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Probamos la versión más cara del mítico Porsche 911, un descapotable estratosférico

Motor Star

Con más de 50 años de historia, el 911 es el deportivo de los deportivos, el más deseado; y esta variante Turbo S Cabrio proporciona una experiencia difícil de olvidar

La aceleración desde parado de este 911 Turbo S es impresionante; el coche sale disparado 

Francesc Pla

El frío no es motivo suficiente para reprimir las ganas de conducir un descapotable tan especial como este Porsche. No todos los días tenemos la oportunidad de conducir el modelo más caro y exclusivo de la incombustible saga 911, un deportivo -cabe recordarlo con admiración- aparecido en 1963. Su tarjeta de presentación impresiona: 650 CV, 330 km/h de velocidad máxima y sólo 2,8 segundos para alcanzar los 100 km/h.

La serie 992 es el nombre que recibe el modelo 911 de última generación, un automóvil que ha evolucionado hasta límites extraordinariamente sofisticados, manteniendo, eso sí, dos características irrenunciables para el fabricante de Stuttgart: el motor bóxer de seis cilindros y la ubicación del motor por detrás del eje trasero. En este sentido, todo sigue igual.

El enorme alerón trasero se despliega de forma automática o pulsando un botón ubicado en el salpicadero 

Francesc Pla

En cualquier caso, el 911 Turbo S Cabrio juega en una liga superior, el particular Olimpo de los superdeportivos, con adversarios más que ilustres: Bentley Continental GT, Ferrari F8 Tributo, Lamborghini Huracán o McLaren GT. Casi nada. Y el precio, los 265.439 euros iniciales, puede verse fácilmente incrementado si optamos por una configuración personalizada con elementos como la suspensión activa, iluminación ambiental o asientos climatizados.

Su tarjeta de presentación impresiona: 650 CV, 330 km/h de velocidad máxima y sólo 2,8 segundos para alcanzar los 100 km/h

Algunos componentes del coche -visibles a simple vista- delatan la implicación, histórica por otra parte, de Porsche con el automovilismo deportivo: llantas Turbo S de 20 pulgadas delante y 21 detrás con fijación mono tuerca, spoiler delantero activo que se activa a voluntad del conductor para modificar la carga aerodinámica o frenos carbono cerámicos PCCB. O el gran alerón trasero que se despliega de forma automática o pulsando un botón del salpicadero.

El volante incorpora un mando redondo para los distintos modos de conducción 

Francesc Pla

El habitáculo está concebido como un 2+2. Es decir, dos amplias plazas delanteras y dos minúsculas traseras, aptas para niño o personas que no superen los 1,60 metros. La tapicera de cuero negro es de serie, como las inserciones en carbono y el equipo de audio Bose. Además, las plazas delanteras destacan por los asientos regulables en 18 posiciones. El maletero, en el hueco delantero, tiene 128 litros válidos para dos maletas pequeñas y poca cosa más.

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El motor tipo Bóxer de cilindros opuestos y 3.746 cc entrega 650 briosos caballos y 800 Nm de par máximo. Pero parece más potente. La aceleración es brutal, más si cabe utilizando el sistema de salida desde parado Launch Control. Increíble cómo gestiona tanta potencia, repartiéndola entre las cuatro ruedas. No hay apenas pérdidas de tracción y el conductor tiene la sensación de salir materialmente catapultado. Y con un sonido de escape característico que acompaña en todo momento.

Los frenos cerámicos de serie PCCB incluyen pinzas delanteras de 10 pistones 

Francesc Pla

Pero si impresionan las prestaciones, tanto o más lo hace la capacidad de frenada. Los frenos carbono cerámicos PCCB de serie son, simplemente, infatigables. También el cambio de doble embrague PDK, de ocho velocidades, hace de la conducción en carretera un juego divertido. Es rápido, fácil de manejar y muy efectivo.

La conducción del 911 Turbo S es impresionante. Una experiencia difícil de olvidar. Actualmente, pocos automóviles, contados, son capaces de transmitir tanta sensación de poder y de control sobre el asfalto. Y lo mejor, es que al volante del 911 Turbo S todo parece fácil, con una capacidad asombrosa para adaptarse a cualquier situación. Con preferencia, eso sí, por los terrenos sinuosos o carreteras rápidas.