El ansia de aire libre alentada por los meses de reclusión y las limitaciones impuestas por la covid han alimentado las salidas a la naturaleza y, consiguientemente, el número de rescates. A más gente subiendo picos o realizando excursiones, más operaciones de salvamento en el medio natural a cargo de los efectivos del Grup d’Actuacions Especials (GRAE) de los Bombers de la Generalitat. Solo en la montaña, este 2021, hasta el pasado día 15, los GRAE han culminado 1.139, el triple que en el 2010, y más que las 1.009 de todo el 2020, que ya fue un año récord. A continuación, el sargento Alfons Esterlich, responsable de los GRAE, y Francesc Campos, veterano integrante de este grupo en la base ubicada en el aeropuerto de Sabadell, relatan cómo se organiza un dispositivo para socorrer a personas que han sufrido un percance en el monte.
Los efectivos
Un accidente grave de un escalador en Montserrat movilizaría a tres helicópteros de los GRAE
El supuesto de accidente elegido para narrar la dinámica de un rescate es el de un escalador que ha sufrido una caída en la pared del Aeri de Montserrat, a las cuatro de la tarde y con poco margen para el trabajo de los medios aéreos antes del ocaso. Su compañero de cordada llama al 112 y se activa la emergencia a través de la Regió Centre, en Manresa, la más cercana al lugar de los hechos. El siguiente paso, apunta Esterlich, es coordinarse con el responsable de la sala central de Bellaterra y con el jefe de los GRAE para decidir qué recursos se envían. “La de Montserrat es una operación muy compleja por lo que decidimos mandar los tres helicópteros y todos los efectivos disponibles, además de pedir a los bomberos convencionales que nos apoyen desde tierra, a pie de pared”, detalla el sargento.
Catalunya cuenta con tres equipos de GRAE repartidos entre Sabadell-Cerdanyola, La Seu d’Urgell y Olot, que suman 72 experimentados alpinistas. Un nuevo grupo de 16 personas se pondrá en marcha en el 2022 en Valls para atender las demandas en el sur de Catalunya.
Actualmente, los GRAE disponen de dos aeronaves en Sabadell y una en La Seu d’Urgell habilitadas para este tipo de misiones. “Además del piloto siempre vuela un técnico de grúa, dos bomberos y un médico del SEM”, añade.
Volviendo a Montserrat, el primer helicóptero se aproxima con mucho tiento a la pared, baja el primer rescatador con el material necesario para asegurar los anclajes en la roca, comprobar que la persona herida y su compañero están bien sujetos y preparar la llegada del segundo socorrista, que trae la camilla, y del médico. El accidentado se ha golpeado en la cabeza y ha caído 15 metros. “Se trata de ver si la evacuación es posible por aire, una maniobra exigente pues el helicóptero debe permanecer muy cerca de la pared, o si se opta por bajarlo hasta abajo y que los efectivos terrestres lo lleven hasta la ambulancia”, detalla Esterlich. El médico desciende hasta donde está el herido para ver cuál es su estado y si es necesario hacer un tratamiento de urgencia colgado de la cuerda. Todavía queda luz y el operativo se inclina por la salida que considera más sencilla y segura, elevar al escalador a través del sistema de grúa hasta el helicóptero.
En función de las necesidades de cada suceso se baraja si cabe reclamar también ambulancias y helicópteros del SEM
Un operativo de estas características involucra a todo el personal de guardia de los GRAE que se desplazan en las aeronaves, cinco personas a bordo de dos y cuatro en la tercera. Asimismo se suman otras tres unidades terrestres, además del personal de avituallamiento y otras figuras de coordinación en el terreno. En total alrededor de una treintena de efectivos a los que cabe sumar a los ubicados en la sala central. “En función de las necesidades de cada suceso se baraja si cabe reclamar también ambulancias y helicópteros del SEM, aunque en la mayoría de rescates sólo movilizamos una dotación aérea y una terrestre, unas ocho personas”, precisa el sargento Esterlich.
