Olga Xirinacs: “Con los ojos cerrados, el cerebro te devuelve los recuerdos”
La entrevista
A los 84 años, la prolífica y premiada escritora, repasa una trayectoria que sigue alimentando con poesía
Es la decana de los escritores catalanes. Una de las más prolíficas y la más premiada. Además de casi todos los galardones literarios, en 1990 recibió la Creu de Sant Jordi y antes, la Medalla de Plata de Tarragona. En su haber, más de ochenta novelas y libros de poesía. El último, no impreso todavía, es Creación, una serie de composiciones que Olga Xirinacs (Tarragona, 1936) escribió durante el confinamiento. En su piso se acumula vida en forma de cuadros y todo tipo de recuerdos. Hay libros por todas partes y dentro de los libros, anotaciones, recortes, un dibujo o una felicitación... Dice que llora más desde que murió su marido y le diagnosticaron un cáncer linfático que va y viene, pero sigue escribiendo, creando, leyendo, tocando el piano... Y lo mejor, conserva su sentido del humor e ironía, afilada por la libertad que otorgan los años.
Se le acumulan los libros... Hace apenas un año publicó Natura (Ganzell Edicions) y justo antes del coronavirus, El Rec. Memòries de Vint-i-sis estius (Cossetània). ¿La pandemia los ha escondido?
Natura recoge versos que había escrito, algunos mientras me hacían quimioterapia. Hay muchas cosas de montaña, de la contemplación de la naturaleza, que tanto me ha gustado siempre. Lo de Sant Jordi fue como una riada que se llevó por delante todas las presentaciones que había programadas. Escritores, editores, libreros nos quedamos sin nada… Todos los actos literarios suspendidos, y ahora esperamos la resurrección.
¿Es un momento de desesperanza?
Para mi sí, mucha. Tengo que dejarme llevar por cosas bonitas... Pero el otro día, fui a la Catedral y lloré. Han cerrado el claustro, donde iba yo desde tiempos inmemoriales a sentarme dentro del jardín a ver los pájaros y a escribir... Había hecho tantos versos allí dentro... Quizás abren para turistas pero yo no soy una turista de Tarragona.
Escribió poesía durante el confinamiento. En Creación, habla a la muerte de cara.
Sí, lo de Ifema me impresionó mucho, el palacio de hielo, la gente muriendo sola... increíble. Es una poesía contundente. La primera creación me gusta mucho: Uno bajó e hizo los confines de la tierra, el otro hizo los hielos, el otro las arenas…
La muerte
“Ahora que me acerco, me da miedo”
“...Me senté a pensar lo duro que sería la vida que aún estaban por nacer”.
Claro. Si miras el génesis encontrarás cosas muy extrañas. Encontrarás que los hijos de Dios bajaron para encontrar a las hijas de los hombres y esto no lo explica nadie. Me gusta la idea de unos mandados de Dios que bajan a crear la Tierra.
¿Nunca ha tenido miedo a la muerte?
Ahora que me acerco, sí. Y a mi no me escandaliza la eutanasia y me iría a algún país que lo hiciera... Confío en las curas paliativas últimas. Oí a un médico de Houston decir que su modelo era el de Canadá y los países escandinavos porque allí toda la vida humana está considerada un derecho y las últimas horas de la vida también y te atenderán hasta el último momento sin que sufras. Esto es lo que yo querría.
¿Cuando era joven pensaba en la muerte?
Creo que siempre he pensado en la muerte... Después de todo en el subconsciente está la religión que hemos tenido en el colegio, un hombre crucificado, una sepultura, el martirio primero,la pasión... La muerte esta presente en la religión católica.
¿Escribió Creación por encargo o por necesidad?
Por encargo y la hice en castellano porque la editorial es de Madrid y no me importa ni pasa nada. También sé escribir en castellano. La poesía ha estado en mi vida desde el primer momento. Ha sido la base. Los primeros premios fueron por la poesía. Luego sentí la necesidad de extenderme más en la explicación de las cosas y es cuando vino la prosa.
Crítica
“Leo libros en catalán que ganan premios y son decepcionantes”
Poeta antes que novelista.
Lo primero y hasta la médula. Y luego he ido haciendo según las ganas de narrar. Ahora hay dos premios Nobel, las dos últimas mujeres, que me encantan. Louise Glück, la última, es sobretodo naturaleza y ella dice que escribe para que la gente la entienda... Últimamente he leído unos libros en catalán que han ganado premios y son decepcionantes.
