Nicole Kidman se convertía la noche del pasado lunes en una de las grandes protagonistas de la 34a edición de los Premios Gotham que se celebraban en Nueva York. La australiana se encontró en la alfombra roja de los galardones con compañeras como Pamela Anderson, Zendaya, Angelina Jolie o Jessica Chastain.
La actriz causaba sensación a su llegada al evento con un estilismo que refleja el nuevo estilo que ha adquirido en los últimos meses. Nicole ha pasado de llevar diseños en negro, gris o blanco a propuestas mucho más vibrantes y arriesgadas, como el vestido rojo con corsé de Balenciaga que llevó hace un par de semanas en los premios GQ Hombre del Año.
Para los Gotham, Kidman volvía a dejar sin palabras con un look de Dolce & Gabbana que a muchos les resultaba familiar. Y es que la protagonista de Las horas decidió tirar de archivo y recuperar un diseño de la colección otoño-invierno 1998 de los diseñadores italianos que se caracterizaba por su estampado floral multicolor pintado a mano, con el escote recto y tirantes.
Los fans de Sexo en Nueva York rápidamente relacionaban esta pieza vintage con uno de los looks más recordados de Carrie Bradshaw. En la cuarta temporada, la escritora es seleccionada para desfilar en un evento televisado con un vestido floral de Dolce & Gabbana, una de sus firmas favoritas.
En el capítulo, Bradshaw está muy emocionada por poder llevar este exclusivo diseño que, finalmente, lo luce sobre la pasarela Heidi Klum y la neoyorquina acaba apareciendo con un conjunto mucho más atrevido, formado por unas bragas y un abrigo y unos taconazos que acaban jugándole una mala pasada.
Nicole y su estilista, Jason Bolden, quisieron hacer un guiño a este estilismo que no es exactamente el mismo, pero forma parte de la misma colección. Un look que la australiana completaba con unos salones negros, su melena suelta y un maquillaje de inspiración noventera, con los ojos marcados con lápiz negro y los labios rojos.