercado un nuevo modelo. A la firma española no le faltarán nombre donde elegir.
Una simple consulta en el registro de marcas del Ministerio de Industria y Turismo sirve para comprobar que los dirigentes de Seat han registrado una retahíla de nombres de la geografía española: Gredos, Cierzo, Cádiz, Arán, Canarias, Valencia… Incluso localidades de otros países, como Oxford, o nombres tan sugerentes como Seat Guapa, Seat Towny o Seat Fancy.