El Parlamento Europeo aprobó el pasado 14 de febrero que a partir de 2035 todos los turismos y furgonetas nuevos que se vendan en la UE sean “cero emisiones”. Esto supondrá prohibir de la comercialización de los vehículos de combustión interna, incluidos los de gasolina, diésel e híbridos, aunque se contemplan algunas excepciones.
No hubo sorpresa. Tan solo fue un trámite para respaldar el acuerdo al que ya llegaron las instituciones europeas en octubre de 2022. Sin embargo, la votación, celebrada en Estrasburgo, no fue ni mucho menos unánime. Obtuvo 340 votos a favor, 279 en contra y 21 abstenciones. Solo resta que los 27 países miembros de la UE formalicen el visto bueno para que las nuevas normas puedan entrar en vigor.
La UE prohíbe la venta de coches nuevos diésel, gasolina o híbrido a partir de 2035
Se trata de la primera medida de un paquete, el denominado Fit for 55, que pretende reducir en un 55% las emisiones de CO₂ de la UE de aquí al año 2030 y lograr ser climáticamente neutra en 2050. De este modo, los fabricantes de coches están obligados a rebajar las emisiones contaminantes que expulsan sus modelos.
No obstante, hay que subrayar que a partir de 2035 sí se podrá seguir circulando con un coche diésel, gasolina, híbrido o de gas siempre y cuando se adquiera antes de la fecha límite. La decisión tampoco condena al motor de combustión a la extinción, pues hay ciertos aspectos que abren la puerta a seguir comprando automóviles nuevos con esta motorización tras su prohibición generalizada.
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Combustibles sintéticos
La Unión Europea fija posibilidad de vender vehículos con motor de combustión a partir de 2035, siempre y cuando funcionen con combustibles neutros en CO₂. Es decir, combustibles sintéticos que no expulsen emisiones contaminantes.
Sin embargo, pese al esfuerzo de marcas como Porsche por mejorar el desarrollo de estos carburantes, se trata de una solución con poco recorrido actualmente debido al elevado coste que supone producirlo.
Enmienda Ferrari
Otra excepción prevista es la que concierne a los fabricantes más exclusivos, conocida popularmente como “enmienda Ferrari”. El texto aprobado por los europarlamentarios incluye una moratoria para aquellos fabricantes con un bajo volumen de producción. Así, los que fabriquen menos de 1.000 unidades al año podrán seguir comercializando sus modelos más allá de 2035.
Al tratarse de vehículos tan exclusivos, su impacto en las emisiones europeas es prácticamente insignificante. Suelen ser marcas que fabrican sus coches a mano o que venden series limitadas, por lo que sus precios son inaccesibles para la mayoría de conductores. De mantenerse la tendencia actual, algunos de los beneficiados serían Pagani, Bugatti o Koenigsegg.
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Por otro lado, los fabricantes que produzcan entre 1.000 y 10.000 unidades anuales también tendrán una moratoria. Sin embargo, en su caso tan solo podrán seguir vendiendo coches con motores de combustión interna a lo largo del año 2035, y cumpliendo siempre con la normativa de emisiones vigente.
Curiosamente, Ferrari no podría beneficiarse hoy de la enmienda bautizada popularmente con su nombre, ya que vendió en 2022 más de 13.000 coches, un récord para la firma de Maranello. Tampoco Bentley, que superó las 15.000 matriculaciones. En cambio, Lamborghini colocó en el mercado más de 9.2000 unidades, mientras que Rolls-Royce vendió más de 6.000 coches de lujo.
El mercado de coches usados
Por último, desde 2035 en adelante habrá la opción de comprar un vehículo usado diésel, gasolina o híbrido. Lo que se ha aprobado es la prohibición de vender unidades nuevas, pero en ningún caso se limita la comercialización de vehículos de segunda mano. De hecho, el mercado de ocasión es el que predomina en España. En 2022, por cada modelo matriculado se vendieron 2,3 coches usados.
Teniendo en cuenta que la actual vida media de un automóvil es de aproximadamente 15 años, se ha escogido el año 2035 para poner en marcha esta medida y llegar al 2050 con un parque de vehículos que sea cero emisiones en su mayor parte.
La mayoría de coches que se venden en España son de segunda mano
No obstante, hay factores que no se pueden prever con total certeza y que resultan una amenaza para dichos vehículos, como las posibles futuras restricciones a los coches más antiguos que apliquen gobiernos locales, autonómicos o nacionales. Prueba de ello son las zonas de bajas emisiones (ZBE) que ya se aplican en nuestro país.
Otro aspecto que puede perjudicar a esta clase de vehículos es el coste de los carburantes, que podría incrementarse por la falta de oferta. Así, pese a que la legislación europea permita la circulación de los modelos de gasolina, diésel e híbridos, sus condiciones de uso, cada vez más restringidas, pueden terminar por hacerlos desaparecer antes de tiempo.
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