La intoxicación por ingesta de líquido refrigerante es uno de los grandes peligros a los que se enfrentan los perros a diario. Este fluido presente en los vehículos se puede derramar dejando pequeños charcos o manchas sobre el asfalto. Su consumo accidental por parte de los peludos es motivo de alarma en la Real Sociedad Canina (RSCE), la organización más importante y decana de España relacionada con el mundo del perro, que alerta sobre el peligro de su ingesta y nos recomienda en una guía práctica varios consejos a tener en cuenta.
Este tipo de envenenamiento es uno de los más frecuentes y peligrosos para los perros, especialmente, para los más jóvenes. El líquido refrigerante suele tener un olor y un sabor dulce e irresistible que muchas veces anima a los peludos a beberlo. Solo con una pequeña cantidad ingerida se puede llegar a ocasionar daños en su salud, con la aparición inicial de diversos pequeños síntomas que, si no se tratan rápidamente, pueden derivar en insuficiencia renal y, en muchos casos, la muerte.
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Los primeros signos de intoxicación comienzan a verse minutos después de que el perro haya consumido el refrigerante
Mucho cuidado
El componente que mata
No todos los refrigerantes presentan el mismo potencial de toxicidad. Sin embargo, la mejor prevención para todos los tutores es mantener lejos a los peludos cuando se rellena o se revisa este líquido. La mayoría de las intoxicaciones están asociadas al etilenglicol, una sustancia química que presenta componentes tóxicos y que es el principal responsable de dañar a los riñones, al corazón e incluso al sistema nervioso. Por ello, es necesario establecer una solución temprana para evitar que el perro empeore hacia un pronóstico más grave en su salud.
Rápida actuación
El tiempo apremia
Para empezar, lo más importante es que si ha ingerido refrigerante, el responsable contacte a su veterinario de inmediato. Y, aunque no todos los casos llegan al extremo, la solución tardía a menudo no es eficaz. Incluso si el perro bebió este líquido y parece estar bien, una actuación rápida y preventiva puede salvarle la vida.
En este sentido, existen antídotos que, idealmente, se deben administrar poco tiempo después de la ingesta. Y es que una solución tardía puede generar un problema más grave en su salud, causándole insuficiencia renal y, en los casos más extremos, incluso la muerte.
Síntomas
Cómo saber si tu perro ha ingerido
Los primeros signos de intoxicación comienzan a verse minutos después de que el perro haya consumido el refrigerante. Esta etapa de envenenamiento ocurre desde la primera media hora hasta las 12 horas posteriores a la ingesta. En ese tiempo pueden verse signos preocupantes como tambaleo, incapacidad para pararse o dificultad para levantarse, espasmos musculares o reflejos reducidos.
Entre las 12 y las 24 horas después, hay que extremar aún más la precaución. Los perros pueden parecer recuperados, pero lo que puede estar pasando es que se esté produciendo un daño interno producto de la toxicidad del etilenglicol. Aunque es notable un aumento de la frecuencia respiratoria, síntomas como la deshidratación no siempre son visibles. Por ello, desde la RSCE, se incide en la necesidad de permanecer atentos en todo momento.
Entre las 36 y 72 horas después, las toxinas que se acumulan dentro del cuerpo del perro normalmente son suficientes para desencadenar una insuficiencia renal severa con síntomas potencialmente graves que incluyen convulsiones y la entrada en coma del animal.
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Este tipo de envenenamiento es uno de los más frecuentes y peligrosos para los perros, especialmente, para los más jóvenes
Prevenir mejor que curar
La seguridad del perro depende de la atención y la prevención. Por ello, es necesario conocer ciertas recomendaciones que pueden salvarle la vida.
- Los tutores deben tener cuidado al rellenar el depósito del líquido refrigerante (y, también, del líquido limpiaparabrisas, otro de los más comunes y populares en un coche).
- Ser precavido con los derrames de refrigerante alrededor del automóvil y limpiarlos tan pronto como se perciban.
- Mantener todos los líquidos con productos químicos o detergentes, incluido el limpiador de pantalla o el propio refrigerante, en un lugar alto y fuera del alcance de las patas del perro.
- Tener cuidado con los charcos de líquidos de aspecto inusual cuando se salga a pasear con el perro y mantenerlos siempre alejados de ellos.