Mini Cooper 5 puertas, el Mini ideal
Vídeoprueba
La variante de cinco puertas es una de las más interesantes para aquellos que buscan un auténtico Mini pero no quieren renunciar a cierta versatilidad
En las pruebas que os hemos ido mostrando en La Vanguardia Motor, los productos de Mini siempre han estado presentes, tanto en sus versiones de tres puertas, Countryman , descapotables y sobre todo las variantes Clubman .
Pero hoy cumplimos una deuda pendiente y es la de probar este Mini en su versión de cinco puertas. Un equilibrio perfecto entre la practicidad de las variantes de tres puertas y el más grande y singular Clubman.
Como decimos, este Mini de cinco puertas puede ser una clara alternativa funcional sobre el clásico Mini de tres puertas. Básicamente solo mide 12 cm más que esta versión, para situarse en unos más que lógicos 3,98 metros de largo, una distancia muy equilibrada para un vehículo de corte urbano y que en el caso del Clubman, con sus 4,26 metros de largo, se aleja notablemente.
Con este Mini de cinco puertas disfrutaremos de unas pequeñas, aunque prácticas, puertas traseras que le dotan de una clara funcionalidad gracias a un acceso más despejado y similar ese Clubman más grandote.
Sin duda, ésta es una alternativa para aquellos que buscáis un coche relativamente pequeño, pero no queréis renunciar a la funcionalidad del acceso de estas puertas traseras.
Aun así, una vez dentro, os hemos de avisar que esto sigue siendo un Mini, es decir; está homologado para cinco plazas, pero cuya banqueta sigue siendo muy estrecha para tres pasajeros, además que la plaza central resulta especialmente incomoda por las formas y diseño de su base y por un generoso túnel central que ocupa un buen hueco para las piernas de todos los ocupantes.
Sus puertas traseras y el mayor maletero le otorgan una clara ventaja funcional
Las otras dos son relativamente amplias y envolventes, con más espacio para las piernas que la versión corta de tres puertas, pero mucho menos que la Clubman, que este sentido es claramente superior.
En cuanto a las plazas delanteras, sí que podemos afirmar que este es un Mini como esas otras dos variantes, tanto por su singular diseño, distribución de mandos y relojes, como por la calidad y sobre todo habitabilidad, que sigue siendo correcta.
Otro aspecto diferenciador de esta versión de cinco puertas es este maletero, que con 278 litros es 67 litros superior al de tres puertas, con un espacio más profundo y sobre todo más alto, tanto, que se permiten el lujo de ofrecer una base de doble fondo con posibilidad de compartimentar.
A pesar de todo, este maletero está por debajo de la capacidad de algunos de sus principales rivales y que para igualarlos deberíamos dar el salto a la versión Clubman, más grande, pero con 360 litros de capacidad.
En cuanto a comportamiento, seguimos estando ante un Mini, con una respuesta ágil de dirección, tal vez menos que el tres puertas, pero más que el Clubman, aunque como esos dos, la suspensión sigue siendo dura hasta el punto de que tal vez no sea confortable para todo el tipo de público.
Esta versión Cooper, con el motor gasolina de 136 CV y cambio automático de siete velocidades, cumple sobradamente a nivel prestacional, además de garantizar confort de conducción sobresaliente. Por otro lado, propone el programa de conducción con los modos normal, sport o ECO y un bastidor adaptativo opcional.
Y es que como viene siendo habitual en Mini la personalización de nuestro coche puede ser tan completa como cara queramos. De hecho, este Mini Cooper de 136 CV con cambio automático cuesta 26.100 euros de serie, pero la unidad probada contaba con un equipamiento opcional que hacía elevar su costa hasta los 35.000 euros.