Un excursionista se fracturó la caja torácica, colapsó el pulmón y salvó la vida gracias al tratamiento de urgencia que le practicó un doctor colgado de una cuerda
La incorporación el año pasado de médicos del SEM en las guardias de los GRAE, en el aeropuerto de Sabadell, y este 2021 en La Seu, ha supuesto un gran avance en la primera atención a los heridos. Francesc Campos, que suma 15 años en este cuerpo, recuerda el caso de un excursionista que se precipitó 17 metros, también en Montserrat, “se fracturó la caja torácica, colapsó el pulmón y salvó la vida gracias al tratamiento de urgencia que le practicó un doctor colgado de una cuerda”. La misma suerte que corrió el conductor de un quad que sufrió un shock hipovolémico en una zona inaccesible para las ambulancias.
En las bases de Sabadell y La Seu d'Urgell
Médicos del SEM refuerzan desde el año pasado los operativos de salvamento
Actualmente, 20 médicos del SEM apoyan las salidas aéreas de los GRAE, cada día hay dos preparados para volar, como Laura Robles, que se sumó al equipo de Sabadell en enero del 2020. Esta montañera y doctora de urgencias en el hospital de Figueres destina unos tres días al mes a los rescates. “Veo desde traumatismos a infartos, en general pacientes no críticos”, comenta.
Veo desde traumatismos a infartos, en general pacientes no críticos
Los Bombers de la Generalitat todavía no disponen de una base de datos que permita analizar las características de cada operación de salvamento ni el perfil del rescatado, una asignatura pendiente. Por su experiencia, Campos, buen escalador y esquiador, considera que lo más habitual son torceduras de tobillo y esguinces de tibia y peroné y que cada vez deben acudir en ayuda de más ciclistas que caen y sufren fracturas. “La pandemia ha cambiado los hábitos de la población, salen más familias a la naturaleza, hay más gente que corre, que escala, que esquía fuera de pistas... Algunos no tienen los conocimientos necesarios, otros no van con el equipo adecuado, se les hace de noche y ni llevan linterna. Y, claro, a más gente, más accidentes”, afirma Campos.
Alfons Esterlich apunta que no son pocos los ciudadanos que sobrevaloran sus capacidades pero que es difícil delimitar cuando se ha cometido una imprudencia. En todo caso, los GRAE, escaladores, alpinistas y esquiadores, todos amantes de la montaña, disfrutan de un trabajo que les permite estar activos haciendo lo que más les gusta. Pasar una jornada sin salir para ellos es frustrante.
La Generalitat ha enviado la factura del rescate en 14 ocasiones, seis por comportamientos imprudentes en la montaña
Desde que el 1 de octubre del 2009 entró en vigor la normativa que establece el cobro de la tasa a las personas auxiliadas que se hayan comportado de manera temeraria, la Generalitat ha tramitado 14 facturas, de las cuales seis hacen referencia a actuaciones en la montaña. El último caso se produjo el 15 de marzo del 2020, en pleno confinamiento por la covid. Ese día dos excursionistas que no iban bien equipados eludieron la reclusión pero se vieron obligados a recurrir a los GRAE en el refugio de Coma de Vaca. La factura asciende a 1.303 euros para cada uno de ellos. Cabe apuntar que el precio de hora de helicóptero para la tasa de rescates es de 3.120,10 euros.
Los GRAE lo rescataron de noche
Un joven exhausto se quedó colgado cuatro horas en una vía ferrata de Àger
Alfons Esterlich concluye que todo el mundo puede cometer errores y que es bueno que cada vez haya más gente que haga deporte en la naturaleza. Como también es razonable que los adultos sean conscientes de sus limitaciones y no las pasen canutas como le sucedió al joven que, exhausto, sin fuerzas para seguir adelante, se quedó colgado cuatro horas en la vía ferrata Urquiza-Olmo, en Àger, hasta que a las diez y media de la noche, los GRAE de La Seu d’Urgell lo sacaron del embrollo.