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Ford Fiesta Active, la opción más aventurera

Vídeoprueba

Con los mismos atributos de cualquier Fiesta, este Active potencia una mayor movilidad y versatilidad de uso

Ford no se ha conformado con decorar su Fiesta para transformarlo a la moda Crossover, con este Active la marca ha ido un poco más lejos ofreciendo una suspensión específica y un control de tracción más depurado que el de su berlina.

Además, esta unidad viene equipada con el interesante motor de gasolina 1.0 Ecoboost de 125 CV. Sin duda, una alternativa muy interesante para aquellos que busquen un compacto con mayor versatilidad.

Lo más evidente de la “crossoverización” del Fiesta es la incorporación de esa combinación de plásticos de color negro y de aspecto metálico sobre los pasos de rueda y faldones, pero como decíamos antes, Ford ha querido ir un poco más lejos y ha revisado aspectos de bastidor y electrónica.

Sus dimensiones son idénticas a la berlina con 4,07 metros de largo, 1,76 de ancho y 1,5 de alto y solo la altura varía, especialmente la libre al suelo que aumenta en 1,8 centímetros con respecto a los Fiesta normales.

Al margen de su estética más campera, este Active propone una suspensión 1,8 cm más alta y un control de tracción específico para garantizar un mayor dinamismo fuera del asfalto.

Esto es así porque Ford ha trabajado en elementos del bastidor y especialmente en la suspensión, que incorpora unos topes específicos para unos amortiguadores de tarado más suave, además de unas modificaciones en las manguetas y rótulas de ambos trenes para ajustar su geometría.

Estos cambios aumentan esa altura de 1,8 cm, pero sobre todo hacen que el coche sea sensiblemente más elástico ante pavimentos irregulares, lo que beneficia al confort. No obstante, en asfalto sigue siendo un coche bastante estable y que poco se diferencia de un Fiesta convencional, con una dirección precisa y de buen aplomo.

No es un Crossover al uso, pero tiene una mayor movilidad en pistas en buen estado

En pistas, sin ser un SUV al uso, (para eso la marca ya tiene modelos como el Ecosport en esta categoría o el Kuga en la superior) ofrece una mayor eficacia, ya no solo por la suspensión, si no también por el control de tracción adaptable de serie en este Active. Se trata de un sistema que permite elegir en tres modos posibles; Normal, Eco y Deslizante, siendo este último el más adecuado para movernos por pistas o zonas de baja adherencia, ya que evita que el tren delantero, el único motriz, pierda tracción constantemente como pasa con los otros dos modos.

Aun así, este no es un coche para grandes aventuras lejos del asfalto, pues esta ayuda a la tracción no es definitiva, máxime cuando sus neumáticos son completamente asfalto y cuando podría montar unos de tipo M+S o “todo tiempo” que mejorasen su agarre en este tipo de situaciones.

Este motor es una joya prestacional, aunque le falta algo de carácter para salir de ralentí. En una conducción tranquila su consumo es interesante.

Este modelo está disponible con dos motores diésel sobre un mismo bloque de 1.5 litros con potencias de 85 y 120 CV y tres de gasolina con el ya conocido 1.0 Ecoboost. En este caso con 85, 100 CV y la variante que hoy nos ocupa de 125 CV.

Se trata de un motor de tres cilindros con una buena respuesta a medio y alto régimen, pero un poco perezoso al salir de ralentí, a pesar de que su par máximo de 170 Nm lo entrega entre las 1.400 y las 4.500 rpm.

También puede equipar motores gasolina de 85 y 100 CV y diésel de 85 y 120 CV

Como decimos, es un motor solvente y que se asocia perfectamente con su cambio manual de seis marchas, permitiendo circular a regímenes medios del cuentarrevoluciones con una buena respuesta a la recuperación. Sin embargo, el consumo anunciado de 5 litros de media resulta demasiado optimista ante una conducción normal y diaria. Durante nuestra prueba la media se mantuvo por encima de los seis litros (6,3 l/100 km) y sólo bajó hasta los 4,9 litros en carretera a velocidades crucero muy tranquilas.

Dejando de lado sus cualidades dinámicas y entrando de lleno en aspectos de habitabilidad y equipamiento, este Fiesta es como el resto de la gama; un vehículo compacto de poco más de cuatro metros, cinco plazas más o menos amplias y en este caso con un maletero de 311 litros.

Su interior es calcado al de cualquier Fiesta convencional. Sus acabados son buenos y en general cuenta con un sistema de infoentretenimiento muy actual y funcional.

Las plazas delanteras son relativamente amplias y confortables y cuentan con un tablier frente a ellas bien diseñado y presidido por una pantalla táctil de ocho pulgadas. Esta pantalla, además del navegador de serie para este acabado, también integra el sistema multimedia de Ford Sync3 compatible con CarPlay y Android Auto y que opcionalmente se puede mejorar con un equipo de sonido de alta definición de la marca Bang&Olufsen.

Las plazas traseras son correctas en cuanto a espacio para piernas y cabeza, pero su anchura limita el confort cuando está ocupada por tres pasajeros. Como ya hemos dicho, el maletero, con 311 litros no es excesivamente grande, aunque se puede ampliar a 1.093 litros si se abaten los respaldos traseros.

El maletero no es especialmente grande, pero tampoco pierde capacidad con respecto al resto de la gama Fiesta.

El Ford Fiesta Active está disponible en dos niveles de equipamiento, el Active normal y el Active+, que es el único disponible en combinación con este motor 1.0 Ecoboost de 125 CV. Este acabado es el tope de gama y llega con una completa dotación de seguridad así como elementos como los faros Led, unos asientos deportivos de tela y piel mixta, el climatizador o el control de crucero.

Su precio es de 20.495 euros, aunque existen diferentes ofertas de financiación que pueden rebajar bastante este precio final.