Cómo teñirse el pelo en casa sin provocar un desastre
Belleza
Pautas y consejos de los profesionales para mantener una imagen cuidada durante el encierro, desde el tinte hasta un corte de emergencia
Tintes, secadores, ... todo para tener la peluquería en casa
Si el pelo es un estado de ánimo, anda ahora decaído. Un mes de cuarentena quiere decir canas a la vista, flequillos que tapan los ojos y ponen de los nervios y cortes que han perdido su forma. Pero también hay buenas noticias. Más allá del color y las formas, al pelo no le sienta mal estar en casa y muchos han notado que se mantiene más limpio porque está menos expuesto a la contaminación urbana y ahora, cuando se opta por peinados menos elaborados, se utilizan menos productos de styling. Se nota más hidratado, porque la venta de mascarillas capilares se ha disparado y ha bajado el uso de secadores y planchas.
La opción más sofisticada es el asesoramiento profesional del peluquero –se puede pedir consejo y hasta el tinte al colorista habitual–, el color personalizado previo envío de foto y los kits de mantenimiento del color de supervivencia que facilitan online algunos salones como Compte (adreamhair.com), que puede incluir hasta el bol y el pincel o Backstage (backstagebcn.com). Contactar con la peluquería de siempre vía Instagram o whatsapp para que nos digan el tono exacto que llevamos ayudará a evitar sustos.
Pero en casa, ¿hay remedio, además de poner la vuelta a la peluquería en el top ten de la lista de prioridades post confinamiento? Claro.
Sí al color
Las más optimistas afrontaron el frente –y la frente– en blanco pensando que es tendencia y que sería un buen momento para decidir si dejarse ya de tintes y lucir las canas al aire. Después del experimento forzado y de pasarse días con un pañuelo a modo de bandana setentera, muchas han decidido incluir el tinte en la lista de la compra del súper como articulo de primera necesidad. Porque para que las canas queden de lujo hay que ir vestida como de galerista o, al menos, llevar las gafas de colores o los collares de Iris Apfel. ¿Un consejo? Apostar por la coloración semipermanente para relativizar fallos.
Trucos para retocar raíces. Todos los expertos recomiendan ceñirse a retocar las raíces “porque es más fácil arreglarlo después en el salón”. “Comprar un tinte de supermercado y aplicarlo en casa no tiene por qué ir mal, pero es fácil meter la pata porque el tono que aparece en la caja no es idéntico al que queda después”, avisa Diana Daureo, de la peluquería del mismo nombre. Un error a evitar: “A la hora de tapar las canas podemos teñir una franja de pelo mayor de la necesaria y que se acabe creando una especie de diadema de un color más intenso que el resto de la melena”, señala.
Antes de empezar. Eduardo Sánchez, director de Maison Eduardo Sánchez, comparte sus consejos: Hacer una prueba de alergia, como se indica en el producto. “Prueba la fórmula en un mechón en la zona de la nuca para descartar la reacción y ver de paso cómo queda el color”, dice. El pelo, sin lavar. “Es preferible que no se haya lavado ese día porque el cabello limpio hace que el tinte “agarre” menos”.
¿Dudas entre dos tonos? “Elige siempre el más claro porque una vez aplicado suele ser más oscuro de lo que parecía en la carta de color”. Y recuerda que “en tintes, los tonos con los números más altos suelen ser los más claros y los más bajos los más oscuros”. No hay que pasar del tiempo de exposición que indique el fabricante. “Se suele pensar que dejándolo más tiempo cubrirá mejor las canas, pero no es así. Lo único que conseguirás es irritar más el cuero cabelludo”.
Proceso. Camiseta vieja, una capa de plástico o una toalla prescindible, guantes, un poco de vaselina, crema hidratante o de manos en el contorno del rostro y las orejas para evitar manchas y al lío. “Si utilizas una combinación de varios tonos, mezcla primero los tintes, después añade el oxidante y bátelo hasta que quede una crema”, indica Ramon Torralba, director de los salones Compte. Sus expertos coloristas aconsejan “empezar cubriendo las raíces del contorno del rostro y, después, con el mango de un peine fino, ir abriendo rayas en el cabello y aplicar el tinte capa a capa. Cuando hay mechas hay que tener cuidado de no arrastrar mucho el tinte”.
La parte de atrás en más complicada y es mejor pedir ayuda si hay alguien más en casa. Caso contrario, abrir las capas en horizontal, aguantándolas con una pinta en lo alto de la cabeza, y acabar en la nuca. El último paso es retocar otra vez el contorno del rostro. “Si llevas mechas aprovecha para aplicar mascarilla, sérum o aceite protector en las zonas más claras para nutrirlas y prevenir que no se oscurezcan al lavar”, precisa Torralba.
Y un último detalle. “Cuando el color lleve reflejos (dorados, cenizas, cobres…) no lo utilices nunca para las cejas. Para estas es mejor un color base o maquillarlas con lápiz o sombras”, dice. Para apreciar el resultado, Eduardo Sánchez recomienda “paciencia”. “El color definitivo, advierte, se aprecia transcurridos un par de días, cuando los pigmentos se van matizando”.
