La mejor hora para desayunar (y cenar) si quieres cuidar tu salud cardiovascular, según el nutricionista Luis Zamora

Nutrición

Según el experto, el momento del día en que hacemos las ingestas principales influye en nuestra salud

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Luis Zamora nutricionista desayuno

Las horas de desayuno y cena son claves 

Luis Zamora / iStock

Cuando hablamos de alimentación saludable, esto no aplica solo a lo que comemos, sino también a cuándo. Esto se engloba dentro del concepto de la crononutrición, que estudia el efecto de los alimentos en el organismo en función de las horas a las que los ingerimos, teniendo en cuenta para ello los ciclos circadianos.

Según el nutricionista Luis Alberto Zamora, hay unos horarios marcados en los que realizar las tres comidas principales del día –desayuno, comida y cena– para que tu organismo esté mucho más saludable y, por consiguiente, vivir más.

La hora a la que desayunas, comes y cenas también es determinante para tu salud.

La hora a la que desayunas, comes y cenas también es determinante para tu salud.

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¿A qué hora desayunar, comer y cenar para beneficiar nuestra salud?

En su paso por el programa Y Ahora Sonsoles (Antena 3), el nutricionista Luis Alberto Zamora expuso que la hora a la que hacemos las ingestas principales del día “influye en prevenir el riesgo cardiovascular, mejor control del peso y mejor control del azúcar en sangre”.

Así, indicó que lo que dicen los estudios es que lo más conveniente es desayunar “una horita después de que haya salido el sol, antes de las 8 por ejemplo”. “Las 8 de la mañana sería una de las mejores horas para desayunar, porque el cuerpo ya se ha despertado, ya están las hormonas activas, el cuerpo está preparado y el cortisol está en su punto óptimo”, subrayaba el experto.

El nutricionista aconseja comer antes de las 14 horas.

El nutricionista aconseja comer antes de las 14 horas.

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Pasando a la comida, recomienda hacerla más temprana, pues “el cuerpo estaría mejor preparado, habría mejor resistencia a la insulina, habría menos picos de azúcar, el cuerpo tiene todas las hormonas más preparadas, la insulina sería más efectiva”. Por ello, aboga por comer antes de las 14 horas, lo que se relaciona con “mejor control glucémico y del peso”.

Finalmente, indicó el nutricionista que hay que cenar antes de las 21 horas de la noche. Hacerlo después de esta hora está relacionado “con un 28 % más de riesgo cardiovascular, es decir, más riesgo de que tengamos un ictus, un infarto, etc.”. Bien es cierto que los horarios que seguimos en nuestro país no siempre favorecen seguir estas pautas, pero también es importante tener en cuenta el matiz final de Luis Zamora: “No vale ni saltarte el desayuno ni saltarse la cena, porque hay que dar nutrientes al cuerpo”.

Con el nutricionista coincide también un estudio realizado por un equipo del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el INRAE, el Inserm y la Universtié Sorbonne Paris Nord, siguiendo los hábitos de alimentación de más de 100.000 personas durante siete años. Dicha investigación, cuyos resultados fueron publicados en Nature Communications, expuso que lo óptimo es desayunar antes de las 8 de la mañana y cenar antes de las 8 de la noche.

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“Nuestros hallazgos sugieren que, más allá de la calidad nutricional de la dieta, los horarios de las comidas pueden ayudar a promover una mejor salud cardiovascular”, exponía Anna Palomar-Cros, primera autora del estudio. Según la investigadora, hacer la primera comida del día más tarde de esa hora se asocia a factores de riesgo cardiometabólico, tales como un aumento de la presión arterial, mayor inflamación o aumento del nivel de la insulina.

Los estudios anotan la conveniencia de cenar antes de las 20 horas.

Los estudios anotan la conveniencia de cenar antes de las 20 horas.

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Asimismo, cenar más tarde de dicha hora "se asoció con una hemoglobina glicosilada más alta (que puede ser factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares) y puede contribuir a la intolerancia a la glucosa, la resistencia a la insulina, mayores niveles de colesterol y un aumento en el índice de masa corporal, según indican ensayos en humanos”, en palabras de Anna Palomar-Cros.

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