La pesadilla de nuestro año valenciano que hora acaba. Dichosas fiestas que estemos pasando y Bon Nadal a aquellos que puedan. Yo con mi divina ahijada de coro del colegio a la Misa del Gallo de los nuestros, los Dominicos. Pero otros, bien cerca, amigos íntimos, conocidos queridos y profesionales reconocidos que las pasan canutas, Y lo que te rondaré morena. Y sí, por que quién debía no estaba para velar por ellos y por quién puede hace tarde y poco por todos ellos. Pues esta es nuestra Navidad, pese a quién les pese.
Mi gente, la buena, la de casa, la embarrada y la que clama por seguir adelante… sólo me reclama tirar para adelante y avanzar, desde el abismo al futuro, desde el politiqueo al sucedáneo de normalidad. Y cuánta razón tienen, collons. Esta paupérrima ventana opinadora hoy mismo acaba con el plañiderismo. Los cinco millones de ciudadanos de la Comunitat Valenciana no somos así. Nos quemamos y sobrevivimos, desfilamos y nos recomponemos, trepamos y nos elevamos. Las Fallas, los Moros y la Muixeranga nos salvan, no lo dudemos…
Últimamente lo pienso mucho, los valencianos no somos Andorra. Ni para el ocupado que gobierna en Moncloa ni para la sede cuestionada del Palau de la Generalitat. Aunque algunos en la Meseta recalcitrante no nos consideren y en éstas nuestras lares los provincianos alicantonistas no lo entiendan. Cuanta miopía padecemos toda la Comunitat Valenciana, sea desde siempre de la M30 o desde siempre de los despachos de cierta sociedad civil alicantina. Que no de Alacant. Alacant és important, como se clamó en sus calles allá por 1995.
Dame un error y te devuelvo un acierto, venga. Necesitamos como agua de mayo, buena fecha electoral en 2025. También reconstruir la esfera institucional autonómica bastante dañada hoy en día y rellenada de meritorios que brillan por su ausencia, tal como se probó las fatídicas fechas de final de octubre de este año.
Nos quemamos y sobrevivimos, desfilamos y nos recomponemos, trepamos y nos elevamos. Las Fallas, los Moros y la Muixeranga nos salvan, no lo dudemos"
¿Tiene el gobierno a los mejores?. Y contra el provincianismo iracundo y torpe, necesitamos los valencianos que el PPCV que aún aguanta supere la desfeta en la cual está y le han metido. Responsabilidad propia.
Y el PSPV, preso de cierto tactismo al pairo del gobierno central que siempre nos maneja, debería ponerse firme y clamar por ellos. Y por todos nosotros. Ay, dónde quedaban esos bellos cantos de sirena de la socialdemocracia mediterránea, valenciana, catalana y balear, en aras de refundar el Estado Español en la España plural, diversa, circular y multidisciplinar. Que somos el 50% del PIB, que somos el 50% de la población… que somos los del Corredor Mediterráneo, el futuro europeo de toda la península ibérica…
En estos días de excesos, brindo por un país de los valencianos digno y valiente, brindo por mis conciudadanos audaces y comprometidos, brindo por la vida difícil y digna. Y como me dijo un día Tomás de Aquino, dominico de pro como yo, la tristeza se combate con un buen baño y una copa de vino. Y mucho coraje, siempre! Bon Any Nou.