Cortar el flequillo
Retoque de emergencia. En un mes de confinamiento hemos visto de todo: desde quien se atreve con tintes caseros con limón, huevos y cúrcuma, hasta quien osa cortarse el pelo o debutar con el flequillo como Rosalía. La mayoría habrá descubierto que, con el pelo, experimentos los justos. Mejor tirar de horquillas, clips, coletas y moños improvisados. Si acaso algún retoque de flequillo cuando empiece a molestar y siempre bien asesorados. “Las tijeras de cocina o las del escritorio no son, ni de lejos, los mejores utensilios para cortar el pelo. Si se puede, es importantísimo tener unas tijeras específicas y bien afiladas, porque si no con cada tijeretazo el pelo irá hacia atrás y quedará demasiado corto”, avisa Eduardo Sánchez.
La medida perfecta. La diferencia entre un flequillo perfecto y uno demasiado largo es cuestión de milímetros: “No esperes que esté demasiado largo porque así el retoque será más sencillo”, apunta Ramon Torralba, de Compte. “Recoge toda la melena en una cola, menos el flequillo, para evitar cortes laterales, humedécelo y busca una medida”, explica. Si se quiere largo y abierto: “Pinza con los dedos índice y corazón y baja hasta la nariz. No cortes en paralelo a los dedos, hazlo en diagonal y picoteando las puntas”, dice. “Para un flequillo más corto, la referencia serán las cejas y, para quitarle peso, hay que peinarlo hacia arriba y puntear con las tijeras”.
“Si crees que ha quedado algo largo ¡cuidado!”, advierte Eduardo Sánchez. “Un fallo muy frecuente es volver a cortar, y en esos casos es difícil no excederse”. Recuperar un trasquilón puede tardar puede tardar uno o dos meses.
El lavado perfecto
Las prisas matinales o las rutinas mal aprendidas acumulan errores a la hora de lavar del pelo. Ahora que no salimos de casa podemos aprovechar para hacer cursillo intensivo de cómo hacerlo bien de la mano de profesionales expertos.
Cepillado previo. “Hay que desenredarlo en seco con un cepillo de cerdas naturales para estimular la circulación sanguínea del cuero cabelludo y facilitar la penetración del champú. Comienza el cepillado por las puntas, para terminar en la zona de la raíz”, aconsejan desde Llongueras.
Frecuencia. “Si las condiciones de higiene lo permiten, lo ideal es lavarlo cada tres días. Si el cabello es muy graso, se puede lavar a diario con una sola dosis de champú”, dice Adolfo Remartínez, creador de Nuggela & Sulé.
Elegir bien el champú. “Teniendo en cuenta el tipo de pelo (seco, graso, normal, con caspa, fino…) y qué beneficios quieres potenciar (brillo, hidratación, nutrición, volumen, prevenir la caída del cabello…)”, dice.
Primer lavado. “Humedece el cabello unos minutos con agua tibia, reparte el champú por la zona de la raíz y frota por la zona de la nuca, la coronilla y detrás de las orejas”, apuntan en Llongueras. “No apliques el champú directamente en el cabello, deja caer sobre la palma de la mano una pequeña cantidad, frota hasta emulsionar y aplícalo sobre el cuero cabelludo”, especifican desde Nuggela & Sulé.
Segundo lavado. “Se trabaja de manera más superficial la zona de las raíces para centrarse en los medios y las puntas, que se limpian con la espuma que va cayendo, sin añadir más champú. Evita frotar el cabello, para que no se enrede e intenta trabajar con los dedos lavando de forma vertical. Deja actuar el champú dos minutos y aclara”, explican los expertos.
Acondicionador o mascarilla. El primero hidrata. “Aplícalo de medios a puntas, desenreda, déjalo actuar un par de minutos y aclara”, señalan en Llongueras. La segunda nutre y se aplica una o dos veces por semana. “Por mechones, de medios a puntas mientras desenredas el cabello al mismo tiempo. Si trabajas desde casa hazte un moño alto y déjala actuar, mínimo, 30 minutos”, comentan. Caroline Greyl, directora de Leonor Greyl, la aplica 20 minutos antes del lavado para potenciar sus resultados y dejar el pelo más brillante: “Se aclara bien antes de aplicar el champú”, puntualiza.
Un chorro de agua fría. No es un mito. “En el aclarado final sella las cutículas y aporta brillo. No hay que hacer movimientos bruscos para evitar enredos ya que el pelo mojado pesa más y tiene más riesgo de rotura”, avisa Mario Anes, director artístico de Cotril España.
Secado al aire. “Quitar la humedad con una toalla de microfibra, sin frotar, retorcer el cabello ni dejarlo envuelto mucho rato, y dejarlo secar al aire”, recomiendan desde Llongueras.