Sonia Díaz, experta en gestión de la ira: “Muchas veces tenemos al lado a una persona que nos saca de quicio, pero en realidad es un gran maestro del que podemos aprender a ser más flexibles”

Gestión de las emociones

“En algunas parejas, cuando uno es más organizado y el otro más espontáneo, los conflictos tienden a ser más frecuentes”, declara Sonia Díaz Rois

Sonia Díaz

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Sonia Díaz Rois es mentora, coach y experta en gestión de la ira, además de autora de 'Y si me enfado, ¿qué?' (2024). En su libro, destaca la importancia del autoconocimiento como clave para ganar confianza. La experta explica que muchas personas que inician el proceso de ''Gestiona Tu Ira'' suelen expresar que las discusiones con su pareja son frecuentes y siempre giran en torno al mismo motivo. 

“Estas personas se perciben a sí mismas como previsoras, estructuradas y responsables, mientras que su pareja tiene una mayor capacidad para improvisar, algo que les altera profundamente y desencadena conflictos constantes por cualquier tema”, señala la experta.

Y si me enfado, ¿qué? (2024) Libro de la autora Sonia Díaz.

Y si me enfado, ¿qué? (2024) Libro de la autora Sonia Díaz.

Cedida por Sonia Díaz Rois

La incapacidad de improvisar: el camino directo al enfado (y el motivo de muchas discusiones en pareja)

En general, esto está relacionado con la creencia de que si planificamos bien, todo debería salir como esperamos. Sin embargo, cuando la realidad nos lleva por otro camino y nuestra necesidad de control se intensifica, sentimos que perdemos el rumbo y reaccionamos con enfado, frustración o tensión. En algunas parejas, cuando uno es más organizado y el otro más espontáneo, los conflictos tienden a ser más frecuentes.

Discusión de pareja

Discusión de pareja

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Cada uno afronta los imprevistos desde su propia necesidad: la persona previsora busca estructura para sentirse en calma y, cuando la otra improvisa, lo percibe como una falta de seriedad o compromiso. Por otro lado, quien improvisa no comprende por qué tanto drama si, al final, todo suele salir bien. Son ritmos distintos que, si no se gestionan adecuadamente, pueden derivar en frustración y discusiones constantes.

El verdadero problema no es el cambio de planes en sí, sino cómo lo afrontamos y qué necesitamos para sentirnos cómodos con él. No es el imprevisto lo que nos altera, sino la sensación de perder el control. Cuanto más rígidos somos, más sufrimos cuando algo no encaja con nuestra idea inicial. En estos casos, es fundamental comprender que no se trata de quién tiene razón, sino de aprender a gestionar las diferencias.

Discusión de pareja

Discusión de pareja

Getty Images/iStockphoto

No se trata de que uno lo haga bien y el otro mal, sino de comprender que son formas distintas de funcionar. Ni la planificación es exagerada, ni la improvisación es irresponsable. El problema surge cuando uno de los dos intenta imponer su manera de hacer las cosas. Si una persona necesita planificación y la otra prefiere dejarse llevar, hay tres pasos clave para encontrar el equilibrio.

3 pasos clave para encontrar el equilibrio

  • Reconocer las necesidades de cada uno. Es decir, aceptar que la persona previsora necesita estructura y que la persona que improvisa necesita libertad. Son formas distintas de gestionar la incertidumbre.

  • Expresarse con respeto y empatía. En lugar de usar frases como «nunca te organizas» o «quieres controlarlo todo», que solo generan reproches, es mejor explicar qué necesita cada uno y cómo se siente cuando el otro actúa de manera diferente.

  • Repartir las tareas según lo que mejor se le da a cada uno. Si hay algo que requiere planificación, es lógico que lo lleve la persona previsora. Si hay situaciones en las que la flexibilidad es clave, mejor que las gestione quien sabe adaptarse mejor. Así, cada uno aporta desde su punto fuerte.
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