A juicio ‘el monstruo de Arenys’ que agredió a nueve ancianas en una residencia
Sucesos
Una de ellas falleció días después de ser violada | El hombre está en prisión desde la Navidad del 2015
Uno de los episodios más impactantes de la historia negra del Maresme llega a la conclusión. José Manuel Reyes, conocido en los círculos judiciales como “el monstruo de Arenys”, el celador de la residencia Itaca de Arenys de Mar que la noche de Navidad del 2015 agredió física y sexualmente a nueve ancianas, una de las cuales falleció por un ataque al corazón días después, será juzgado el próximo lunes en la Audiencia Provincial.
El fiscal pide para el homicida, un vecino de Pineda de Mar, de 30 años, una condena de 85 años de cárcel, acusado de cinco delitos de agresión sexual, cuatro de agresión con lesiones leves y uno de homicidio por imprudencia. El agresor, que en aquella época tenía 30 años y trabajaba en el turno de noche, alegó estar bajo los efectos del alcohol, pero la brutalidad con la que se ensañó con nueve ancianas, de entre 60 y 104 años, no ha pasado desapercibida para los acusadores.
Reyes, que estaba siendo contratado eventualmente en el Itaca, la noche del 24 al 25 de diciembre se ensañó con las mujeres que tenía a su cargo, ya que disponía de acceso a todas las habitaciones al tener formación en fisioterapia y movimientos posturales. Una de las ancianas sufría Parkinson y otras cuatro padecían un avanzado estado de senilidad. Cinco residentes más fueron forzadas sexualmente, una de ellas, de 90 años, alojada en la primera planta de la residencia fue forzada a mantener relaciones y al resistirse fue brutalmente golpeada.
Según ha relatado el fiscal, el agresor consiguió mantener relaciones sexuales con una anciana de 84 años, a la que también agredió con golpes en la cabeza. Esta fue la acabaría falleciendo una semana después. En otra habitación hizo lo propio con otra mujer de 60 años y finalmente se desnudó y obligó a otra anciana a hacerle tocamientos en sus genitales, para después penetrarla con un objeto contundente, anal y vaginalmente. Si bien Reyes compartía turno de vigilancia con una compañera, ésta declaró no haber notado nada hasta el día siguiente cuando, con el resto del personal, vieron las heridas de las mujeres.
Por cada agresión, la fiscalía pide 15 años y cuatro más por homicidio por negligencia por la muerte y una indemnización de 100.000 para los familiares de las víctimas. Durante el juicio declararán como testigos miembros del cuadro directivo de la residencia y otros compañeros de trabajo, que en su día ya declararon no sospechar nada de tener a “un monstruo” compartiendo jornada laboral cuyo aspecto era de “bonachón, amable y simpático”