¿Cualquier cosa, una reflexión, una vivencia, un cuadro... puede ser el detonante de un libro?
Cualquiera. Tengo un libro, que debería comenzar por prescripción facultativa, tengo el título y cuatro cosas más, pero cualquier anécdota me ayudará a levantarme y continuar. Tengo mucha suerte con mi psicooncóloga, que me anima a escribir.
En El Rec, recupera su infancia...
Sí... Los veranos de Rubí, donde era más libre. Luego me faltaría la infancia en Tarragona que era mucho más reglamentada, estaban mis padres y la obligación de obedecer y ya era distinto... En El Rec comienzo con la historia de mi bisabuelo, Joan Palet, que fue guerrillero. Siempre hemos tenido las tropas españolas en las esquinas y todavía las tenemos.
Trayectoria
“Creí que lo hacía bien si un jurado lo premiaba”
¿Ha escrito todo lo que quería?
Nunca me planteé qué quería escribir. Todo ha salido según el momento. Nunca me he planteado nada, ni que quería ser escritora ni nada... Comencé a escribir poemas, empecé a enviarlos a concursos y todo salía premiado. Y eso marcó el camino, creí que lo que hacía estaba bien si un jurado lo premiaba... pero sin ánimo de orgullo ni de querer hacer algo, ni de llegar a un sitio. Iba haciendo y por eso mi obra es bastante distinta a la de gente que escribía en aquellos tiempos. Cuando se escribía sobre feminismo... yo no tengo ninguna obra feminista, por ejemplo.
¿Pero se considera feminista?
Me considero mujer.
¿Y eso le ha pasado factura?
En los tópicos. Pero en las antologías sí lo he visto... según quien las hace, te descarta. Creo que es por envidia.
¿Conoció a las feministas de aquellos años: Montserrat Roig, Maria Aurelia Capmany...?
Sí, en aquella época nos conocíamos todos. Luego unos te han olvidado y otros estamos solos aquí confinados. Este feminismo libre, de querer entrar y salir, entrar y salir... Y tu te quedas y te vas quedando hecha un trapo. Las mujeres que conozco se han retratado con sombreros y puros, con gatos y perros... Siempre necesitan una pantalla, ¿para qué? A mi, un periodista de El Temps me dijo que los críticos no me hacían caso porque iba vestida de ama de casa.
¿Le molestó mucho?
Claro, me puso en un sitio de casi fregona. Pero siempre he dicho que la mujer tiene triple capacidad que el hombre: atiende su trabajo, el de la casa y la vida social.
Fronteras
“Tarragona es distinta del norte feliz”
¿Se ha sentido poco acompañada?
Nada acompañada. En Tarragona hay una frontera. Nadie de Barcelona ni de Girona te dirá cosas. Todas éramos amigas en aquellos tiempos pero luego nadie ha querido saber nada. No ha habido una continuidad… Mi voluntad ha sido siempre poner puentes, pero...
En 1978 fue la segunda mujer distinguida como Mestre en Gai Saber por los Jocs Florals. La primera fue, en 1949, Mercè Rodoreda. ¿La conoció?
No. No la conocí, somos cosas distintas. Y Tarragona es distinta del norte feliz.
Igual el sur podría batallar más...
La intención está, pero no hay la voluntad política. Y todo esto es político. De aquí para allá no se ha ido, de allá para aquí, sí.
Por no querer ser escritora, ha ganado prácticamente todos los premios, el Sant Jordi, el Ramon Llull, Sant Joan, Ciutat de Palma, Carles Riba, Sèrie Negra (Planeta)...
He ido escribiendo según me ha ido viniendo. Ahora acabo de leer el Premi Sant Jordi… me reservo la opinión. Conozco al autor y le tengo simpatía pero me ha parecido un libro plano y gris. Pienso en mi premio Sant Jordi... me documenté tantísimo sobre la segunda guerra mundial y Londres para escribir Al meu cap una llosa sobre los últimos días de la vida de Virgina Woolf... O el libro de Rosalba Carriera, La tarda a Venècia... también muy documentado.
Novelista
“Lo importante es saber narrar”
Buena documentación no es sinónimo de un buen libro.
Lo importante es saber narrar. La otra Nobel, Olga Tockarczuck tiene unas narraciones preciosas, su libro Cos... ¡que bien narrado que está aquello!
¿Lee todos los Nobel?
No todos, según las referencias... También me gusta mucho Peter Handke y su Historia del lápiz. Lo tuve una temporada como una enciclopedia de consejos. Tiene algunas máximas tan bonitas... Expresa tanto en tan pocas palabras...
