La nefasta y caótica vuelta a la circulación de los trenes de pasajeros entre las comarcas de Tarragona, las Terres de l’Ebre y Barcelona, después de cinco meses de macrocorte por las obras en el túnel de Roda, ha abierto una grave crisis de confianza entre la Generalitat, Renfe y Adif, con miles de pasajeros como grandes damnificados. “No son quejas, estamos llegando al límite, cada día los trenes salen tarde o los han suprimido; si el problema son las obras, que las paren porque la situación es insostenible”, denuncia Ana Gómez, portavoz de la Plataforma Dignitat a les Vies.
Las incidencias en la infraestructura ferroviaria se repiten, no hay casi ningún tren regional del corredor sur que cumpla el horario previsto, los retrasos llegan a duplicar el tiempo de viaje y muchos trenes no llegan a pasar por las estaciones porque se cancelan. Las obras en Sant Vicenç de Calders, con un tramo de vía única, explican solo una parte de los desajustes, averías e incidencias. El conflicto abierto con los maquinistas, que se oponen al traspaso de Rodalies a la Generalitat, está empeorando la situación.
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Los viajes en tren entre el sur de Catalunya y Barcelona son una pesadilla diaria para 15.000 pasajeros
Cuando apenas habían pasado 48 horas del paso del primer tren entre Tarragona y Barcelona, en un fallido viaje inaugural que acumuló 50 minutos de retraso, la consellera de Territori, Sílvia Paneque, forzó ayer a altos cargos de Renfe y Adif a reunirse de urgencia en la estación de Sants. La línea de Rodalies R2, que debe de conectar los usuarios de los regionales que no llegan hasta Barcelona, también se está viendo afectada.
“La situación requiere de trabajo y esfuerzo para proporcionar mejoras con urgencia y celeridad”, dijo Paneque. La consellera argumentó que lo que está sucediendo ahora “es producto de la desinversión y el abandono de los últimos años”. El gabinete de crisis, presidido por Territori, se reunirá cada día con la participación de los responsables de Renfe, Adif y el Ministerio de Transportes.
Hasta que no se recupere la normalidad, algo que visto lo visto no será tarea rápida ni sencilla, con 15.000 pasajeros potenciales afectados a diario, el gabinete de crisis se mantendrá activado. La indignación y hartazgo de los usuarios, movilizados a través de la Plataforma Dignitat a les Vies, ha ido subiendo la presión hasta convertir el caos ferroviario en insostenible también a nivel social y político. Paneque también anunció ayer su comparecencia en el Parlament para explicarse.
“Las reuniones diarias serán al más alto nivel político para el seguimiento y control de las incidencias y de las mejoras que ponemos encima de la mesa para asegurar que el servicio se restablece con celeridad y urgencia”, detalló la consellera.
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“Este inicio de servicio no es el adecuado ni el que se había previsto”, admitió. Cuando Paneque pidió el lunes “comprensión” a los ya maltratados usuarios del tren en Tarragona ante posibles desajustes y problemas propios del reinicio de la circulación, cinco meses después del parón por las obras en el túnel de Roda, para nada debió pensar en un escenario con retrasos cronificados y de tal magnitud, cancelaciones de trenes y servicios alternativos en autobús para llevar a los pasajeros afectados a su destino.
Los usuarios del tren regional, los que tienen otras alternativas, están huyendo hacia el autobús, la alta velocidad y organizándose si pueden para compartir coche. “Se ha abandonado el corredor ferroviario sur. En cualquier Estado serio ya se habrían producido dimisiones. Exigimos cambios inmediatos, no bajaremos la cabeza, defenderemos nuestras vías”, advierte Gómez, de la Plataforma Dignitat a les Vies.
