Vanesa Lorenzo, una musa entre mosaicos y esculturas modernistas
200º aniversario de Paseo de Gràcia
La top-model demuestra que la naturalidad no está reñida con el estilo y recorre los escenarios más icónicos de paseo de Gràcia con joyas de Cartier
Especial Magazine | La gran pasarela de Barcelona: 200 años del Paseo de Gracia
Reinventarse es vital para las profesionales de la pasarela. Para Vanesa Lorenzo es un viaje de aprendizaje. De hipnótica mirada azul y rostro esculpido, el trayecto de la top model catalana empezó con 11 años, desfilando para El Corte Inglés, y con 18 llegó su gran salto: París. Solo aterrizar en la capital francesa, la fichó Pepe Jeans. A este le siguieron muchos destinos más, como Nueva York a los 20 años, donde conquistó las portadas de Vogue, Elle o Harper’s Bazaar, entre muchas otras.
Hoy sigue protagonizando campañas a nivel internacional y comparte su expertise en la industria como consultora de moda. Su última parada la sitúa en Andorra, donde, junto a su marido Carles Puyol y sus dos hijas, predica un estilo de vida pausado, basado en el yoga y la conexión con la naturaleza.
Protagoniza campañas de moda por todo el mundo, ¿lo prefiere a la pasarela?
He hecho mucha pasarela a lo largo de mi carrera y todavía la sigo haciendo. Sin embargo, creo que no se apuesta suficiente por modelos de otras generaciones. Sí que hay pequeñas incursiones, pero es más una estrategia de marketing que una apuesta real por la diversidad. Es un cambio que está en proceso y que solo necesita tiempo para consolidarse.
¿Qué tiene ahora entre manos?
Después de tantos años en la industria, estoy en un proceso que las marcas me vienen a hacer peticiones como consultora, tanto a nivel de creación de marca como acompañamiento de sus creativos. Es un trabajo que me gusta mucho, en el que puedo poner en práctica toda la información que he recopilado durante muchos años de otra manera para acompañar a las marcas. Como empresaria continúo mi labor en la marca infantil The Animals Observatory .
Esta entrevista va acompañada de una sesión de fotos en los edificios emblemáticos de paseo de Gràcia, ¿qué es para usted esta gran avenida de Barcelona?
Paseo de Gràcia es una calle majestuosa a la vez que tranquila. Es un paseo elegante que esta cargado de luminosidad, como la ciudad. A mi me evoca siempre a la elegancia, el buen gusto y sobre todo a la cultura catalana ya que en parte funciona a modo de escaparate de algunos de los edificios históricos e icónicos más importantes del modernismo catalán.
En una carrera tan extensa, ¿le queda algún sueño por cumplir?
Hay un fotógrafo italiano con el que nunca he podido trabajar y me encantaría hacerlo. Se llama Paolo Roversi.
Un diseñador al que admire.
Admiro a muchos, pero si tuviera que escoger uno sería Josep Font. El primer desfile que hice con él me impresionó muchísimo. Él no hacia fittings, cuando te veía creaba la prenda pensando en tus medidas y el día del desfile te quedaba perfecto. Me descubrió un mundo de poesía, parecía alta costura. Con 18 años gracias a él empecé a degustar la belleza y el arte que encierra la moda. Fue el primer contacto que tuve con la magia de la pasarela.
¿Cuál es el mejor consejo que le han dado y quién se lo dio?
No fue una frase en concreto o un discurso, pero cuando me fui a París a probar suerte como modelo, mis padres depositaron mucha confianza en mí. Me dejaron volar y eso me aportó seguridad. Me ha enseñado que al sobreproteger a tu hijo le haces un flaco favor.
Habla de disciplina positiva; ¿qué le llevó a escribir un libro sobre este tipo de educación?
Llegué a ella porque cuando mi hija mayor tenía dos años tuve la segunda y me di cuenta de que la cosa se me empezaba a complicar. Necesitaba herramientas para educar y fui a un taller sobre disciplina positiva que impartía una psicóloga infantil. Aquello me cambió la manera de entender la educación y decidí compartirlo escribiendo el libro Crecer juntos.
¿Funciona?
Trata sobre el respeto mutuo, entender que como tu hijo estás en un proceso de aprendizaje. Cuando le hablas como si fuera un adulto, sin amenazas, depositas en él confianza, se crea una cooperación en casa. Si a los niños les das responsabilidades, les das también autoestima y confianza.
"Tenemos que perder el miedo a sentirnos malos padres por no saber educar"
¿Qué le diría a una madre que se siente desbordada?
Que tiene que aprender a diferenciar entre el amor incondicional y el saber educar. Tenemos que perder el miedo a sentirnos malos padres por no saber educar. Nos tenemos que informar, educar para poder educarlos a ellos.
Ahora su hogar es Andorra. ¿Le ha costado adaptarse?
No, porque allí estamos muy en contacto con la naturaleza. Vivimos junto a un bosque y cada día hacemos caminatas, respiramos aire puro y oxigenamos la mente.
Un lugar que le de paz.
La naturaleza. Yo sin ella ya no puedo vivir. Para mi es curativa, cuando me voy a caminar con mis perros por el bosque, oxigeno la mente y me da claridad de pensamiento.
Todos los créditos
Fotógrafo: Manuel Outumuro.
Estilismo: Fermín+Gilles.
Asistente de fotografía: Marcos Pérez y Pablo Rincón.
Peluquería y maquillaje: Jose Juan Guzmán para BOT.
Modelo: Vanesa Lorenzo. Producción: Ester Gallén.
Agradecimientos: Casa Lleó i Morera & La Pedrera-Casa Milà. Fundació Catalunya La Pedrera