Un verano lleno de obras ferroviarias en Barcelona
Avances decisivos en la construcción de la estación de la Sagrera y en la culminación del anhelado corredor mediterráneo a su paso por Catalunya
Un conjunto de obras de las que se lleva hablando desde hace años van a dar pasos de gigante este verano. Todas a la vez, como una demostración de fuerza para que nadie le pueda decir al administrador de infraestructuras ferroviarias (Adif) que no invierte en Catalunya. En la estación de la Sagrera se van a culminar los trabajos para que pasen los primeros trenes de Rodalies por su interior en otoño y en Sants se van a reorganizar las vías para mejorar la fiabilidad del conjunto de la red a partir del año que viene. Además, el corredor mediterráneo va a conectar en Martorell los tramos de ancho internacional ya existentes a norte, desde la frontera, y a sur, en Tarragona, en una operación estratégica para el impulso del transporte de mercancías con Europa.
Todo ello tiene una contrapartida: las afectaciones para los usuarios de Rodalies serán importantes durante los próximos meses de verano y parte del otoño. El plan ya estaba predefinido desde hace tiempo –de hecho, algunas de estas obras debían haberse materializado el verano pasado– pero el descenso en la demanda del transporte público derivada de la crisis del coronavirus ha dado el empuje necesario a las administraciones implicadas para reprogramar y tirar adelante todos los trabajos, con sus correspondientes afectaciones. La presidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera , lo tiene claro: “Es el momento idóneo, había que decidir entre no hacerlo por miedo a alguna incidencia o disponer de una buena programación, coordinar todas las partes y tirar adelante”.
Corte durante cuatro meses
Las obras del corredor mediterráneo dejarán sin servicio la R4 entre Martorell y el Penedès
Tanto los gestores de la infraestructura como el operador (Renfe) y el titular del servicio (la Generalitat) llevan semanas trabajando en el plan alternativo de transportes, que afectará especialmente a los usuarios de la R4 del Penedès, donde se cortará la circulación y se ofrecerá servicio alternativo por carretera. Por su parte, los viajeros de la línea del Maresme tendrán menos trenes y entre una cosa y otra, de rebote, prácticamente toda la red de Rodalies se verá afectada con una reducción de las frecuencias.
El fin de semana del 25 de julio es el que está marcado en rojo en el calendario. Será cuando se inicien los trabajos tanto en el tramo cortado desde Martorell para instalar el tercer hilo del corredor mediterráneo como en la Sagrera, donde se vivirá un momento ciertamente histórico, al desviar una de las dos vías de la línea del Maresme por el interior de la estación. Miles de metros cúbicos de hormigón armado después, la estructura por donde circularán los trenes de Rodalies ya es una realidad.
Ahora se trabaja en el trazado ferroviario con sus vías, catenarias, equipos de control, señalización, instalaciones de seguridad... Cuando acaben las obras de esta fase, en noviembre, los trenes pasarán por dentro de la infraestructura, aunque lo harán sin parada. Aún faltarán años para ese hito, pero es un paso decisivo que se presenta como la demostración más clara de que la construcción de la gran estación intermodal de Barcelona avanza a buen ritmo de una vez por todas. Mientras duren las obras, se circulará en vía única, lo que obliga a reducir durante cuatro meses la frecuencia de paso en la línea R1.
La Sagrera
La línea del Maresme circulará por el interior de la futura estación a partir de noviembre
Hasta que se acabe la estación de la Sagrera, en el 2024 como pronto, Sants seguirá siendo la estación central de la capital catalana pese a que nunca estuvo pensada para ello. Lo que sucede en este punto tiene efectos inmediatos en el resto de la red de Rodalies. Como si de un efecto mariposa se tratase, una incidencia en esta estación acaba perjudicando a los viajeros de Vic, Granollers o Sitges. Por eso, en sus andenes se está realizando desde principios de junio un trabajo poco vistoso pero que Pardo de Vera define como “clave para la funcionalidad de Rodalies”, ya que repercutirá claramente en la mejora de la fiabilidad del servicio.
Con una inversión de nueve millones de euros se reorganizarán las vías, de manera que los trenes que circulan por el saturado túnel que va hacia plaza Catalunya puedan pasar a disponer de cuatro vías en la estación de Sants en lugar de las dos que tienen actualmente. El nuevo reparto entre los dos túneles que atraviesan Barcelona permitirá ofrecer alternativas rápidas en caso de avería de un tren en la estación, además de agilizar la subida y bajada de viajeros porque podrán hacerlo dos convoyes a la vez en lugar de tener que esperar como viene sucediendo hasta ahora.
La precariedad que se quiere resolver, y que será palpable a partir del año que viene, cuando acaben las obras, deja muy expuesta a la red de Rodalies durante todo el verano. Los trabajos tocarán las instalaciones de seguridad y comunicaciones y cualquier imprevisto sobre ellos puede paralizar todas las Rodalies. “Hay un plan de contingencia para que los riesgos sean mínimos y los trabajos más delicados se harán de noche y en cortes de fin de semana”, apunta la presidenta de Adif.
Corredor mediterráneo
La adaptación del nudo de Castellbisbal hará más competitivo el tráfico de mercancías
Fuera de Barcelona, es especialmente relevante la instalación del tercer hilo del corredor mediterráneo entre Sant Vicenç de Calders y Castellbisbal. A este punto se le conoce como la puerta de Europa porque su ejecución permitirá conectar los trenes de mercancías que vienen desde Tarragona y el sur con la línea de alta velocidad ya existente hasta la frontera francesa. La adaptación a ancho internacional de este nudo ferroviario cuenta con un presupuesto de 109 millones y dará sentido a todas las obras del corredor mediterráneo que se han hecho hasta ahora a un lado y otro. Según Pardo de Vera, “hará más fuerte el corredor con mayor competitividad y dará motivos para que el resto del proyecto siga saliendo”.
Esta es la obra que supone una mayor afectación para los viajeros. Más que los meses de verano, lo que preocupa a las administraciones es septiembre y octubre, cuando si ningún rebrote de la Covid-19 lo impide, volverán los desplazamientos más generalizados, aunque sin llegar a los niveles previos a la crisis sanitaria. De momento el plan es ofrecer servicio por carretera entre Martorell y Sant Sadurní, pasando por Gelida, aunque podría extenderse hasta Vilafranca. Como muchos de los viajeros que usan la R4 tienen como origen o destino la capital de comarca, la Generalitat está estudiando la posibilidad de añadir unos refuerzos mediante autobuses exprés semidirectos.
Un complejo puzle ferroviario de cortes que también tiene obras en Toses y en el Tordera
Los trenes de mercancías también se verán afectados y se desviarán por la línea de la costa, recuperando la utilidad de un viejo túnel que atraviesa l’Hospitalet. A su vez, todo estos movimientos obligan a reducir temporalmente la frecuencia de paso de la R2 para encajar el complejo puzle ferroviario con sus nuevas piezas.
Por si fuera poco, en los extremos de las líneas hay diversas actuaciones. En la línea del Maresme está cortado el tramo entre Blanes y Malgrat porque se está construyendo el puente sobre el río Tordera que ha de sustituir al que fue arrasado durante el temporal Gloria del pasado mes de enero. Por su parte, en la R3 se está rehabilitando el túnel de Toses para evitar más sustos como el descarrilamiento del verano pasado.