La colorimetría salió de las fronteras coreanas y se ha vuelto una actividad interesante para comprender mejor nuestro estilo personal. Esta tendencia se originó cuando varios influencers mostraron en redes sociales cómo unas estilistas les hacían una serie de pruebas para asignarles una estación que reflejaba la gama cromática más favorecedora con el individuo en cuestión. Los tonos fríos y cálidos ayudan a nuestra complexión en función del contraste y la colorimetría consiste en encontrar, dentro de tu propia complexión, cómo potenciar, suavizar o complementar tus facciones.
Aunque el test de colorimetría nació en 1945 en Estados Unidos, la tendencia resurgió en Corea. El negocio de la estética es muy importante en la sociedad coreana, y la presión por lucir bien llega desde ámbitos tan cercanos como la propia familia. A menudo, la apariencia de una persona es determinante en su búsqueda de trabajo, amor o estatus. No por nada los coreanos suelen pedir una gran fotografía de los candidatos durante sus entrevistas laborales.
El análisis de color se popularizo, como muchas otras modas, en Corea del Sur
El fenómeno del K-pop o los K-dramas ha derivado en una obsesión por el país asiático y cierta curiosidad por sus procedimientos estéticos. No solo hay tendencias de maquillaje coreano, sino que han triunfado sus secretos para un skincare de estrella de cine. El cuidado de la piel coreano nos lleva años de ventaja, y parece ser que el nuevo as bajo la manga de estos estilistas es volver a poner en el punto de mira a la colorimetría, posicionando a los coreanos como unos de los más profesionales en materias de belleza.

Corea del Sur se ha vuelto especialmente popular no solo por sus cantantes, sino por el especial cuidado que le ponen a su estética
Acorde con Irati Ganuza, asesora de imagen, los beneficios de conocer tu gama cromática son muchos, “estos colores (fríos y cálidos) ayudan a nuestra propia complexión potenciando o disimulando nuestras facciones”. No solo es un proceso que ayuda a consolidar un estilo, sino también una experiencia entretenida que te hace comprender bastantes cosas sobre tu forma de combinar colores.
Los colores potencian o disimulan nuestras facciones en función de lo que se quiera lograr se opta por una paleta u otra”
En la gran escala de cromática, siempre hay unos tonos que no van a favorecerte; algunas veces son más obvios que otros. La función de los estilistas y asesores como Irati es comprobar, a través de la complexión, el tono y la forma de la cara, el pelo y los ojos del cliente, qué paleta encajaría mejor. No solo se trata de adaptar tu vestuario a esa gama de colores, sino que también ofrecen una explicación detallada de todo el proceso, acabando con las dudas al instante.
Existen cuatro secciones donde se puede ubicar tu colorimetría personal: primavera, verano, otoño e invierno, “va de neutros, cálidos y fríos, a veces una persona puede verse bien en colores de varias estaciones” . Cada estación representa unas características determinantes, como el tono de piel y el contraste entre pelo y ojos, aunque Ganuza comenta que las líneas que las diferencian pueden llegar a ser muy difusas.
Las profesionales saben cómo determinar si un usuario es cálido, frío o más tirando a neutro, pero un pequeño truco es mirarte las venas de la muñeca para identificar su color: si son azules o violetas, tienes una inclinación hacia los colores fríos, mientras que si son verdes, perteneces al lado cálido, el neutro es más difícil de detectar por tu cuenta. Los asesores coinciden en los siguientes tipos de gamas cromáticas según estaciones y subcategorías.
Primavera

