La moto de ‘Terminator’ se hace un ‘lifting’ en su 30 aniversario
Músculo en las dos ruedas
La Harley-Davidson Fat Boy lanza una edición limitada de 2.500 unidades y refuerza su obsesión por toda la gama de oscuros
Nacida en 1990, la Harley-Davidson Fat Boy se convirtió rápidamente en una de las motocicletas más carismáticas de todos los tiempos. Un año más tarde, aquella primera generación fue la compañera de aventuras elegida por Arnold Schwarzenegger para protagonizar a través de Los Ángeles una impactante persecución en la película Terminator 2: El juicio final . Con el fin de celebrar las tres décadas de vida de tan emblemático modelo, la marca americana ha lanzado una exclusiva serie especial, limitada a 2.500 unidades, que luce el logotipo 30th Anniversary.
Estamos ante una de las motos más inconfundibles de nuestro planeta. Sus formas, exageradamente musculosas, no dejan indiferente a nadie que tenga la ocasión de contemplarla. Para dar vida a la pionera versión de esta mítica saga, los diseñadores de Harley-Davidson tuvieron el acierto de inspirarse en los modelos que habían triunfado en Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, y combinar su esencia estética con la limpieza de formas y la simplicidad propias del más puro estilo industrial predominante en su momento.
La característica distintiva más contundente de esta elitista joya americana de dos ruedas es la obsesión por la oscuridad y el contraste sugerido por elementos de bronce. Casi todas las piezas imaginables van pintadas en atractivas tonalidades de negro, rematadas con distintas variantes de acabado. Para satisfacer el ego de sus orgullosos propietarios, cada una de estas preciadas piezas se identificará mediante su propia placa numerada conmemorativa, fijada en el depósito de combustible.
Pero el colmo de los insospechados elementos lúgubres del modelo es el motor, que también se ha tostado convenientemente para la ocasión. Aunque sus gigantescas dimensiones y su propia genética ponen de relieve a simple vista que no ha nacido para devorar asfalto a ritmo de vértigo, la Fat Boy sorprende por agilidad y prestaciones, virtudes capaces de colmar los deseos de motoristas exigentes. Con el fin de adaptar el comportamiento del amortiguador trasero al peso del conductor, se puede ajustar su rigidez mediante un mando giratorio situado bajo el asiento.
Si se tiene en cuenta el elevado precio de esta impactante moto, que se vende por 27.900 euros, es fácil deducir que los clientes tengan ganas de lucir su distintiva decoración ante las legiones de usuarios que tiene Harley-Davidson en todos los rincones del mundo. Fat Boy, que se traduce del inglés por gordito, fue un nombre que surgió en el departamento de marketing de la marca americana al preguntarse cómo se podría apodar un modelo de tales características al ponerlo en la calle. Se buscaba una palabra que sonara irreverente, con cierto tono de broma, pero no se podía sospechar entonces que su orgullosa propietaria triunfaría tanto en el mercado ni que su nombre alcanzaría tales cotas de popularidad entre los aficionados a las dos ruedas.