El trabajoso camino de Dabo para traer a sus hijos de Senegal

Inmigrantes

El colapso del consulado, que acumula 14.000 citas previas, escollo para la reagrupación familiar

Dabo, fotografiado el miércoles en Barcelona, antes de que le notificaran que habían adelantado la cita previa para los visados

Dabo, fotografiado el miércoles en Barcelona, antes de que le notificaran que habían adelantado la cita previa para los visados

Mané Espinosa

Malang Dabo, el celador de la parroquia de Santa Anna de Barcelona, ha pasado esta semana de la desesperación más absoluta a la felicidad casi total. Su historia podría ser la de muchos otros migrantes africanos abocados a dejar su país para intentar ganarse la vida en Europa y algún día traer a su familia. Un reto plagado de barreras muchas veces infranqueables.

Dabo las ha ido superando desde que en el 2011 marchó de Casamance, en Senegal, cuando faltaban unos meses para el nacimiento de su primer hijo. Casi diez años después ve la luz al final del túnel, intuye que podrá culminar su particular Everest este verano cuando su mujer y sus dos niños tomen un vuelo con destino a Barcelona, si todo sale según lo previsto.

La partida

Dabo marchó de Casamance, en Senegal, en 2011, hace ahora una década

La ruta hacia la cima ha sido larga, trabajosa e incierta. La Subdelegación del Gobierno en Barcelona dio luz verde a su solicitud de reagrupación familiar, el pasado 21 de mayo, y le informaba que disponía de dos meses de plazo para formalizar el último trámite, pedir en la embajada española en Dakar cita previa para conseguir los visados para Mariatou, su esposa, y para los pequeños Issa y Salif. Todo bien hasta que Dakar les respondió, el 1 de junio, que quedaban convocados para el 26 de abril del año que viene. Diez meses de espera para estampar en los pasaportes de los tres el correspondiente sello que les permitirá viajar con la autorización de residencia temporal en España.

El Everest se derrumbó. Malang Dabo no daba crédito a lo que le estaba sucediendo. Los voluntarios y el párroco de la iglesia de Santa Anna, Peio Sánchez, tampoco. Dabo ha cumplido los requisitos exigidos por las autoridades para poder traer a los suyos a España. Dispone de una vivienda y de un contrato indefinido a jornada completa. El padre Peio se dirigió por carta a la embajada expresando su consternación por tal dilación pero la respuesta fue que nada se podía hacer para adelantar la cita pues la pandemia de la covid había aumentado todavía más la larga lista de espera para realizar trámites en el consulado. El orden de las solicitudes debía respetarse.

Trámite final: los visados

Primero Dakar dio cita a su familia a 10 meses vista; el jueves la adelantó al 23 de julio

A Dabo incluso le pasó por la cabeza recurrir al mercado negro de citas, pero descartó pronto esta opción para no alimentar ninguna irregularidad. La espera se le hacía una montaña demasiado alta. A Salif, nacido hace siete meses, todavía no lo conoce y quiere recuperar el tiempo perdido con Issa, el mayor, al que vio por primera vez cuando ya tenía siete años.

Dabo empezó a vislumbrar la cumbre este jueves. Un día después de la llamada de este periódico al Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación para conocer la evolución de las listas de espera en Dakar, Dabo recibió un correo del consulado: su cita se había adelantado del 26 de abril del 2022 al próximo 23 de julio. En un minuto pasó de la desolación a la euforia. El padre Peio y sus compañeros de Santa Anna, también.

Desde Exteriores argumentan que el motivo de este súbito cambio de fechas se debe a la cancelación de otra cita previa. La embajada de Dakar es actualmente la que sufre un mayor colapso. De hecho, en estos momentos acumula cerca de 14.000 citas para atender diversas gestiones consulares, tanto de ciudadanos senegaleses como gambianos. Esta delegación diplomática recibe de media entre 240 y 300 correos electrónicos diarios en los que se solicita día y hora para completar algún trámite.

Plan de choque en Dakar

Se prevé la llegada de un nuevo cónsul con la misión de eliminar las listas de espera

“En los últimos años ha multiplicado su carga de trabajo como consecuencia del aumento de la migración de Senegal y Gambia a España y de la adquisición de la nacionalidad española de un número creciente de personas de estos dos países”, indican fuentes de Asuntos Exteriores, a la vez que destacan que la pandemia ha agravado aún más el retraso en la gestión de trámites ordinarios.

