Este viernes se conmemora en España el Día Nacional del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad). Este trastorno, de carácter neurobiológico y originado en la infancia, tiende a perdurar en la adolescencia y en la vida adulta. Quienes lo padecen suelen tener dificultades para mantener la atención y la falta de control de impulsos, lo que se manifiesta en un comportamiento hiperactivo-impulsivo.
Las personas que sufren de TDAH pueden adquirir las habilidades necesarias para desempeñar ciertas labores que requieren concentración, organización y atención a los detalles. Pese a tratarse de un problema psiquiátrico, el TDAH, en general, no incapacita para conducir, ya que los procesos atencionales implicados pueden trabajarse para conseguir una conducción eficiente y segura, destaca Patricia Pérez, psicóloga de la DGT en la revista Tráfico y Seguridad Vial.
Sin embargo, la capacidad para conducir debe ser valorada de manera individual por la autoridad sanitaria, según recoge el Reglamento General de Conductores.
Diversos estudios concluyen que los conductores con TDAH adoptan conductas de riesgo con más frecuencia, cometen más infracciones y tienen mayor riesgo de verse implicados en accidentes de tráfico. Pero la probabilidad de sufrir un siniestro vial solo es 1,36 veces mayor en personas TDAH, comparado con los conductores sin este trastorno, de acuerdo con un estudio llevado a cabo por Allison Curry, directora de epidemiología y bioestadísticas en el Centro de Investigación y Prevención de Lesiones del Hospital Pediátrico de Filadelfia (EE.UU.). Esta cifra es similar al de otros pacientes, como los que sufren trastornos cardiovasculares.
En lo relativo a infracciones, las investigaciones realizadas hasta ahora llegan a la conclusión de que están más relacionadas con excesos de velocidad que con el consumo de alcohol y de drogas.
Control de drogas
El alcohol y las drogas siguen siendo dos de las grandes lacras de la seguridad vial en España. A pesar de las campañas de concienciación, aún hay muchos conductores que se ponen al volante tras haber consumido estas sustancias comprometiendo sus vidas y las de los demás usuarios de la carretera. Precisamente, debido a esta razón, las autoridades realizan sistemáticamente controles preventivos de alcoholemia y drogas.
El TDAH no incapacita para ponerse al volante si se sientan las bases para una conducción segura
Algunas personas diagnosticadas de TDAH pueden estar bajo tratamiento con medicamentos que contienen sustancias que podrían dar positivo en un control antidrogas. Es el caso de la lisdexanfetamina, un profármaco derivado de las anfetaminas, que suelen tomar las personas con este trastorno.
Las anfetaminas forman parte de los cinco tipos distintos de drogas que los agentes de tráfico pueden detectar en un control. Los kits que se utilizan para recoger muestras de saliva identifican también otros cuatro tipos de sustancias estupefacientes: cocaína, metanfetaminas, cannabis y opiáceos.
La Ley de Tráfico establece la prohibición de conducir cualquier vehículo con presencia de drogas en el organismo. La norma excluye las sustancias “que se utilicen bajo prescripción facultativa y con una finalidad terapéutica”, y subraya que el automovilista debe estar en condiciones de utilizar el vehículo. “En las personas con TDAH, el tratamiento con derivados anfetamínicos disminuye el riesgo de sufrir un accidente de tráfico. Es paradójico, pero así lo constatan diversos estudios internacionales”, dice Ana Ferrer, jefa de la Unidad de Toxicología del Hospital Clínico de Zaragoza y presidenta de la Fundación Española de Toxicología Clínica.
El tratamiento del TDAH con derivados anfetamínicos reduce el riesgo de sufrir un accidente
Sin embargo, cuando un conductor con TDAH da positivo en un control de drogas no puede seguir conduciendo, aunque aporte la correspondiente receta médica. La multa quedará sin efecto si el certificado que aporta la persona infractora es de fecha anterior a la denuncia. También deberá especificar que la medicación que está tomando está prescrita por un médico.
“En el caso de que el trastorno implique riesgos para la conducción -algo que debe valorar siempre la autoridad sanitaria- podría perderse la vigencia del permiso, apuntan desde la DGT. “Son pérdidas de vigencia de aptitudes psicofísicas, detectadas siempre por la autoridad sanitaria”, añade una fuente de Tráfico.
Conductores no diagnosticados
Ahora bien, uno de los mayores problemas en torno a los conductores que padecen TDAH se origina cuando no han sido diagnosticados ni tratados adecuadamente. En estos casos existe un riesgo potencial para la seguridad vial, afirma Sebastià Sánchez Marín, presidente de la sección de Psicología de la Movilidad y de la Seguridad del Col.legi Oficial de Psicologia de Catalunya.
“Las personas diagnosticadas y en tratamiento pueden conducir con las mismas garantías que el resto. Pero las personas no diagnosticadas son un peligro para la seguridad vial. Podrían tener lagunas en cuanto a concentración o reacciones impulsivas, si son hiperactivas, y ocasionar un accidente”, manifiesta el psicólogo.