Comer una ensalada antes de disfrutar un plato de pasta o una pizza podría ser un hábito muy efectivo para mitigar los picos de insulina y glucemia. Expertas en nutrición como Cristina Lora, profesora de dietética y experta en seguridad alimentaria, y Luciana Lasus, nutricionista especializada en salud hormonal femenina, coinciden en que esta práctica puede ayudar a regular el metabolismo, evitar la acumulación de grasa y reducir la sensación de letargo tras la comida.
Cómo la ensalada impacta en la digestión de los carbohidratos
Ensalada griega
Cuando consumimos directamente alimentos ricos en almidón, como la pasta o la pizza, sin acompañarlos de verduras, el impacto en la glucemia e insulina es mucho mayor. Esto puede provocar sensación de hambre poco después, fatiga e incluso favorecer la acumulación de grasa corporal.
Según Cristina Lora el consumo de una ensalada antes de los carbohidratos permite que la fibra de las verduras compita con estos nutrientes, ralentizando su absorción y evitando picos bruscos de glucosa en sangre. De esta forma, se logra una digestión más estable y un mayor control del apetito. Por su parte, Luciana Lasus pone en valor que este hábito es aún más crucial para mujeres en peri y postmenopausia, ya que en esta etapa la regulación de la glucosa se vuelve más complicado.
La valoración de profesionales como ellas ha demostrado que la secuencia en la que se consumen los alimentos puede influir en la respuesta metabólica del cuerpo. Consumir verduras crudas antes de los carbohidratos complejos ayuda a reducir la velocidad con la que la glucosa entra en el torrente sanguíneo, evitando subidas y bajadas bruscas de energía.
Además, este saludable hábito no sólo se trata de controlar la cantidad de comida ingerida, sino de optimizar la forma en la que el cuerpo la procesa. La combinación de fibra con carbohidratos permite que la energía se libere de manera más gradual, mejorando la sensación de saciedad y evitando la fatiga postprandial.
Incorporar este hábito en la rutina diaria es sencillo, según las expertas
1Elige ensaladas ricas en fibra: opta por vegetales crudos como lechuga, espinaca, rúcula, pepino o zanahoria rallada.
2Añade grasas saludables: aceite de oliva, frutos secos o aguacate pueden mejorar la absorción de nutrientes.
3Evita aderezos azucarados: opta por vinagretas naturales para no contrarrestar los beneficios de la fibra.
4Aplica el principio a otras comidas: también funciona con arroz, patatas y otros carbohidratos.
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