Contemplar
“Trascender es superar etapas dentro tuyo”
Se considera observadora. ¿Una vida sin contemplación es plena?
La contemplación tiene una connotación religiosa que observar no tiene. Contemplar implica una trascendencia. Trascender es superar etapas dentro tuyo para llegar a una excelencia de saber. Esto es trascender. Tu no sabías pero ahora ya sabes. Y luego otra cosa. Y tu cerebro a capas habrá trascendido. Trascender es la mejora que hay en nuestro conocimiento.
¿La vida es un cambio permanente?
Sí, del todo y hasta el fin. La muerte también es un cambio. Siempre se puede ser más sabio, a no ser que te coja un Alzheimer. Yo aún cada día estoy aprendiendo. Cada día un poco más de saber y en esto, Google ha ayudado mucho.
¿Práctica las redes sociales?
No. Solo internet y en el ordenador. Pero mantengo activo mi blog y tengo mis lectores.
Lecturas
“Últimamente releo, necesito libros de compañía”
¿Lee más que escribe?
Siempre leo, y podría leer más. Últimamente releo, porque necesito libros de compañía también. Ahora releía Los Mandarines de Simone de Beauvoir, feminista donde las haya, para entender las divisiones de los partidos. En mi cabeza, medianamente ordenada, no entiendo cómo los partidos pueden perjudicarse tanto entre ellos. Y ahí se entiende muy bien y no está pasado de moda... Aunque entonces había grandes personalidades, como Sartre y gente de este estilo. Luego he leído, porque me lo han regalado, que yo no compro ningún libro de los políticos porque no los considero literarios, el primero de Puigdemont.
¿Y qué le ha parecido?
Al leerlo entiendo la división de partidos, por ambición todos.... Yo no sé cómo funcionan, no he sido, ni soy ni seré de ningún partido. Me los miro, los observo y veo como va la cosa y mi confianza no sé donde la pondré. En algún lugar u otro la tendré que poner, pero xiquets… Hay cosas que no se aguantan. Por eso entiendo la desgracia que es ahora la política catalana, y la castellana que todavía lo es más.
Política
“Nos han engañado miserablemente”
¿Se siente engañada?
Nos han engañado miserablemente. Todos salimos a la calle. La gente ha salido en masa siempre que se ha pedido, se han llenado carreteras, avenidas... Se han gastado el dinero en autobuses, camisetas... La gente quería una unidad y no la hemos tenido. Los políticos la han roto toda.
¿Servirá de algo todo esto?
Sí, se pueden recoger las migajas de la derrota. Ahora creen y quieren hacer creer que con la pandemia nos hemos aflojado, que no tenemos el empuje de antes… Y no. Esto está latente y cuando tenga que salir, saldrá. ¿Que estamos divididos? Sí, y en Tarragona, más.
El Estado
“El cinismo es la marca de España”
¿Falta valentía?
Tenemos a todos los políticos en la prisión y encima, el otro día lo puse en el blog, el cinismo campa a cara descubierta en Madrid. El cinismo es la marca de España.
A quien no la ha leído, ¿qué tres libros suyos le recomendaría?
Entre tantos… Me gustan algunos pequeños y me gustan los grandes. El de La tarda a Venècia (Columna) me gusta mucho, pero también me gusta mucho El Rec y La crisi dels vuitanta (Meteora). La gente suele tener la crisis a los cuarenta, yo la tuve a los ochenta, cuando comenzaron a decirme yaya.
¿A los ochenta fue consciente del paso del tiempo?
Sí. Un día alguien se refiere a ti como ‘vieja’ y aquello me hizo pensar que me veían así, que era así.
Tiene una memoria prodigiosa.
Pierdo mucho de lo inmediato... pero todo está impresionado en el cerebro. Haciendo una contemplación, con los ojos cerrados puedes llegar a encontrar el granito que revestía la pared de la cocina vieja. Detalles insignificantes vuelven. El cerebro te devuelve las cosas.
La música siempre la ha acompañado
Sí, por suerte. Ahora toco para mi. Además de hacer gimnasia para las manos, toco piezas y algunas me hacen llorar. Ahora lloro más... Tengo sensibilidad para muchas cosas y eso te hace revivir momentos y si son tristes... Si oigo la canción del funeral del mi marido, lloro. Pero la canción para el mío y el recordatorio, ya lo tengo.
¿Es el mismo que hace veinte años?
El mismo. ¡Y todavía no me he muerto! y la canción, la Cantata 478 de Bach, Ven, dulce muerte.