“Ha vuelto la València de verdad”, dijo María José Catalá la noche que ganó las elecciones. La futura alcaldesa de València aspira a convertir a la ciudad en la segunda de España, superando a Barcelona -a la que considera paralizada por una mala gestión- haciéndola más competitiva fiscalmente y atrayendo grandes proyectos innovadores, culturales y deportivos.
La dirigente del PP -que volverá a ocupar escaño en Les Corts- quiere que València vuelva tener esa influencia (que muchas veces depende de la cómplice conjunción de partidos en las distintas administraciones de poder) que tuvo antaño cuando su referente, Rita Barberá, era considerada "la alcaldesa de España".
María José Catalá en el mitin de la Plaza de Toros de València.
Contexto
Catalá será la alcaldesa más importante del PP en toda España
Cierto es que el PP ganó también la noche del 28-M Sevilla y tiene la Alcaldía de Madrid, pero Catalá es el único rostro femenino de estas grandes Alcaldías en manos del PP. Sí que es mujer la nueva alcaldesa popular de Zaragoza, otra plaza a tener en cuenta. En este escenario estatal, la dirigente valenciana ambiciona una ciudad "líder y reivindicativa que vuelva a jugar la partida en el ámbito nacional", como ya sucedió en la época de Barberá donde el PP nacional trataba que todo (o gran parte de las cosas importantes) pasara por València.
Después de que la Comunidad Valenciana dejara de ser un feudo para los populares, el PP valenciano ha pasado unos años complicados (y de ostracismo) que ahora, de la mano de Catalá y Carlos Mazón, aspiran a dejar atrás tras el apabullante triunfo en las autonómicas y municipales del pasado domingo.
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Un mayor protagonismo de la ciudad que podría reforzarse con una victoria del PP en las próximas generales. Y es que Catalá necesitará contar con el favor del Gobierno central para cumplir alguno de sus grandes proyectos como la ampliación norte del Puerto de Valencia o una mayor inversión para infraestructuras claves para la ciudad como el canal de acceso, la estación central y el túnel pasante. En este sentido, ganados el Ayuntamiento y la Generalitat, la pieza que falta para encajar el puzle se decidirá el próximo 23-J.
28-M
Los datos de la victoria: victoria en todos los distritos y en todos los barrios excepto 10
La noche del 28-M, durante el principio del escrutinio, hubo algunas dudas, pero rápidamente el recuento afianzó el treceavo concejal para el PP y certificó el cambio de ciclo en el Ayuntamiento de València tras ocho años de gobierno de Joan Ribó. El último alcalde del cambio que, junto a Ada Colau, todavía tenía opciones de un tercer mandato.
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Catalá consiguió 151.000 votos (6.000 más que su jefe de filas Carlos Mazón) y fue la primera fuerza política en todos los distritos de Valencia. Además, se impuso en todos los barrios del cap i casal excepto en 10. La dirigente popular fue la lista más votada en barrios como el de Ribó (Patraix), como el de la candidata socialista, Sandra Gómez (el Cabanyal) o en zonas tradicionalmente de izquierdas como Benimaclet.
Cosechó las esperadas victorias en los distritos con rentas más altas -Pla del Real (56%) o l'Eixample (50,2%)- donde abrió hueco con sus rivales. Estas zonas no desoyeron la llamada a la movilización de la candidata del PP y fueron los dos con menor abstención.
Partido ganador por barrios / Porcentaje de apoyo al PP / Participación.
Noche del 28.M
Los dos distritos con más apoyo a Català fueron los dos con más participación
Como predecían los analistas, la victoria en la ciudad tuvo su correlación posterior en la ola azul que bañó la Comunidad Valenciana.
Tras la victoria y sin la necesidad de Vox para la investidura, ahora Catalá debe empezar a construir su modelo de ciudad. Como ha repetido durante la campaña, aspira a ser una alcaldesa que, al margen de ambicionar lo grande, "cuida lo pequeño". Así, se ha comprometido a la limpieza de los barrios, la estética de la ciudad (le gustan las peatonalizaciones, pero no su diseño), el estado de las calles o la accesibilidad a todas las zonas. En su equipo entienden que no puede perder la cercanía con la ciudadanía y que los vecinos "se tienen que sentir escuchados y atendidos".
María José Catalá reparte propaganda electoral en un bar de València.
Entre las prioridades de su mandato están la bajada del 20% del IBI a todos y bonificación del 95% de la plusvalía en casos de herencias y transmisiones familiares; la ampliación de la plantilla de la Policía Local en 500 efectivos o la construcción de 1.032 viviendas públicas en 8 barrios (Ruzafa, Malilla, Nou Moles, Na Rovella, Fonteta, La Torre, Benicap y el Grao). Durante la campaña, Catalá ha puesto énfasis en el problema de la vivienda y ha aprovechado la tardía reacción del Gobierno del Rialto en dar una solución habitacional a muchos jóvenes y familias.
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Otra de las primeras cuestiones que tendrá que abordar la nueva corporación es la falta de plazas de aparcamiento, una de las materias que más críticas de los vecinos ha generado, según los datos del barómetro municipal. En el programa del PP figura la intención de 4 grandes aparcamientos disuasorios en las entradas de la ciudad con servicios lanzadera para conectarla con el centro, y habilitar 8.000 plazas para que los vecinos puedan aparcar en sus casas.
Simulación del proyecto del PP para acabar el cauce del río Túria.
Pequeñas grandes iniciativas que irán en paralelo a esos grandes proyectos que pretenden ser el emblema de la legislatura para resituar a la ciudad, como el soterramiento de las vías de Serrería para conectar los barrios del Grao y Peña-roja y abrir València al mar, acabando el antiguo cauce del río Turia y prolongando el paseo de la Alameda.