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Primeros roces en Más Madrid por la herencia de Carmena

La dimisión de ediles fieles a la alcaldesa será menor de lo esperado provocando la pugna por el control del grupo municipal

Errejón, en segundo plano, durante la valoración de los resultados de Más Madrid en la misma noche electoral del 26-M.

Ballesteros / EFE

La derrota del bloque de izquierdas en las elecciones municipales de Madrid del pasado 26 de mayo no solo no ha cicatrizado, sino que puede abrir nuevas heridas en los próximos días. Todo dependerá de cómo se gestione de puertas hacia adentro la pugna por la herencia de la alcaldesa Manuela Carmena. Una lucha entre las dos almas del partido -el errejonismo y el carmenismo- de momento soterrada, pero que amenaza con salir a la superficie. Los primeros, convencidos de trasladar al resto del país un proyecto vertebrado sobre el músculo adquirido por la ya exalcaldesa en la anterior legislatura, y los segundos por la sensación de haber perdido por el camino la Alcaldía como víctimas colaterales del enfrentamiento entre Íñigo Errejón y la cúpula de Podemos del que no han sabido quedarse al margen.

Repasando la hemeroteca de los últimos meses, la próxima dimisión de Manuela Carmena esta lunes no ha pillado a nadie por sorpresa. El paso del Rubicón de la regidora -del Ahora Madrid auspiciado en 2015 al abrigo de Podemos, al Más Madrid estructurado junto a Íñigo Errejón hace apenas cuatro meses- entrañaba ciertos riesgos. Un doble o nada de Carmena. Una especie de viaje sin retorno para los suyos en caso de no llegar a buen puerto en el recuento electoral del 26-M, como así ha sido.

Al menos eso se pensaba en la mitad errejonista de la formación, donde se daba por descontado que, cuando Carmena entregue el lunes su acta, detrás de ella vendrían unos cuantos de su círculo de confianza. Empezando por la vicealcaldesa, y persona de confianza de la regidora desde sus tiempos en la judicatura, Marta Higueras. Pero parece que no va a ser así, de forma que ahora queda en el aire el reparto de cargos y tareas de una de las patas sobre las que se vertebrará el proyecto de Errejón de cara a extenderlo a otros territorios.

”El problema no es Higueras, como algunos insinúan. Obviamente no sería la primera elección de Errejón para configurar el equipo, pero no habría mayor problema en que la mediadora social se perfilara como líder de la oposición”, señala a La Vanguardia una persona próxima al equipo del exnúmero dos de Podemos. “Otra cosa es saber cuántas dimisiones habrá cuando se forme el gobierno municipal de PP, Ciudadanos y Vox. Ahí está la clave. En la correlación de fuerzas”, resaltan.

La clave no es otra que el control del grupo municipal de Más Madrid. La lista electoral se hizo al gusto de Carmena. Sin ella al mando, no sólo existen dudas acerca de su idoneidad para encarar los cuatro años de legislatura, sino que se han despertado demasiadas suspicacias acerca de la culpabilidad por el fracaso electoral del 26-M.

”Hay gente de Manuela”, reconoce otra fuente a La Vanguardia, “que culpa de la derrota al paso dado a finales de invierno”. Recuerdan que Ahora Madrid funcionaba, y se quejan de que “no había necesidad de romper con Pablo Iglesias” para echarse en brazos de Errejón a quien buena parte del electorado culpa parcialmente de la crisis de Podemos. “En su día no dijeron nada, porque quisieron mostrarse leales a Carmena, pero no a todo el mundo gustó la idea de ofrecer puestos a Izquierda Unida en la lista municipal para acabar de aislar a Iglesias”, apunta. “Ahora quieren marcar distancias. Primero de puertas hacia dentro. Pero si es necesario también lo harán de puertas hacia afuera”, remarca.

Algunos de esos movimientos ya se han visualizado en las redes sociales. Incluso se han visto tímidos escarceos entre seguidores de un bando y otro, eliminando la cara de Errejón de las banderolas con las que sus simpatizantes apoyaron la candidatura de Más Madrid a los comicios. Pero hasta la fecha hay orden de mantener la calma ante el peligro del efecto búmeran por ser el primero en abrir fuego.

Así, Errejón ha reconocido que no le compete inmiscuirse en esa decisión, ya que la tiene que tomar el Grupo Municipal. “Creo que va a salir un grupo de perfiles buenos, conocidos, que son la forma de hacer política útil de Carmena y eso le compete a política municipal”, ha concluido.

“No se trata de deshacerse de los afines a Carmena, sino de recolocarles en puestos secundarios”, apuntan a La Vanguardia un miembro de Más Madrid, “esgrimiendo que sus perfiles -muy técnicos- son menos válidos en la oposición que en el Gobierno. Si por el camino deciden reincorporarse a su carrera profesional en lo privado, será un trabajo limpio”, recela.

La prueba de las tensiones internas es que no hay hoja de ruta una vez se inicie solemnemente la legislatura. La todavía portavoz del Gobierno municipal de Madrid, Rita Maestre, ha señalado en los últimos días que hay “tiempo de sobra” para organizarse tras el pleno de esta mañana, pero no ha aclarado si pretende retener la portavocía de Más Madrid. Unas declaraciones que contrastan con el hecho de que los concejales electos de Más Madrid se reunieron el martes 28, 48 horas después de las elecciones, “para decidir los siguientes pasos a dar en la capital” siendo la sustitución de la exmagistrada el principal punto del día.

Se avecina tormenta, pero el chaparrón no le pillará a la alcaldesa saliente quien se ha desentendido del reparto en al menos tres ocasiones señalando que “tendrán que ser los que se quedan los que decidan” la composición del grupo municipal. Una actitud radicalmente opuesta a la que mantuvo en enero cuando la elección de su número dos fue el detonante de la ruptura entre Carmena e Iglesias -con la expulsión de Podemos de varios cargos intermedios como Rita Maestre-, ya que la primera no aceptó la imposición del ex Jemad Julio Rodríguez como sucesor.

La clave no es otra que el control del grupo municipal de Más Madrid. La lista electoral se hizo al gusto de Carmena. Sin ella al mando existen dudas acerca de su idoneidad para encarar los cuatro años de legislatura