Al puro estilo Gambito de Dama, Carmen Kass es uno de los rostros femeninos más destacados dentro del mundo del ajedrez, pero lo cierto es que su salto a la fama no fue gracias a su ingenio en los tableros. La modelo, nacida en Paide (Estonia) el 14 de septiembre de 1978, es uno de los rostros más reconocidos de Victoria's Secret, y ha protagonizado también varias de las portadas más prestigiosas del mundo de la moda.
A pesar de que su gran pasión desde pequeña fue el ajedrez, el sendero de la vida la llevó a convertirse en uno de los rostros de renombre en el mundo de la moda. Con tan solo 14 años, fue descubierta en un supermercado por un cazatalentos y comenzó a trabajar como modelo en Milán. No lo tuvo fácil, ya que no contó con el apoyo de sus padres, pero finalmente pudo demostrarles su valía, puesto que solo le bastaron tres meses en la ciudad italiana para ganar contratos publicitarios y asaltar las portadas de las revistas más destacadas de todos los tiempos.
Con 18 años ya vivía en París y apareció en varias portadas de revistas como Elle o Vogue. De hecho, esta última publicación, la eligió "modelo del año" en el 2000, a los 22 años. También ha sido imagen de Calvin Klein, Versace, Gap o Chanel, entre otras marcas. Carmen está generalmente considerada como una de las modelos más relevantes de la generación posterior a la de las supermodelos originales. Se estima que ha llegado incluso a cobrar el salario anual del presidente de Estados Unidos por un solo desfile de Victoria's Secret y hasta 5 millones de dólares en un año. Todo un diamante en el mundo de la moda.
Su rostro de facciones suaves y sus ojos azul cielo, fueron su mejor tarjeta de presentación. También lo fue su peculiar forma de moverse por las pasarelas, sin ceder un ápice de su particular personalidad ni a la esclavitud de los compromisos sociales, algo esencial en el mundo de las estrellas de la moda. "Detesta salir a fiestas. Es muy hogareña. Prefiere quedarse en casa jugando al ajedrez con su novio", expresaba Carla Royo-Villanova, relaciones públicas de Pedro del Hierro, a Ideal. Y es que la modelo llegó a trabajar con la firma española en alguna campaña.
Hubo una campaña en la que Carmen participó que causó un especial impacto en la mente de muchos espectadores. En el año 2000, Kass aparecía bañada en oro para la imagen del perfume J'Adore de Christian Dior. Pese a su importante impacto en el mundo de la moda, se decidió dar el salto a otras esferas y prestó su apoyo al Partido Res Publica del primer ministro de su país, Juhan Parts.
Posteriormente, en 2004, se presentó a las elecciones al Parlamento Europeo con el partido antes citado, después del ingreso de Estonia en la Unión Europea, en mayo. Obtuvo 2.000 votos del electorado estonio, pero no resultó elegida. A pesar de ese revés, sí fue nombrada presidenta de la liga nacional de ajedrez. "Cuando juego logro evadirme de la realidad. Es un impresionante entrenamiento para el cerebro", decía entonces.
Reivindicación
Kass rompió con el 'cliché' de modelo no inteligente que muchos han establecido durante décadas
La modelo se ha convertido en todo un ejemplo contra el cliché que muchos tienen sobre que las modelos no suelen ser inteligentes. Kass ha sido señalada como "la modelo intelectual" durante su trayectoria. "Es un cliché pensar que todas las modelos son estúpidas y es un cliché malo, porque las modelos llegan muy jóvenes a un mundo difícil y aun cuando sepas que no eres estúpida una especie de sombra cae sobre ti, y acabas preguntándote si realmente lo estás haciendo todo tan mal. No hay ninguna profesión en la que todo el mundo sea extremadamente inteligente", expresaba a La Vanguardia en una entrevista en el año 2019.
En los últimos años, la modelo sigue en activo. A sus 44 años, sigue protagonizando portadas y campañas publicitarias, incluso en nuestro país. En 2018 se convertía en modelo de una campaña de Zara, y en 2020 era portada de Harper's Bazaar España en el décimo aniversario de esta publicación en nuestro país. También sigue vinculada al mundo del ajedrez, su gran pasión. Sin duda, un ejemplo de que los prejuicios en el mundo de la moda son solo eso, prejuicios.