El avión eléctrico que será el Tesla de los aires
Aviación sostenible
La empresa francesa Voltaero ha diseñado un avión híbrido de entre cuatro y diez plazas que podría estar en el mercado en 2020
Era un 22 de junio de 2016. Betrand Piccard volaba sobre el océano Atlántico a bordo del Solar Impulse II, un avión alimentado únicamente mediante energía solar fotovoltaica. Aquel día, la singular aeronave cubría la etapa entre Nueva York y Sevilla, tramo número 15 de las 17 del proyecto de vuelta aérea al mundo sin usar más combustible que el sol para cubrir más de 40.000 kilómetros de viaje. Se consiguió. Aquel mismo día La Vanguardia tuvo la oportunidad de hablar en directo con el piloto suizo en pleno vuelo. Fue gracias a una franja de tiempo concedida por la organización que situó a este diario entre dos personajes que también hablaron con el piloto: el magnate británico Richard Branson y el vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic.
Relajado y feliz, viendo únicamente océano por todas partes y volando a poco más de 70 kilómetros por hora, Piccard reflexionaba entonces sobre las posibilidades de futuro de la aviación impulsada por energía eléctrica. “Esto es una aventura única a modo de llamada de atención. Se trata de un experimento con el que estamos demostrando que se puede viajar de otro modo, sin contaminar nada”, contó. Después reconoció sin ambages que la posibilidad de que veamos aviones comerciales alimentados exclusivamente por energía solar era una posibilidad muy, muy lejana, aunque también recordó algo: “la velocidad con la que se está desarrollando el sector aéreo alimentado por energía eléctrica puede traernos interesantes novedades más pronto de lo que podemos pensar. Será con otras fórmulas”, indicó.
Horas más tarde y tras casi tres días seguidos de vuelo, el Solar Impulse II aterrizó suave y silenciosamente en la pista 27 del aeropuerto de San Pablo, en Sevilla, cerrando su penúltima etapa antes de aterrizar en la ciudad punto de partida: Abu Dhabi, emirato que es uno de los mayores productores de gas y petróleo del mundo y que paralelamente ha apostado por proyectos de energía sostenible como el vuelo de Piccard y André Borschberg, el otro aviador con el que fue alternando etapas a los mandos de la aeronave monoplaza.
En busca del avión eléctrico
Tras años de pruebas sobre la base de otros aviones híbridos, se acaba de presentar en Francia el diseño definitivo
Los aviadores y el equipo tras el proyecto del Solar Impulse se han convertido en abanderados de una nueva manera de entender la aviación que ha arrancado hace unos años y que en los últimos tiempos ha puesto el pie sobre el acelerador con proyectos que van más allá de diseños y buenos deseos. Hay algunos diseños avanzados con cara, ojos y grandes marcas o corporaciones detrás o dándoles un fuerte apoyo: la NASA está en ello con dos aeronaves diferentes, la aerolínea Easyjet también se ha subido al tren de los proyectos eléctricos y otra línea aérea, la española Volotea, forma parte de un grupo de trabajo para proyectos de aviones impulsados por energía eléctrica o cuanto menos funcionando con motores híbridos.
Y es con este último tipo de motor donde parece que va a arrancar un nuevo tipo de aviación gracias a un proyecto que hace muy pocos días y en plena pandemia mundial, generó una buena noticia dentro de un sector que sufre y un mundo que está casi parado que tiene que arrancar de nuevo. El aparato de este segmento y que podría ser el primero en producirse en cadena es francés: se llama VoltAero Cassio. El pasado viernes se presentó su diseño definitivo, su configuración y las características generales, siempre modificables, tras años de pruebas teniendo como base otros aviones existentes readaptados para experimentar con motores híbridos de combustión y eléctricos, la fórmula combinada más plausible para los próximos años.
El resultado del VoltAreo es, salvando las distancias, algo así como un Tesla volador, por su concepción, líneas, diseño y el interés común tanto de Elon Musk como de Jean Botti, el Consejero Delegado y Director Técnico de la empresa aeronáutica francesa: reducir la huela medioambiental con sus vehículos por tierra y aire. El diseño de producción del Cassio se basa en un fuselaje elegante y aerodinámicamente optimizado respecto a los aviones previos con los que se ha experimentado. Como singularidad visible y que no es frecuente en más que en contadas aeronaves, tiene unos bigotes o canard en la parte delantera, para permitir su estabilidad y mejorar su aerodinámica, mientras que en la parte trasera tiene una doble y alta cola horizontal entre la que está el motor y la hélice invertida, pues al contrario que en el grueso de las aeronaves, este aparato es impulsado desde su parte trasera.
El proyecto Cassio
Se comercializará en tres versiones, de cuatro a diez pasajeros, y tendrá una autonomía de vuelo superior a 3 horas
El sistema de propulsión permitirá una autonomía de vuelo de 3.5 horas, un alcance de unos 1.300 kilómetros y una velocidad de crucero de 370 km/h. Las tres versiones que se comercializarán varían en su tamaño, potencia y capacidad, yendo desde el más ligero, cuatro pasajeros por aparato hasta los diez ocupantes, mientras que los tres modelos tendrán una distancia requerida de despegue y aterrizaje de unos 550 metros.
La aeronave Cassio se producirá en una línea de ensamblaje final especialmente diseñada en la región de Nouvelle Aquitaine, en el suroeste de Francia. Con esa marca liderando un equipo de socios y proveedores que esperan ganar una buena cuota de mercado en aviación general, se tiene la previsión de realizar las primeras entregas a finales de 2022. Inicialmente será en versión de cuatro asientos, el equivalente a la capacidad las célebres Cessna o Piper, pequeñas aeronaves dedicadas al entrenamiento de aviadores y a los vuelos turísticos, de ocio o personales.
El siguiente paso será abrirse mercado en el siempre complicado Estados Unidos, donde la aviación general tiene un desarrollo exponencial. Sería gracias a este país, además de las ventas en Europa y también su entrada en Asia donde se va a justificar que la previsión de aeronaves a fabricar al año supere de media las 100 unidades. De hecho, para el máximo directivo de la empresa, el diseño recién presentado es muy realista y muy pragmático, frase que tiene más valor conociendo su curriculum en grandes proyectos previos, incluidos los de Airbus relacionados con la aviación impulsada parcial o totalmente con motores eléctricos. En un momento en que la aviación comercial está viviendo la crisis más grave de su historia, VoltAero, una pequeña empresa aeronáutica con las ideas claras puede convertirse en el símbolo de otra manera de viajar. El futuro, parece que inmediato, dirá.