El PP estuvo hábil en el reparto de las competencias municipales y se quedó con las Fallas cuando tuvo que cerrar su acuerdo de gobierno con Vox en el Ayuntamiento de València. No obstante, los populares tuvieron que ceder y dejar en manos de la formación de ultraderecha concejalías con un alto componente simbólico como la de Fiestas y Tradiciones. Un área desde la que el grupo municipal que dirige Juanma Badenas trata de marcar su propia línea y apostar por esa batalla cultural que promueven los de Santiago Abascal allá donde tienen un ápice de poder.
La próxima celebración de la Cabalgata de Reyes es un buen ejemplo de esta estrategia. La concejala de Fiestas y Tradiciones, Mónica Gil, anunció ayer que el desfile de la tarde noche del 5 de enero tendrá un componente más “bíblico y litúrgico”. Así, la segunda parte de la cabalgata recogerá representaciones de diversos pasajes de la Biblia como la Anunciación, el nacimiento de Jesús en Belén, la adoración de los pastores, la matanza de los inocentes por Herodes y la llegada de los Reyes Magos con oro, incienso y mirra. “Será una representación respetuosa en una noche especial, para revivir el verdadero espíritu de la Navidad”, subrayó Mónica Gil.
De hecho, enfatizó la concejala de Vox, a su llegada a la plaza del Ayuntamiento de València, sus majestades representarán la Adoración al niño Jesús, un pasaje que hace años que no se escenificaba.
De la cabalgata laica que propugnó Compromís con personajes nuevos como la Missatgera Caterina o el Senyor Carbó, se pasará este año a un desfile más tradicional donde el componente religioso volverá a ser el protagonista.
Cabalgata de Reyes
Vox acaba con la cabalgata laica de Compromís; será "más bíblica y litúrgica"
Un evento donde, además, volverán a haber empresas privadas y que, en su primera parte, dedicada a los cuentos tradicionales, la literatura en valenciano y las rondalles no tendrán cabida, según admitió la concejala de Vox. “Serán personajes de cuentos que todos conocemos”, contestó Gil a preguntas de la prensa.
Es evidente que la Concejalía de Fiestas y Tradiciones -por su componente simbólico- se ha convertido en el mejor altavoz de Vox para dar la tan cacareada batalla cultural.
Hace apenas unas semanas también hubo revuelo en Expojove, la feria infantil que se celebra en València durante la Navidad. Aunque ahora depende de Vox, el PP ya había anunciado la vuelta del Ejército y la Guardia Civil a los estands de la feria. Una presencia que provocó un altercado cuando dos antimilitaristas rociaron con pintura rosa uno de los tanques expuestos.
El portavoz municipal de Vox, Juanma Badenas, no desaprovechó la ocasión para denunciar los hechos y ganar esa cuota de pantalla y atención mediática que ha ido perdiendo paulatinamente como concejal de la oposición.
Y es que Vox necesita hacer ruido para no verse engullido por el PP en las instituciones. Por eso, también desde el gobierno valenciano intentan hacerse notar en la parcela cultural -Vox controla la Conselleria de Cultura- introduciendo importantes cambios respecto a la gestión del anterior gobierno de izquierdas, incluso en aquellas parcelas que funcionaban.
Compromís y PSPV
Críticas de la oposición a la nueva Cabalgata
Compromís criticó ayer que el Ayuntamiento de València apueste por una cabalgata "de marca blanca, con más censura que personalidad" y el PSPV-PSOE lamentó el "ridículo" que consideran que hace el equipo de gobierno de María José Catalá al intentar "borrar la impronta del anterior gobierno".
El concejal de Compromís Pere Fuset críticó que la cabalgata de este año "elimina todos los personajes valencianos y arrincona el valenciano" por lo que "pierde toda la personalidad propia".
Por ello, Fuset señaló que "la censura sobre los personajes valencianos en la cabalgata y toda la banda sonora propia era solo el preludio sectario para un desfile sin ninguna personalidad propia, de marca blanca, que podría ser intercambiable con la Palencia o la de cualquier otra ciudad mediana".
Por su parte, el concejal socialista Borja Sanjuán lamentó
la "obsesión" del gobierno de Catalá por "intentar borrar todo lo que hizo el anterior gobierno progresista les lleva a traspasar cada día la línea del ridículo".
En este sentido, puso de ejemplo "la eliminación del relato propio valenciano que se había impulsado en los últimos años en la Cabalgata de los Reyes Magos y que convivía sin ningún tipo de problema con las escenas bíblicas tradicionales".