Un problema añadido a la ya complicada situación del consulado es el de las filiaciones falsas de personas que piden la reagrupación familiar. Para comprobar que la relación alegada es real se realizan pruebas de ADN. El 25% de los exámenes a los que se someten los solicitantes senegaleses da negativo, porcentaje que se eleva al 40% en el caso de los ciudadanos gambianos. Otro número indeterminado rehúsa al final someterse a dicho test.

Exteriores explica que para hacer frente al aumento de la carga de trabajo en el consulado, “el ministerio ha reforzado la plantilla lo que ha facilitado limitar los tiempos de espera para determinados trámites”. Asimismo, añaden las mismas fuentes, un nuevo cónsul general se incorporará próximamente con la misión de poner en marcha un plan de choque para eliminar las listas de espera.

Reencuentro familiar

Dabo espera conocer lo antes posible a Salif, su hijo pequeño, de siete meses

Dabo, de 31 años, contaba ayer ilusionado que ya tiene el piso a punto para recibir con todas las comodidades a su familia. “Una voluntaria, María José, me ha dejado una cuna para Salif y la habitación de Issa está lista; además, le he comprado una tableta y ya tiene plaza para empezar el colegio en septiembre. Solo me falta acabar de pintar la casa”, comenta impaciente.

Salif, el pequeño, es fruto del viaje que Dabo realizó en febrero del 2020 a Senegal para ver a su familia y participar en la obra de teatro P.A.U. Paisatges Als Ulls, una idea de Carolina Llacher coproducida por La Fam de la Fera y Eòlia i+D para mostrar la historia de tres migrantes que cruzaron el mar en patera. “Luego volví en octubre, deseaba estar en el nacimiento de Salif, no quería que pasara lo mismo que con Issa, al que no vi durante tantos años. Pero un día me llamó el padre Peio avisándome de que la situación por la covid volvía a complicarse y que era mejor que regresara cuanto antes a Barcelona por si cerraban las fronteras”, detalla. Issa vino al mundo el 24 de noviembre; por Sant Joan cumplió siete meses.

El principio de esta historia se remonta al 2011, en Casamance. Mariatou se quedó embarazada y Dabo decidió buscar un futuro mejor para los suyos en Europa. El periplo fue largo. De Casamance fue a Dakar, Mauritania y Marruecos, donde trabajó una larga temporada en un hotel antes de embarcarse en una patera, con otras 23 personas, que lo dejó cerca de Tenerife, a finales del 2014. “Allí me preguntaron dónde quería ir y les contesté que a Barcelona, por el futbolista Xavi Hernández, yo también jugaba al fútbol, de mi medio campo, y es mi ídolo”, relata en la parroquia de Santa Anna.

Investigar todos los casos

Más del 25% de las peticiones en Dakar de reagrupación familiar son falsas

“En Barcelona, estuve en una casa ocupada, dormí dos meses en la calle, luego con la Creu Roja y al final me acogió la Fundació Benallar, que me ofreció una habitación y formación. Gracias a ellos fui a la parroquia de Santa Anna a ayudar como voluntario, había muchos inmigrantes sin techo, como yo. Al cabo de un tiempo, en febrero del 2018, el padre Peio me ofreció un contrato como celador. ¡Estaba tan motivado!”, comenta.

Ese trabajo fue el primer paso para empezar el proceso de reagrupación familiar y ahorrar algún dinero para viajar a su país. En el 2019, conoció finalmente a Issa, al que solo había visto en fotografías, y se casó con Mariatou. “En febrero del 2020, empecé el papeleo para traerlos a todos con la ayuda de las abogadas de Càritas”, añade.

Elisabeth Ureña, responsable del programa de Migración de Càritas de Barcelona, le ha acompañado en el tramo final. Fue ella la que solicitó cita previa en la embajada de Dakar para realizar el último paso. El consulado analizará el día 23 de julio la documentación aportada por Mariatou y verificará que los vínculos de parentesco son reales.

A nadie le chirría que sea un hombre musulmán el celador de una iglesia católica. A primera hora de la mañana organiza el reparto de desayunos a más de un centenar de personas y antes del mediodía el equipo de voluntarios prepara, en el claustro, las mesas y sillas para servir el almuerzo a unos 125 comensales. Muchos son migrantes sin recursos y sin techo.

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