El príncipe Enrique y Meghan Markle han vuelto a convertirse en los grandes protagonistas de los Juegos Invictus 2025, que se celebran en Vancouver (Canadá). En esta séptima edición del evento que impulsado por hermano del príncipe Guillermo, los duques de Sussex han querido dejar claro que están en uno de sus mejores momentos como pareja, derrochando simpatía y mostrándose mucho más cariñosos, especialmente la actriz, que en estos primeros días no ha parado de dedicar muestras de afecto a su marido.
Como ya es habitual, los estilismos que Markle ha llevado en su exclusiva maleta han causado sensación. La protagonista de Suits, una de las grandes embajadoras del lujo silencioso, ha deslumbrado con looks minimalistas que, una vez más, tienen como colores estrella a las tonalidades neutras, unos tonos que marcaron sus looks durante su etapa como miembro activo de la familia real británica porque, como ella misma desvelaba en la docuserie Harry & Meghan (Netflix), no podía lucir colores vibrantes, una afirmación que rápidamente se demostraba que no era cierta.

Los duques de Sussex en la ceremonia de inauguración de los Juegos Invictus en Vancouver
De hecho, desde que se mudara a California los tonos neutros han definido el estilo de Meghan, que para la inauguración de los Juegos Invictus llevaba un abrigo que recordaba mucho al que lució el día que se anunció su compromiso con el príncipe Enrique y que firmaba Line the Label. En esta ocasión, el diseño era de Sentaler, en color marfil y con la misma lazada en la cintura para estilizar la figura.

Los duques de Sussex en la ceremonia de inauguración de los Juegos Invictus en Vancouver
Con un precio de 2.900 euros, la pieza está confeccionada en lana suave, tiene doble botonadura, charreteras en los hombros, solapas en el pecho y el detalle acanalado en los puños. Lo combinaba con un vestido negro de largo midi y cuello alto y unos zapatos nude de Aquazzura.
Otro de sus looks también contaba con este blanco cálido como color principal. Para el desayuno con el equipo de Canadá, Markle optaba por un conjunto de punto de Rag & Bone formado por un jersey de cuello alto y unos pantalones de perneras anchas. Remataba el estilismo con unos salones de ante de Ralph & Lauren.
El marrón chocolate de moda también se colaba en la maleta de la actriz con un precioso diseño de ALC que cuesta 959,95 euros. Una creación en crepé que parecía estar formado por dos piezas, puesto que la parte superior parecía un top sin mangas con abertura lateral en el bajo, mientras que la falda era plisada para crear “un efecto refinado y dimensional”, como señala la marca.
Otro de sus looks, en clave working girl, tiene como pieza destacada a un blazer de Dôen que tiene un precio de 828 euros. Una pieza gris con detalles marrones en el cuello que combinaba con unos vaqueros negros de Veronica Beard (278 euros), un jersey en color azul marino de la marca neoyorquina La Ligne (314 euros) y unos botines de Stuart Weitzman.