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Moco, Laputa, Borrego... La importancia de elegir un buen nombre para un coche

El nuevo Hyundai Kona tiene connotaciones vulgares en gallego

En 2016 Tata cambió el nombre del Zica por Tiago porque se pronunciaba igual que el mortífero virus Zika

Anindito Mukherjee / Reuters

No hace falta ser un experto en marketing para darse cuenta de la importancia que tiene elegir un buen nombre para vender bien un producto. Sin embargo, la historia del automóvil nos confirma que un mal día lo puede tener cualquiera; si no es así, que se lo pregunten a quien bautizó al Lancia Marica, el Mitsubishi Pajero, el Nissan Moco, el Mazda Laputa, el Kia Borrego o el Lamborghini Reventón.

Aunque algunos de estos coches no llegaron al mercado español, donde hubieran provocado más de una sonrisa, es importante encontrar denominaciones que encajen cultural e idiomáticamente en cualquier país, más aún en el mundo globalizado en el que vivimos actualmente. Para evitar problemas, en su día, Mitsubishi decidió cambiar el nombre del citado 4x4, que pasó a denominarse Montero en los países de habla hispana.

Los gallegos utilizan el término Cona para referirse vulgarmente a la vagina

Lee Jin-man / AP

Pero no hace falta retroceder mucho en el tiempo para ver otros casos de esta índole. Sin ir más lejos, el año pasado Tata se vio obligada a cambiar la denominación de su berlina compacta Zica debido a que, pese a escribirse diferente, la pronunciación era igual a la del virus Zika, que causó estragos en numerosos países. El modelo finalmente se bautizó como Tiago.

Y todavía más cercano es el último lanzamiento de Hyundai, su SUV compacto Kona. Resulta que este término se utiliza en gallego para referirse vulgarmente a la vagina. Por este motivo, más de uno se ha echado a reír cuando lo ha oído y ha publicado algún comentario jocoso en las redes sociales. Pese a ello, la marca mantendrá la denominación.

Seat, que está en pleno proceso de bautismo popular de su próximo SUV de 7 plazas, explica la importancia de seleccionar bien el nombre del producto para que refleje en ADN de la marca y el modelo, sea fácil de pronunciar en todos los idiomas y tenga buenas connotaciones en cualquier mercado.

“Hay que comprobar que funcione correctamente a nivel fonético y no tenga un significado extraño o malsonante en otra lengua”, explica Núria Vila, experta en naming de la agencia Nombra. Asimismo, debe ser corto para que sea fácil de recordar. En el caso del nuevo modelo de la firma de Martorell, tendrá entre cinco o siete letras. Antes del 15 de octubre sabremos cuál es el nombre escogido por votación popular de entre las siguientes alternativas: Alborán, Aranda, Ávila y Tarraco.

La importancia de seleccionar bien el nombre del producto para que refleje en ADN de la marca y el modelo, sea fácil de pronunciar en todos los idiomas y tenga buenas connotaciones en cualquier mercado”