“Los alquileres está por las nubes, así que tenemos que compartir piso con dos, tres y hasta cuatro personas hasta que conseguimos un empleo con un salario decente. Hasta los 35 años no podemos ni pensar en independizarnos y mucho menos en comprar una casa”, explica Pablo Bottero, presidente del Consell de la Joventut de València (CJV). Su declaración condensa todos los males a los que se enfrenta su generación: crisis de vivienda, empleo en precario y sobrecualificación. A esto, además, cabe añadir un mercado inmobiliario tensionado también por el aumento del alquiler turístico.
Por todo ello, ayer jóvenes miembros del Consell de la Joventut firmaron un manifiesto ante el edificio consistorial de València para pedir una política de vivienda que les tenga en cuenta. Y lo hicieron de la mano de la Federación de Asociaciones Vecinales de València y de representantes de estudiantes de las dos principales universidades valencianas, la Universitat Politècnica de València (UPV) y la Universitat de València (UV).
La vivienda ya es un “problema de extrema gravedad, especialmente para el colectivo juvenil”, señala el Consell de la Joventutat
“Tenemos que alquilar habitaciones porque no nos podemos permitir otra cosa. Si tienes dinero para una entrada, hoy en día te sale mejor una hipoteca que un alquiler”, se lamentaba Javier Esquerdo, delegado de estudiantes de la UPV. Pero recordaban desde el Consell de la Joventut que la edad media de emancipación en la Comunidad Valenciana ya supera los 30 años de edad y que sólo 1 de cada 10 jóvenes tiene la posibilidad de hacerlo.
Ante tal escenario, Bottero incide en que hace falta un parque de vivienda pública y pone como ejemplo el “modelo Viena”, donde más del 60% de la población reside en alguna de las 220.000 viviendas de protección oficial o en otras 200.000 que recibieron ayudas públicas.
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Otra de las propuestas en las que hizo especial énfasis es en la regulación de alquiler vacacional, una petición en la que los jóvenes coinciden con la Federación de Asociaciones de Vecinos de València, especialmente implicada en la lucha contra la proliferación de viviendas turísticas en la capital valenciana.
“Tiene que haber una moratoria porque esto también va en detrimento de la ciudadanía de València. Hay que buscar las mayores soluciones posibles para que los jóvenes y las personas mayores, que también se están quedando sin opciones por las exiguas pensiones que tienen, puedan tener una vivienda digna”, señaló ayer María José Broseta, presidenta de la Federación.
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Las quejas de los jóvenes se unen a las de los colectivos vecinales e incluso a las de los hoteleros que también han solicitado recientemente poner límites al crecimiento de los apartamentos turísticos. No se descarta, por tanto, una convocatoria masiva de movilización en la ciudad al estilo de la de Canarias, pues son muchos los gestos que están desarrollando en la ciudad los diferentes colectivos en lucha por una vivienda digna. “Creo que la situación está llegando a un grado de tensión tan grande que todo es posible, pero me gustaría que las administraciones se sentasen y vieran cuál es realmente el problema que tenemos en la ciudad”, pidió Broseta.
Por su parte, el presidente del Consell de la Joventut de València hace un llamamiento al consenso social y político para que el gobierno municipal de la alcaldesa, Mª José Català, “tome las medidas necesarias”, en el seno del Consejo Social de la ciudad, para garantizar el derecho a la emancipación de las personas jóvenes de la ciudad.
