¿Cuánto durara en su cargo Francisco José Gan Pampols, vicepresidente valenciano y conseller para la reconstrucción, además de Teniente General retirado? Imagino que no se sorprenden por la pregunta, pues se ha extendido la percepción de que el que fuera fichaje estrella de Carlos Mazón para liderar el objetivo de recuperar, si es posible, la normalidad en la zona devastada por la dana, debe estar muy harto de observar cómo le explotan las bombas “políticas” a su alrededor, e incluso cómo le llega metralla del supuesto fuego amigo. Vox pida su cabeza, desde hace tiempo, y con bastante saña, por cierto; con unas descalificaciones que sorprenden en un partido, en teoría, “amigo” de los militares y de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Pero claro, este les ha salido “diferente” por no decir “rana”, porque, sencillamente, es un demócrata, un hombre diseñado por las convicciones constitucionalistas, que acepta y defiende el Estado compuesto que es España y, para colmo, es de Girona y habla “catalán”, anatema. Es decir, para Vox, el señor Pampols, a pesar del elevado rango militar que obtuvo en el servicio activo (ser Teniente General es un escalón al alcance de muy pocos) no es de los “suyos”.

El vicepresidente y conseller para la Recuperación Económica y Social, Francisco José Gan Pampols, durante la reunióncon el Comisionado especial del Gobierno para la reconstrucción, José María Ángel.
Si extraño es que una fuerza de orden, por utilizar el término que ellos mismos divulgan, se dedique, incluso en las redes sociales, a polemizar contra el militar de prestigio, más extraño aún es ver cómo en las filas del PP valenciano el silencio respecto a estos ataques es total. Ni un tuit, como se decía antes. Lo que evidencia que no lo consideran “uno de los suyos”, ni siquiera por el hecho de que esté ayudando, y mucho, al president a resolver el problema de la reconstrucción. Pero es que también la respuesta del Consell ante estos ataques es, como máximo, tibia. Desde la Generalitat (Mazón o Camarero) se subraya, eso sí, la importancia de no dar por muerto el pacto de presupuestos con Vox a pesar de las palabras de Gan Pampols, quien defendió lo idóneo de regularizar a 25.000 migrantes por una verdad que hace tiempo expresan patronal y sindicatos: urge mano de obra para acelerar la reconstrucción de la zona de la dana. ¿Alguien se ha preguntado el golpe de imagen que supondría que Pampols abandone el Consell de forma prematura?
Pampols es un demócrata, un hombre diseñado por las convicciones constitucionalistas, que acepta y defiende el Estado compuesto que es España y, para colmo, es de Girona y habla “catalán”, anatema para Vox"
Quienes lo critican, y no por su sueldo (en esto sí hay motivo), deberían recordar que el señor Pampols es un hombre que ha soportado durante toda su vida el peso de los galones. Los que tenemos, por diferentes motivos, relación con hombres y mujeres acostumbrados a ponerse uniformes de combate, sabemos que suelen ser personas que se toman muy en serio sus “misiones”; gente, para entendernos, endurecida por las presiones, desde las propias, a la cadena de mando o la de los propios objetivos que han tenido que afrontar en su vida. Por eso sospecho que el vicepresidente valenciano no va a renunciar, ni por un momento, a sus principios y convicciones, por mucho que molesten a Vox y a no pocos militantes del PP. Si entre estas convicciones está coliderar, junto al comisionado José María Ángel (otro hombre de sólidas convicciones y con cierto aire castrense) una estrategia de colaboración entre la Generalitat y el Gobierno, pues lo hará, por mucho que esto saque de sus casillas a los de Abascal. Por cierto, la foto de ambos rompía el pasado lunes la incongruente y perniciosa imagen de dos administraciones trabajando en paralelo, de espaldas, mientras se lanzan agrias acusaciones (es la primera imagen de normalidad institucional desde el día 31 de octubre, con Sánchez y Mazón en el Cecopi).
Pampols vino, como dijo, a cumplir un objetivo concreto, y que una vez resuelto volvería a los cuarteles de invierno, es decir, dejaría su puesto. No parece que sea de esos hombres que den un paso atrás por tuits cercanos al insulto; es decir, que se “rinda”. Mientras, es probable que siga ofreciendo sus inteligentes opiniones, propias de un hombre con amplio sentido común, aunque haga salir de sus casillas a algunos y algunas. En una entrevista a este diario nos dijo “tengo libertad de cátedra”. Tal vez los hay que siguen sin saberlo.