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Los norteamericanos prolongan su idilio con el paseo de Gràcia

La recuperación de la industria de la alta gama

Jubilados estadounidenses aceleran la recuperación del sector del lujo de Barcelona

Madrid pisa el acelerador de la industria del lujo

De paseo por el paseo.un grupo de turistas estadounidenses hace un alto en sus compras para hacerse unas fotografías

Mané Espinosa

Los turistas estadounidenses están prolongado su idilio con el paseo de Gràcia. Un montón de jubilados y prejubilados principalmente de los estados de California y Nueva York están alargando estas semanas la temporada de verano, aprovechando la paridad del dólar y el euro, acelerando la lenta recuperación del sector del lujo de Barcelona.

“Aún no estamos vendiendo tanto como en el año 2109 –dice Luis Sans, representante de los comerciantes del eje más señorial de Barcelona y responsable de la histórica tienda de moda Santa Eulalia–. Seguimos padeciendo la falta de visitantes chinos y rusos, que eran muy importantes... Pero los norteamericanos huyen del frío en cuanto tienen la oportunidad ¡están prolongando la temporada de verano! y animando la recuperación. Llegan a la ciudad tres o cuatro días de la partida de su crucero o se marchan tres o cuatro días después”. De este modo, pese a esta incertidumbre global, los comerciantes del paseo de Gràcia encaran la temporada navideña con más optimismo.

“Tienen el consumismo en su ADN –tercia Luis Vendrell, de la relojería y joyería Unión Suiza–. Cuando viajan no se privan de nada. Les gusta ir de compras, salir a cenar, la cultura... ¡una gente muy curiosa! se muestran muy interesado por la joyería local, por ejemplo. Nosotros los notamos principalmente en nuestro establecimiento en El Corte Inglés de la plaza Catalunya, y no tanto en el de la avenida Diagonal, porque en cuanto se recorren el paseo de Gràcia tuercen a la derecha camino de la Sagrada Família ¡a ver cuánto alargan la temporada! a ver si podemos terminar de recuperar la normalidad”.

Los comercios de alta gama de la ciudad aún no terminaron de recuperar las ventas del 2019

La remontada aún tiene pendiente. Pero los augurios son halagüeños. De hecho, aún no desfallecieron las colas que tanto abundaron este verano ante muchos comercios de lujo. No tienen nada que ver con la pandemia. Muchas tiendas del eje más señorial de la ciudad gustan de ofrecer una atención personalizada. Y de un tiempo a esta parte tienen tantos clientes que a ratos han de dejarlos en la puerta. Ahora incluso te recomiendan pedir cita previa a través del móvil. Algunos de estos establecimientos del paseo limitan el número de artículos por cliente. Para que nadie revenda ninguno.

Según los pagos registrados con tarjetas de crédito en el barrio de la Dreta del Eixample, es decir, en el paseo de Gràcia y alrededores, el gasto realizado por ciudadanos extranjeros durante los últimos 30 días representa el 172,88% del mismo periodo del año anterior. Y el desglose por nacionalidades muestra la actual pujanza de los estadounidenses. Su salto es del 273,25%, mientras que el de los alemanes es de un 107, el de los franceses un 114, el de los italianos un 130, el de los británicos de un 188... Porque cada uno de estos americanos gasta unos 320 euros en la ciudad, mientras que el resto de turistas apenas 197. Además, los turistas estadounidenses no son de los que acostumbran a orinar borrachos en los portales.

La llegada de norteamericanos también anima los hoteles de lujo

Mane Espinosa

“Y todavía tenemos un buen coletazo de buenos cruceros –dice Malco Par, director general de Majestic Hotel Grup–. Por ahora el tirón de los norteamericanos no ofrece signos de cansancio. Esperamos que aguante al menos hasta la Navidad. Es la asignatura pendiente de Barcelona. Los mercados de Oriente Medio, Japón y sobre todo el español también se están recuperando muy bien. Pero si queremos competir con las grandes potencias de la temporada de compras navideñas, necesitamos que los norteamericanos continúen viniendo. Son una gente muy agradecida, que no regatean, pero también tremendamente exigentes”.

El de Estados Unidos es el turista total: gasta en hoteles, gastronomía, compras, cultura...

“Las previsiones hasta principios de diciembre son muy buenas –apunta Albert Grau, de la consultora Cushman & Wakefield Hospitality–. Pero la competencia es muy grande”. La lucha por la Navidad es intrincada.

Comercios, hoteles... y también restaurantes. “Les gusta pedir sobre todo los productos que mejor conocen –dice Borja Iglesias, del grupo Iglesias, tras la barra del Teatro Kitchen & Bar, el sucesor del Tickets, en la avenida Paral·lel–: gambas, bogavantes, langostinos... y luego los platos típicos, las paellas y los arroces tradicionales ¡todo regado con buen vino! porque también les interesa mucho lo autóctono. Y también están viniendo muchos canadienses y mejicanos. Los rusos y los chinos eran de pedir de todo y a la vez, a veces de un modo más bien ostentoso, y luego se dejaban la mitad de la comida en la mesa. Pero los norteamericanos son los que mejores propinas dejan, como mínimo el 15%. Nadie deja tanti. La verdad es que este auge de prejubilados y jubilados estadounidenses nos están viniendo muy bien”.

Sí, estos días también destacan los prejubilados y los jubilados, que no tienen que trabajar, y no tanto las familias. Los norteamericanos fueron este verano el 40% de nuestros clientes ¡y ahora son el 50! –detallan Iñigo de Orbaneja, director del hotel Yurbban Rambla y Norma Galofré, directora del Yurbban Trafalgar y del Yurbban Passage–. Y son unos clientes súper agradecidos. Exigentes y agradecidos. Hasta nos envían postales cuando regresan a su casa, y copias de las fotos que se hacen con el personal. Les interesa mucho acercarse a todo lo local ¡hasta intentan aprender a beber del porrón! pero se les da fatal...”. “Y son muy cívicos, de los que nunca se llevan el albornoz. Tenemos un honesty bar , un bufé donde luego dices lo que tomaste ¡jamás tratan de pasarse de listos! y le dan al mini bar, pero nunca rellenan la ginebra con agua”.

“Son tan agradecidos como exigentes ¡nunca se llevan los albornoces y dejan las mejores propinas!”

“Pero son muy exigentes y organizados –prosiguen estos hoteleros–. Siempre en taxi o coche contratado, nunca en metro. La mayoría ya viene con la entrada a la Sagrada Família comprada, con buena parte del viaje organizado, con la lista de restaurantes que quieren conocer. En realidad les encantan que les mimen. En recepción, con las maletas, has de prestarles una atención especial”.

Los estadounidenses fueron los principales clientes de los hoteles barceloneses durante siete de los últimos catorce años, subrayan Roger Serrallonga y Juan Gallardo, de la consultora 3 Capital Real Estate. “Muchos ya están cerrando sus reservas para los próximos meses sus reservas para los próximos meses para no desaprovechar la paridad del dólar y el euro –prosiguen los de 3 Capital Estate–. Precisamente la distancia al origen influye decisivamente a la hora de reservar con antelación. En ese sentido, la demanda para las próximas semanas se mantiene fuerte, en línea con las cifras registradas en las mismas fechas de 2019”.

Susan y Gerald Metz, en el paseo de Gràcia

Mane Espinosa