Lo peor está por llegar

Lo peor está por llegar

La cultura occidental necesita siempre un malo al que achacarle todas nuestras desgracias. Bin Laden, Sadam Hussein, Hitler, Stalin y por supuesto, Putin son ejemplos de malos muy malos, que han demostrado su maldad arrasando millones de inocentes, como hicieron los sátrapas en las guerras del Peloponeso.

La historia pues se ha construido sobre la personalidad de los malos con apellidos y por eso nadie recuerda cuando los rusos estaban en Afganistán a sangre y fuego. O el momento histórico de los misiles en Cuba. La historia de los malos se reduce a puro presentismo y abarca en espacio y tiempo un segundo, sin que la cultura popular reconozca los efectos que los conflictos provocados por esos malos tienen sobre los cambios que registra la humanidad.

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El presidente ruso Vladimir Putin. 

KREML / EFE

Por eso nadie previó lo que influirían Hitler o Stalin en el futuro, la gran marcha de Mao o ahora la invasión de Ucrania por parte de Putin. Hace años que empezó la guerra híbrida que determinó la victoria de Trump o la escalada en el precio del gas, pero nadie hizo caso de estas anomalías históricas porque no aparecía el malo. Pero fue ponerle nombre al malo y las desgracias vinieron juntas. El Procés existía antes de Puigdemont, un malo particular. E incluso ahora hay gente que dice que el eje del mal es la OTAN. La maldad siempre es un buen recurso.

Nadie hizo caso de estas anomalías históricas porque no aparecía el malo

Por eso resulta muy interesante conocer los efectos que tendrá la invasión de Ucrania, más allá de simplemente valorar a Putin como un tío muy malo. El primer efecto lo define el presidente francés Macron: “Lo peor está por llegar”.  Otra versión de los efectos la anunció Felipe González en el programa de Évole: “Un horror de otra época va a cambiar el mundo. Putin arrasará Ucrania, aunque esto durará mucho tiempo más”. Por eso añado que no vale estar solo pendiente del parte diario de la guerra.

Aprender a leer entre líneas

Pero también resulta interesante ampliar el foco de la información y atender lo que dicen medios rusos como Itar-Tass, Izvestia, Komsomolskaya Pravda, Novie Izvestia, Moscow Times, Interfax y otros muchos, que, aunque censurados y manipulados, permiten deducir que está pasando en China, la India, Argelia, Cuba, Irak, Irán, etc. para que se abstengan de condenar a Putin en la ONU. Hay un cambio de paradigma que en Occidente no se quiere reconocer. Están cambiando las referencias del poder y sus culturas. Al fin y al caso en este caso vale la pena citar a Marx: “Hay que interpretar el mundo para cambiarlo” (o para evitar que te lo cambien).

Si como dice la inteligencia americana esto va para largo es porque se instala de nuevo una Guerra Fría con China como gran director de escena. Porque Putin no se marcha del conflicto con el rabo entre las piernas, como pretenden los defensores del establishment occidental, que ven el fracaso del malo en cada tanque averiado. Hay que ver las maldades a largo plazo, como explicaba Polanski en La Semilla del Diablo (1968).

Hay un cambio de paradigma que en Occidente no se quiere reconocer. Están cambiando las referencias del poder y sus culturas

Por ejemplo, González ya anunciaba ante Évole la necesidad de un pacto de rentas ante una inflación disparada. ¿Está pensando Feijóo en ese posible pacto? ¿Le cabe esta alternativa a Mónica Oltra mientras aguanta las provocaciones por izquierda y derecha? ¿Mazón sigue con sus trasvases y Puig con su financiación autonómica para compensar sus deudas o están valorando qué hacer ante este gran cambio? No veo por aquí a nadie mirando más allá del presentismo de los refugiados y demostrar más humanidad que el contrario.

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Esta crisis está afectando duramente a nuestras vidas e incluso introduciendo de nuevo el miedo. Pero nos conformamos con maldecir a Putin, cortarle la Visa y llenar titulares con el drama que viven los ucranianos. Incluso desde la derecha política se sigue culpando a Pedro Sánchez de la inflación energética, como si tuviera el tubo del gas con Rusia. Ni siquiera una mirada al cabreo de Marruecos porque le hacemos mucho la pelota a Argelia, el otro abastecedor de gas europeo. Pero es que mantenemos que la invasión es cosa de un malo como Putin, sin ver más allá. Nos da pánico cambiar del futuro prospectivo. Y menos mal que ya hemos sacado algo positivo: la unidad de acción de la Unión Europea.

Mantenemos que la invasión es cosa de un malo como Putin, sin ver más allá. Nos da pánico cambiar del futuro prospectivo

En la Comunidad Valenciana vamos a sufrir graves problemas en la industria azulejera (arcillas y gas), la comercialización del vino, las fábricas de zapatos, la caída de empresas en la bolsa, paralización de puertos y una vertiginosa caída del consumo en el retail y el turismo, que llevará empresas a la quiebra y trabajadores al ERTE hasta que aguante. Febrero ha sido en el comercio el peor mes de una década, por culpa de las últimas dos semanas.

Como mucho, se alardea de momentos apocalípticos, pero ni un paso para adivinar esos cambios hacia un mundo en el que nada será igual. ¿Es tan importante si en el Congreso del PP hay muchos valencianos acompañando a González Pons? ¿En el cambio de paradigma, en el nuevo orden mundial que se está creando, es vital si Feijóo pacta con VOX o es más importante trabajar entre todos para reconocer que el momento histórico de los cítricos es solo melancolía? Con la que está cayendo, ¿a qué dedican el tiempo Puig y todos sus asesores? ¿Buscamos un malo particular?

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