Ejemplo de tonalidades y contrastes de la estación primaveral
Empiezan las divisiones por estaciones, la primera siendo la primavera. Esta categoría se caracteriza por agrupar a individuos con tonalidades cálidas y luminosas. Pelo rubio o castaño claro, ojos verdosos o azules chispeantes, piel cálida y sensible, y un contraste bajo entre todas esas características físicas son algunos de los requisitos para tener una colorimetría primaveral.
Siempre hay una estación predeterminada”
Los colores brillantes, vivos y atrevidos ayudan a marcar las facciones de los clientes pertenecientes a esta estación. Naranja tulipán, amarillo narciso o morado jacinto son algunos ejemplos. Una paleta cromática en tonos pastel también favorece, aunque cabe recalcar que es mejor evitar el negro.
Dentro de la primavera existen tres subcategorías: luminosa, clara y cálida. Todas se rigen por ciertos matices. Dado que la mayoría de las personas no encajan en una sola estación, se han creado estas subdivisiones para desarrollar el estilismo con mayor precisión.
Subcategorías 1La primavera brillante se caracteriza por su luminosidad. Suelen pertenecer a este subgrupo los individuos con ojos claros, cabello rubio o cobrizo y tez beige. En general, tienen un alto contraste entre los tonos de piel, ojos y cabello. Su paleta de colores es vibrante e incluye alta saturación, alto contraste y tonos cálidos , como el naranja quemado.
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La primavera verdadera se caracteriza por sus colores fuertes y saturados. Generalmente, si encajas en esta categoría, significa que tienes los ojos verdosos o marrones, tu tez tiene matices amarillos y, en general, posees un contraste medio. Prueba colores como el turquesa.
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La primavera suave se caracteriza por el poco contraste entre ojos, pelo y tez. Suele tener una paleta de colores ligera y colorida donde predomina la calidez y se evitan los tonos oscuros y pesados. Es una estación donde los verdes y azules claros triunfan, siempre que no tengan un subtono frío.
Verano

Ejemplo de tonalidades y contrastes de la estación veraniega
El verano, esa estación asociada principalmente con un calor intenso, sin embargo resulta ser la categoría a la que pertenecen aquellos con un aspecto luminoso, un contraste bajo de color y tonos o subtonos fríos. A diferencia de la primavera, las personas que encajan en el verano suelen tener cabellos castaños o rubios cenicientos, ojos claros o ámbar y una tez con un leve tono rosado y pequeños matices azulados.
Su paleta está determinada por una gama cromática fresca y clara, todo para ofrecer un aspecto delicado. Rojos, azules, verdes o amarillos son algunos de los tonos favorecedores, siempre que no sean excesivamente cálidos o vibrantes.
Subcategorías 1El verano apagado es ideal para quienes tienen cabello rubio ceniza y ojos azul-grisáceos. La piel suele tener un matiz beige grisáceo y comparte algunas similitudes con la estación invernal. La clave de esta paleta es la baja saturación y el bajo contraste. Evita colores demasiado brillantes o puros.
2El verano verdadero se recomienda a aquellos con una piel que tiende al beige y cabello castaño o rubio ceniciento. Los ojos varían entre diferentes escalas de verdes y azules o una tonalidad ámbar. Independientemente del color, los ojos verano verdadero siempre están ligeramente grises, lo que los hace apagados y menos vibrantes. En general, la paleta aporta un aspecto armonioso utilizando colores apagados y fríos. Algunos tonos pueden ser más intensos, ya que este subtipo no necesita ceñirse siempre a lo establecido; en cierto modo, comparte similitudes con el invierno.
3El verano suave requiere una tez muy pálida con matices neutros, ojos azules y cabello rubio u marrón oscuro sin reflejos. La clave está en los colores claros, luminosos y fríos. Esta categoría suele confundirse con la primavera suave, ya que comparten ciertos colores en sus paletas, aunque el verano tire por un tono más frío.
Otoño

