Las comidas y cenas navideñas están a la vuelta esquina (si es que algunas no se han hecho ya) y, por lo general, suelen venir acompañadas de muchos dulces o alimentos que nos hacen alejarnos de lo que comemos habitualmente. En ocasiones, esta época puede resultar abrumadora, ya que nos enfrentamos a días de mucho ajetreo y lo que comemos durante estos encuentros festivos se sale de lo “habitual”. Es decir, en la mesa aparecen más alimentos que contienen azúcares en exceso, procesados o alimentos ricos en grasa. Por tanto, es importante planificar bien nuestras comidas con antelación e intentar encontrar hueco a alimentos saludables.
Para ello, la nutricionista Elvira Berengüí nos ha dado las herramientas necesarias para aprender a detectar el hambre emocional en estas fechas festivas, entre otros. Berengüí, que siempre ha buscado ayudar a los demás, se licenció en la Universidad de Navarra: “Estoy convencida de que una buena salud empieza con una alimentación saludable, y esa fue la razón por la que decidí dedicarme a la nutrición”, confiesa la experta. Después de 20 años tras terminar sus estudios, trabaja diariamente ampliando sus conocimientos para dar lo mejor de sí y poder compartirlo con el resto: “Los seres humanos somos muy complejos; no comemos solo para sobrevivir, sino también por placer, por cultura, por hábitos y preferencias”, confiesa.
La alimentación consciente tiene un impacto significativo tanto en el bienestar físico como emocional
¿Cómo influyen los recuerdos y las tradiciones navideñas en nuestras elecciones alimenticias?
La alimentación va mucho más allá de simplemente elegir alimentos por su composición nutricional. Nuestras decisiones alimentarias están profundamente influenciadas por nuestra cultura. Por ejemplo, no comemos lo mismo quienes somos de origen mediterráneo que aquellas personas que viven en la India. También influyen otros factores, como las experiencias familiares, las preferencias personales, la situación económica, entre otros.
En esta época del año, las tradiciones y recuerdos evocan emociones que suelen estar vinculadas a alimentos específicos, como los dulces típicos de las comidas familiares en Navidad. Esto refuerza el vínculo emocional con esos alimentos y, a menudo, aumenta la tendencia a consumirlos en exceso.
Algo interesante aquí es la relación entre la comida y la recompensa. Desde pequeños, se nos enseña que un premio suele ser una comida calórica, rica en azúcares o grasas. Asociamos este tipo de alimentos con la celebración, el regalo y la recompensa.
Por eso, cuando llegamos a la adultez, no es raro que digamos cosas como: 'Hoy me merezco un premio' y lo traduzcamos en comida. Es importante trabajar en este aspecto y buscar alternativas de placer o recompensa que no giren en torno a los alimentos, para aprender a disfrutar de otras maneras y mejorar nuestra relación con la comida.
Se nos enseña que un premio suele ser una comida calórica y asociamos este tipo de alimentos con la celebración
¿Por qué crees que en Navidad es más común comer impulsados por las emociones?
En Navidad, las emociones suelen intensificarse debido a factores como la nostalgia, las reuniones familiares y los eventos sociales. Para muchas personas, esta época es motivo de celebración, pero para otras puede generar emociones negativas. Esto puede llevar a comer en exceso como una forma de gestionar el estrés o aliviar sentimientos como la tristeza o la soledad.
¿Cuál es tu consejo clave para disfrutar de las comidas navideñas sin excesos ni culpa?
Es fundamental planificar tus comidas, diseñando menús con opciones saludables, como verduras y proteínas magras. Si vas a comer fuera, trata de elegir tu comida con antelación y pide las salsas aparte para controlar lo que consumes. Si eres invitado, lleva tus propios platos saludables para asegurarte de tener opciones adecuadas. Es importante ser crítico con los productos “sin azúcar”. Aunque puedan parecer una opción saludable, a menudo son altos en calorías y grasas. En su lugar, opta por alternativas como frutas, infusiones o snacks saludables de marcas como PronoKal®.
Mantenerse activo también es clave. Aprovecha las festividades para incorporar ejercicio físico, ya sea organizando paseos, excursiones o juegos en familia. Esto no solo favorece la salud, sino que también ayuda a controlar el peso. Además, es esencial buscar la felicidad más allá de la comida. Prioriza el descanso y participa en actividades que reduzcan el estrés, como mindfulness o meditación. Esto contribuye a una mentalidad positiva y a un bienestar general.
Por último, utiliza técnicas psicoemocionales como la asertividad para gestionar las presiones sociales. Practica comer de forma consciente y haz una pausa ante las tentaciones. Estas estrategias te permiten mantener el control sin renunciar al disfrute de las festividades.
¿Qué importancia tiene planificar las comidas durante las fiestas para evitar el hambre emocional?
La planificación es clave para evitar caer en los antojos o comer por impulsividad. Al planificar dónde y qué vamos a comer, nos aseguramos de tener opciones saludables y deliciosas disponibles, lo que ayuda a reducir el impulso de consumir alimentos ultraprocesados. Este proceso comienza en la compra: tener opciones saludables en casa depende de elaborar una lista de lo que necesitamos, lo que nos permite evitar dejarnos llevar por antojos y tomar decisiones más conscientes y equilibradas.
¿Qué impacto tiene la alimentación consciente en el bienestar físico y emocional, especialmente en fechas festivas?
La alimentación consciente tiene un impacto significativo tanto en el bienestar físico como emocional, especialmente durante las festividades. Este enfoque nos permite disfrutar de la comida de manera plena, sin caer en excesos, ya que nos enseña a prestar atención a nuestras señales de hambre y saciedad. Durante las celebraciones, cuando las emociones pueden influir en nuestras elecciones alimenticias —como el estrés o la nostalgia—, la alimentación consciente nos ayuda a evitar comer de manera impulsiva, favoreciendo una relación más saludable con la comida.
Además, este enfoque promueve el bienestar emocional, ya que al reducir la culpa o el arrepentimiento por lo que comemos, contribuimos a mejorar nuestra salud mental. Practicar la alimentación consciente no solo es esencial para mantener hábitos saludables durante las festividades, sino que también nos ayuda a gestionar nuestras emociones y a mantener la calma, evitando el hambre emocional que puede alterar nuestros patrones alimenticios en esta época del año.
Las tradiciones y recuerdos evocan emociones que suelen estar vinculadas a alimentos específicos
¿Qué mensaje final darías a quienes sienten que pierden el control con la comida durante la Navidad?
Es normal sentir que se pierde el control con la comida durante las fiestas, especialmente debido a las emociones y las tradiciones asociadas con la Navidad. Sin embargo, es importante aprovechar estas ocasiones para trabajar en mejorar nuestros hábitos. Mi consejo es practicar la alimentación consciente, disfrutando de los alimentos de manera pausada y prestando atención a las señales de hambre y saciedad de tu cuerpo. Si sientes que te desvías de tu plan, sé amable contigo mismo, retoma tus hábitos saludables al día siguiente y no pierdas de vista tus objetivos a largo plazo.