Lujo. Sustantivo, masculino y singular. Dícese del hecho que el fotógrafo Joel Meyerowitz siga vivo y creando a sus 82 años. Dícese del descubrimiento de una caja con instantáneas que había hecho en Massachussets en los años setenta y que dan una nueva dimensión a cómo era aquel tiempo y lugar. Lujo: dícese de que Sheila Metzner, 81 años, otra fotógrafa legendaria presente en público, por primera vez, las fotos que le tomó a Meyerowitz en esa época. Y que el trabajo de ambos se exponga junto a las estampas neoyorquinas de la ya desaparecida Evelyn Hofer y los paisajes carnales de Helmut Newton.
Miradas complementarias
Los cuatro fotógrafos -Joel Meyerowitz y Sheila Metzner aún viven- completan una visión de los 70 y 80 estadounidenses, dos mundos siameses y antagónicos
El lujo del lujo es una cita en Berlín . Lujo multiplicado por cuatro. Cuatro miradas complementarios que limpias a los EE.UU. de los años setenta y los años ochenta. Dos mundos en uno solo. Dos mundos siameses y antagónicos, como las gemelas de la tenebrosa Hermanas de Brian de Palma.
La exposición, que tiene el valor añadido de exhibir imágenes nunca presentadas antes al público, abre sus puertas entre el 9 de octubre y el 21 de mayo del 2021 en la Helmut Newton Foundation de la capital alemana y se titula, sencillamente, America 1970s/80s Hofer, Metzner, Meyerowitz, Newton. Un reclamo con aire a la mítica banda de rock Crosby, Still, Nash & Young. "La muestra coincide con el que hubiera sido el centenario del nacimientos de Helmut Newton y por eso es una muestra especial", apunta Matthias Harder, el director de la Fundación en conversación telefónica.
Hay un trasfondo político en la exposición. Newton huyó de la Alemania nazi en 1938, con los años volvió a su ciudad y le ofreció su obra como legado"
Es fácil asociar a Newton con la fotografía de moda. Y es lógico. pero en parte su obra es política: "Sí, hay un trasfondo político. No en vano él huyó de la Alemania nazi en 1938. Algunas de las salas de la fundación dan a la estación (por la que él se fue). Con los años, volvió a su ciudad y le regaló su obra", apunta Harder
Tres rostros famosos. Sigourney Weaver en blanco y negro protegiéndose de la luz con una tira de negativos en una imagen obra de Newton de 1983, en la época en que la actriz iba a rodar Cazafantasmas. David Lynch en negro y blanco, mirada perdida, tupé perfecto, camisa abrochada sin corbata, momento mágico captado por Sheila Metzner en 1988, a medio camino entre Terciopelo Azul y Twin Peaks.
Hay una instantánea de Helmut Newton fascinante: Elizabeth Taylor en 1985 repantigada, enjoyada con mirada de “con quién habéis empatado, mindundis” y con gesto de Norma Desmond en El crepúculo de los dioses. No estaba retirada aún, pero ya estaba en esa etapa en la que, como hubiera dicho el personaje que interpretaba Gloria Swanson, ella seguía siendo grande… y el cine se había empequeñecido.
El glamour y la decadencia
Newton retrata a una Elizabeth Taylor repantigada y al final de su carrera que parece preguntar al espectador: "¿Pero vosotros con quién habéis empatado, mindundis?"
Rostros anónimos igual de poderosos que los de las estrellas de Hollywood. El de Chuckle, un chaval canijo de Provincetown, Massachussets, camisa gris sucia, fotografiado por Meyerowitz sujetando en su nuca a un pescado delante de la puerta de un bar: bocadillo de langosta 3.25 dólares, hamburguesa de queso, 1.25 $
Otra figura: la de un policía neoyorquino captado por Evelyn Hofer vestido impecable, zapatos enlustrados bajo la nieve sucia que se refugia en los bordillos antes de derretirse y que posa delante de un anuncio de cerveza hecha por los Mad Men: armonía familiar, sonrisas, música….
Los setenta fueron años de protesta, de replanteamientos políticos, identitarios y sexuales; años sutiles, ambiguos y ruidosos. Las pelis contraculturales de Altman y Bogdanovich, la llegada de Carter a la Casa Blanca, ese espejismo inolvidable. Los ochenta los representa un hombre musculoso casi desnudo junto a una mujer casi igual de musculosa y desnuda. Cuerpo aceitosos, poses y gestos robóticos (sí, igual que los de Melania Trump en 2020) y el skyline de Las Vegas al fondo. Años de oro y de mal gusto oficializado.
Si Newton es muy conocido por su trabajo para revistas de moda con sus instantáneas reproduciendo falsas escenas clásicas y mitológicas representa la cumbre del hedonismo vestido de Gucci o Versace, Meyerowitz se acerca a los fotógrafos más clásicos como August Sander. Por su objetivo pasan gente corriente o no, pero anónima y con encanto. "Los retratos que presenta Meyerowitz son los de otra América más libre, totalmente diferente a lo que vivimos hoy en día", afirma Harder.
Visiones femeninas
Si Evelyn Hofer retrata con maestría los rincones poéticos de una Nueva York muy prosaica, Sheila Metzner rellena la cubeta del revelado de imágenes apasteladas
Si Hofer traza con maestría los rincones ocultos y poéticos de una Nueva York de los sesenta y los setenta cuando en teoría, la ciudad no era poética en absoluto, Sheila Metzner (una de las primera fotógrafas en trabajar de manera habitual en Vogue) rellena la cubeta del revelado con un perfume bello y decadente que recuerda a las pinturas de los años 20 con sus tonos apastelados y suaves.