En estas semanas intensas en las que todo son manifestaciones, hoy se cuela otra de muy distinto objetivo: la manifestación del sector empresarial por el corredor mediterráneo. Esta periferia mediterránea, unida en un objetivo común, pedirá hoy agilidad en las obras de ejecución de una línea ferroviaria para que circulen, cuanto antes, más trenes de mercancías y de pasajeros en conexión con Europa. Y en esas demandan caben todos.
Lo pedirán los empresarios valencianos, que lideran esta empresa desde hace tiempo, junto a los catalanes, andaluces y murcianos. Insistirán en que hay que completar la España radial con la circular y así lo repetirán en un auditorio del Madrid que ayer mostró tantas diferencias en el terreno político.
Lejos de la política, que se unió tarde, pero lo hizo a la demanda por el corredor -hoy intervendrá David Lucas, secretario de estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana-, también participarán en el encuentro que organiza el movimiento Quiero Corredor, liderado por la Asociación Valenciana de Empresarios, el presidente de Iryo; el de RENFE o la directora general de Ouigo España, compañías todas que ya ofrecen un servicio barato y rápido en sus conexiones València-Madrid y que aspiran a poder hacerlo pronto entre Barcelona-València. De momento, los 15 euros de un billete a Madrid no tienen competencia. Ir a Catalunya sigue saliendo mejor en coche que en tren, con todo lo que eso comporta para las finanzas, el turismo o la industria.
Para la industria, la necesidad es innegable. Así se entiende que hoy intervenga en el acto Javier Rivera, CFO de PowerCo Spain, la empresa que está construyendo la próxima gigafactoría de baterías de Seat-Volkswagen en Sagunt, localización que eligió precisamente, y entre otros motivos, por las buenas comunicaciones de la Comunidad Valenciana.
Para el sector financiero también es capital que se faciliten, y aligeren, las comunicaciones en el Mediterráneo. Que le pregunten a cualquier empresaria, que sueña con salir de la estación de València-Joaquín Sorolla a las siete de la mañana y llegar aplaza Catalunya a eso de las diez. Reunirse y trabajar con quienes siempre le preguntan cuándo volverá y decirles que “pronto” antes de volver de nuevo a la estación de Sants para estar en casa a la hora de cenar. Parece una ensoñación, pero en ese viaje más rápido y económico en tren la empresaria se evitaría a los muchos camiones que atestan la AP-7 y que viajan con prisa para llegar al siguiente polígono para aparcar, descargar y salir antes que el otro.
Hoy intervendrán en el acto de Madrid el presidente de Iryo, el de RENFE y la directora general de Ouigo España
En esa fantasía, ya más palpable según las últimas indicaciones de la Comisión Europea, de un tren mediterráneo eficiente, rápido y en plataforma europea, el turista valenciano visualiza la Explanada de Alicante a una hora escasa de su portal y palpa con sus manos la vertebración territorial de la que muchos hablan. No hay nada mejor para entenderse que hablar mucho y eso es más fácil si se está más cerca, si uno se ve más.
En el anhelo de ese industrial, de la empresaria o del turista se esconde una demanda de mayor inversión, de mayor prioridad en las infraestructuras que harían más fluida la vida, la economía o el tráfico de carreteras de esta periferia. Seguro que amnistiarían el olvido al que se les ha sometido si el tren llegase a Barcelona en dos horas habiendo pagado solo 15 euros.