Sí a las energías renovables pero no a cualquier precio. Con esta premisa, el sector turístico, náutico, pesquero o ambiental del Empordà se opone al proyecto de parque eólico marino que la empresa Blue Float Energy y el grupo de ingeniería Sener proyectan frente al golfo de Roses. Temen que los 70 aerogeneradores previstos pondrán en riesgo los valores paisajísticos y turísticos en la comarca de la tramontana, que cuenta con varios anteproyectos de energía eólica sobre la mesa pero que a día de hoy sigue sin tener un solo molino de viento.
Desde que en enero se dio a conocer la iniciativa han surgido muchas voces contrarias a una infraestructura que, a pleno rendimiento, cubriría hasta el 90% de la demanda energética de la provincia, evitaría la emisión de 42 millones de toneladas de CO2y crearía hasta 6.000 puestos de trabajo directos e indirectos a lo largo de sus 30 años de vida útil, según sus responsables.
“Apostamos por las energías renovables pero con ‘seny’”, dice el presidente de Empordà Turisme
Una de los más críticos son los pescadores. El sector estableció hace nueve años una zona de veda voluntaria en un área de 80 km2para favorecer el crecimiento de la merluza. Sin embargo, la intención del sector es volver a pescar una vez se recupere la especie, algo que no podrían hacer en el caso de que se implante el parque.
Entidades medioambientales como la Iaden y el director del parque natural del Cap de Creus, Ponç Feliu, se muestran también preocupado por el impacto que provocaría en las aves marinas y en los cetáceos de la zona. Otro de los aspectos que preocupan en el territorio es el impacto visual de los aerogeneradores (de hasta 250 metros de altura sobre la lámina de agua) tendría sobre la bahía de Roses, que en el año 2011 entró a formar parte del club de las bahías más bellas del mundo, una distinción avalada por la Unesco que reconoce los valores turísticos, paisajísticos y culturales del entorno formado por los municipios de l’Escala, Sant Pere Pescador, Castelló d’Empúries y Roses. Estas localidades junto con Cadaqués y Torroella de Montgrí-l’Estartit, afectadas también por el parque, asumen la necesidad de implantar proyectos que fomenten las energías renovables pero se cuestionan “si no nos encontramos ante un gran negocio a costa el territorio”. Piden frenar el proyecto y más informes para evaluar su impacto.
La Associació d’Empresaris Roses-Cap de Creus, la cofradía de pescadores de Roses, la Associació d’Empresaris Nàutics d’Empuriabrava y Empordà Turisme se oponen enérgicamente al proyecto y piden un estudio de las necesidades energéticas de la comarca. “Apostamos por las energías renovables pero con seny ; tenemos la sensación que se empieza la casa por el tejado”, afirma Esteve Guerra, presidente de Empordà Turisme.
Los pescadores temen la afectación a la zona de veda implantada para recuperar la pesca de la merluza
Los promotores aseguran que el parque tendrá “un impacto visual mínimo”, ya que se alejará 24 km de la costa aunque “se están evaluando alternativas para alejarlo aún más”. También subrayan que trabajan para reducir al máximo el impacto sobre la flora y fauna y aseguran que el parque y la línea de costa estarán conectados de forma subterránea. “El impacto es inferior al de un parque terrestre y el coste paisajístico es asumible”, dice Sergi Ametller, uno de los ingenieros del proyecto. Los promotores buscan el consenso del territorio para avanzar en la tramitación del parque que no sería una realidad hasta el 2026.