Ejemplo de tonalidades y contrastes de la estación otoñal
El otoño, al igual que la primavera, se basa en tonos cálidos. Sus subtonos son dorados o colores melocotón y neutros. El cabello suele variar entre castaño claro, castaño oscuro y color rojizo. Los ojos asociados al otoño tienden a ser de un marrón acaramelado o verdes azulados.
La base de esta estación se compone de colores tierra, como el ocre, el verde oliva, el naranja fuerte o diferentes matices de marrón. Para combinar, es mejor optar por básicos como el blanco roto, el beige o el camel. Se recomienda evitar el blanco puro y los tonos extremadamente brillantes y fríos, así como el negro.
Subcategorías 1
El otoño profundo es la subcategoría más oscura dentro del otoño. Se basa en colores cálidos, apagados y atrevidos, con ciertas similitudes con el invierno profundo. La gama cromática más recomendable incluye tonos rojizos como el burdeos, amarillos dorados y colores que se mueven dentro de ese espectro.
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El otoño verdadero se caracteriza por incluir ojos en tonalidades marrones, verdes o azules. El cabello tiende a moverse principalmente entre castaños oscuros y rojos intensos, mientras que la tez suele ser beige o marfil y se broncea con facilidad. ¿Qué colores elegir? Apuesta por cobres, naranjas y verdes oscuros y tenues.
3El otoño suave es, tal vez, la más fría de las subcategorías otoñales, principalmente debido al bajo contraste entre cabello, ojos y tez. La piel es neutra, olivácea o cálida y el pelo varia de rubios dorados a marrones intermedios. Favorecen los colores apagados, como el verde salvia o el amarillo mantequilla, siempre que no sean demasiado vibrantes, ya que el brillo no acaba de complementar las facciones de esta subcategoría.
Invierno

Ejemplo de tonalidades y contrastes de la estación invernal
La última estación de la colorimetría. En esta categoría se encuentran personas con contrastes fuertes y matices fríos, generalmente marcados por ojos que varían de colores claros a extremadamente oscuros. El cabello suele tener casi siempre un tono negro o castaño intenso, y la tez también presenta un subtono frío. La mayoría de los individuos que podemos calificar como “invernales” resaltan con contrastes altos y tonos oscuros de colores puros. Las pieles de categoría invierno no suelen broncearse fácilmente y tienden a ser sensibles.
La colorimetría de invierno se basa en gamas de colores asociados a esta estación: blancos impolutos, azules fríos y tonos saturados o puros. Esto depende, por supuesto, de la categoría a la que pertenezca el cliente.
Subcategorías 1El invierno oscuro se caracteriza por colores saturados y brillantes que evocan la noche invernal. La gama cromática de esta subcategoría se asocia al misterio, con colores fríos y opacos; aunque puede haber algunos tonos claros, predominan los oscuros. Se encuentra en la frontera entre el otoño profundo y el invierno verdadero, por lo que sus tonalidades tienden a ser más suaves, cálidas y oscuras que las de este último. La tonalidad fría de la piel es lo más importante, tanto en pieles blancas como morenas. El cabello es típicamente oscuro, al igual que los ojos.
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El invierno verdadero es la esencia de la estación y se caracteriza por pieles marfiles (siempre de matiz frío), con un cabello que varía, pero que siempre se mantiene entre el castaño medio y el negro, combinado con ojos en distintas tonalidades de marrón. Se puede confundir con alguna subcategoría del verano, ya que comparten la frialdad de los colores dentro de su paleta. Sin embargo, el verano suaviza los tonos, mientras que el invierno se mueve entre la media saturación y los colores brillantes.
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El invierno brillante tiene una paleta de colores especialmente saturados y vibrantes, como una alegoría del contraste entre la luz del sol y el paisaje invernal. Las personas de esta subcategoría se caracterizan por tener una piel clara y un cabello que puede variar de negro a plateado. Su rasgo más determinante son los ojos, que suelen ser azules o verdosos.
Es importante mencionar que la popularidad de la colorimetría a través de la red social asiática TikTok ha puesto al asesor de imagen en el punto de mira, para bien y para mal. “El intrusismo laboral está presente en esta profesión, sorprendería saber la cantidad de gente que opera sin los conocimientos necesarios” afirma Ganuza. Por lo tanto, vale la pena informarse y acudir a un centro o un estilista capacitado para realizar el análisis de color.
Recomendadísimo el libro de Carol Jackson 'Colour Me Beautiful', que es prácticamente la biblia de la colorimetría”
Del mismo modo, hay que recordar que las líneas entre estaciones pueden ser muy difusas. Los tonos de verano se juntan con los primaverales y viceversa, por lo que siempre se puede ser flexible con alguna que otra gama de colores. Lo mejor es vestirse como uno quiera identificarse, la colorimetría es solo una herramienta complementaría que puede dar un toque extra al conjunto, pero la personalidad la pones tú.