¿Puede provocar cáncer el sol a través de los cristales del coche?
Los dermatólogos aconsejan proteger la piel de las radiaciones solares en todas las situaciones de riesgo
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Los viajes en coche que hacemos hoy no tienen nada que ver con los que hacíamos décadas atrás. Las carreteras nacionales de un solo carril por sentido han dado paso a autovías y autopistas que conectan los principales puntos del país, de norte a sur y de este a oeste, convirtiendo la conducción en algo mucho más cómodo de lo que era antes. Es indudable que las infraestructuras han ayudado a aumentar la seguridad al volante, lo mismo que el nivel tecnológico y de confort con que están equipados actualmente la mayoría de vehículos. El aire acondicionado ha contribuido a paliar decisivamente los efectos nocivos que el exceso de calor puede ejercer sobre la conducción, aunque no ha resuelto uno de los grandes problemas que sufren los ocupantes del coche, la radiación solar, cuyos efectos pueden resultar nocivos para la salud.
En la mayor parte de los casos los cristales de los coches carecen de protección solar. Únicamente el parabrisas delantero está preparado para impedir que los rayos solares traspasen las lunas de los vehículos mientras que las otras ventanas sí son permeables a las radiaciones exteriores. Aunque solo el 5% de la radiación solar que llega a la Tierra es radiación ultravioleta (UV) se trata de una emisión muy potente.
La radiación UVC es bloqueada por la capa de ozono -de ahí su importancia-, pero las radiaciones UVA y UVB nos llegan a la piel. Los cristales detienen los rayos UVA, que son los que provocan la pigmentación de la piel, pero no sucede lo mismo con los UVB, que son los encargados de activar las células de la dermis y provocan la quemazón inicial.
El apunte
El mejor antídoto contra los efectos de los rayos ultravioleta es cubrir el cuerpo con ropa, preferentemente de algodón, o aplicar crema protectora
Por lo tanto, cada vez que exponemos nuestro cuerpo al sol, ya sea en la calle o cuando vamos en coche, deberíamos proteger la piel de las radiaciones como hacemos cuando vamos a la playa, sobre todo si nuestra piel es de tono claro y somos más propensos a quemarnos. “Las personas de piel oscura o de tono moreno desarrollan un mecanismo de protección natural que les protege de las quemaduras, pero no sucede lo mismo con las personas que tienen una tonalidad de piel muy blanca. Estas últimas, que son m uy sensibles al sol , así como quienes manifiestan lesiones repetidas en la piel, deberían protegerse siempre de las radiaciones solares, incluso en el coche. No hacerlo puede dañar muy seriamente la piel e incluso provocar cáncer”, indica la doctora Montserrat Llagostera, dermatóloga de la Mutua Universal.
Lo más recomendable para evitar las consecuencias de las radiaciones es cubrir la piel con ropa de manga larga, preferentemente de algodón. De hecho, los dermatólogos coinciden al afirmar que la opción textil es más eficaz que cualquier otra, aunque no todos los tejidos son adecuados para este fin. “Hay que elegir una prenda de tejido natural como el algodón, que es lo que históricamente se ha hecho en los desiertos y en los países tropicales para protegerse del sol. Permite mantener una temperatura corporal estable y es la mejor protección que podemos proporcionar a la piel”, explica la dermatóloga formada en el Hospital Clínic de Barcelona. En cambio, desaconseja la utilización de la licra porque es permeable a los rayos ultravioletas y, por lo tanto, no cumple con esa función protectora.
En el caso de las personas que prefieren salvaguardarse del sol con prendas de manga corta o tirantes siempre existe la opción de aplicar crema protectora sobre la piel que queda al descubierto. Es lo que hacemos cuando exponemos nuestro cuerpo a las radiaciones solares, ya sea en el mar, la montaña o en otros entornos. Para una correcta aplicación, debemos ponernos la crema 30 minutos antes de que el cuerpo quede expuesto a los rayos solares y la piel tiene que estar seca. De nada sirve hacerlo cuando estamos sudados pues la piel no es capaz de absorber la loción en presencia de otros líquidos.
Por lo tanto, si tenemos sudados los brazos, lo mejor es secarnos primero y, a continuación, aplicarnos la crema solar sobre la superficie seca. A la hora de elegir un tipo de loción, debemos tener en cuenta que también nos proteja de los rayos UVB. Esta información debe figurar en el etiquetado del producto. “No necesariamente hemos de aplicarnos una crema con un factor de protección 50; nos basta con una protección de entre 15 y 30 para minimizar el efecto de los rayos ultravioletas B. En España, tendemos a ponernos cremas con factores de protección muy elevados y esto explica porqué hay tantas personas con carencia de vitamina D”, explica Montserrat Llagostera.
Además de protegernos del sol con ropa de manga larga o con cremas específicas cuando nos desplazamos en coche podemos optar por instalar láminas solares en los cristales del vehículo. Esta opción, no obstante, queda limitada a los ocupantes de la segunda fila de asientos ya que la normativa de Tráfico prohíbe su colocación en las ventanillas laterales delanteras. La razón principal es que el tintado de esos cristales dificulta la identificación del conductor en caso de ser necesario.