El nuevo Gobierno vasco de Imanol Pradales ha iniciado el curso político, este jueves en San Sebastián, abordando el impulso a un pacto vasco “para una actividad política ejemplar”, un acuerdo que busca combatir la desafección política. El nuevo lehendakari, investido en junio, ha puesto encima de la mesa un decálogo que pretende garantizar la “ejemplaridad” de la actividad política en Euskadi, poniendo coto a la demagogia, los insultos, la mentira o la difusión de información falsa.
Esta iniciativa entronca con una preocupación que Pradales viene manifestando de manera reiterada desde su puesta de largo como candidato, el pasado mes de enero en Durango: el auge de los extremismos, los populismos y la creciente desafección ciudadana. Además, el lehendakari busca preservar la política vasca del clima de polarización y enfrentamiento que se traslada desde Madrid. “Como lehendakari, no quiero para Euskadi lo que vemos en otros lugares”, ha señalado.
Fake news y “juego sucio”
El documento que ha hecho público este jueves, abierto a sugerencias y aportaciones, recoge diez puntos. “Anteponer el bienestar común a los intereses políticos, económicos o particulares”, “promover un debate público de calidad”, no utilizar a la sociedad civil con “fines partidistas”, rechazar “la demagogia o el juego sucio”, o evitar las fake news y respetar la autonomía de los medios de comunicación son algunos de los compromisos contenidos en el documento.
En el decálogo, que ha sido ya compartido con los partidos y remitido al Parlamento vaco, se menciona también el mantenimiento de las buenas formas en la comunicación pública, el respeto por la vida privada y la intimidad de los representantes o el reconocimiento de las instituciones públicas vascas.
En todo caso, Pradales ha reconocido que una cuota de responsabilidad sobre la desafección con respecto a la política corresponde a los propios representantes políticos.
“Todos observamos una mayor desafección hacia los partidos políticos y es también por culpa nuestra. Debemos poner pie en pared y alzar la voz, pero debemos seguir demostrando, sobre todo con hechos, que no es nuestra forma de entender la política. La sociedad está harta de ver cómo parte de la clase política cae en discusiones estériles, de patio de colegio, que pierde el respeto, alienta la polarización, alienta el enfrentamiento”, ha indicado.
Sobre el terrorismo
El decálogo evita una mención expresa a la posición con respecto al terrorismo, algo que, a su juicio, constituye un “principio ético anterior y superior”.
En este sentido, ha asegurado que su Ejecutivo seguirá promocionando la “deslegitimación absoluta de la violencia en cualquiera de sus formas y su consideración como radicalmente injusta”.