La zona de bajas emisiones que restringirá la circulación de los vehículos más contaminantes en el perímetro delimitado por las rondas de Barcelona lleva tres años diseñada en los despachos de los técnicos responsables, pero no ha sido hasta que faltaban doce días para su entrada en vigor que la ordenanza ha sido aprobada definitivamente. Lo ha hecho sin ningún voto en contra aunque hace una semana, en comisión municipal, toda la oposición había hecho reserva de voto.
Finalmente ERC y JxCat han dado su voto favorable al conseguir que el gobierno sociocomún recogiese algunas de las propuestas planteadas durante el periodo de alegaciones, mientras que Ciudadanos, PP y Barcelona pel Canvi se han abstenido.
La teniente de alcalde Janet Sanz y la alcaldesa, Ada Colau, durante el plenario en el que se ha aprobado la ordenanza de la zona de bajas emisiones
Comunes y socialistas han podido celebrar la aprobación sin ningún voto en contra de una de las medidas estrella del Ayuntamiento y el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB), que será una realidad a partir del próximo 1 de enero.
“Es la medida más importante que se ha implantado nunca para combatir la contaminación del aire en la ciudad”, ha proclamado el concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia, que ha agradecido al resto de formaciones la presentación de “unas alegaciones que han permitido introducir mejoras”.
El texto final de la ordenanza introduce diversas exenciones y cláusulas planteadas por ERC y JxCat
A partir del centenar de propuestas recibidas durante el periodo de exposición pública, el texto final de la ordenanza ha incorporado varios aspectos como la moratoria de un año para las familias de rentas más bajas planteada por ERC. “Era muy importante incorporar una cláusula de equidad social a la vez que se avanza en mayores restricciones en el vehículo privado, ya que sin ellas no habrá cambio modal”, ha apuntado el concejal republicano Max Zañartu, que ha reclamado, a la vez, más medidas para avanzar en la lucha contra la contaminación.
Algo similar ha planteado Junts per Catalunya, al conseguir introducir una evaluación continua del funcionamiento de la zona de bajas emisiones. La portavoz de los posconvergentes, Elsa Artadi, ha remarcado que ese control “es un elemento central para tomar decisiones que muestre cómo evoluciona la calidad del aire y el impacto que están teniendo las restricciones”.
También se ha escuchado a entidades y colectivos profesionales que han conseguido la introducción de aspectos como la exención para pacientes en tratamiento médico en un hospital, personas con sensibilidad química y vehículos singulares que participan en mercadillos, entre otros aspectos.
Ciutadans, el PP y Barcelona pel Canvi se han abstenido porque consideran insuficientes todas las rebajas introducidas durante las últimas semanas. Celestino Corbacho, de Cs, ha reclamado “mayor flexibilidad durante el primer año” y Óscar Ramírez, del PP, considera que “no se han llevado a cabo las medidas preparatorias suficientes”. Por su parte, Eva Parera, de Barcelona pel Canvi, ha vuelto a reclamar que los días permitidos para los conductores que tienen vehículos prohibidos puedan circular veinte días al año en lugar de diez.
El pleno del Ayuntamiento de Barcelona
Superado el último trámite en el plenario de Barcelona, deben hacer lo mismo en las próximas semanas los otros cuatro ayuntamientos que forman parte de la zona de bajas emisiones (l’Hospitalet, Cornellà, Esplugues y Sant Adrià). Si bien es cierto que la zona de bajas emisiones empezará a funcionar formalmente el 1 de enero, la ordenanza no es estrictamente necesaria hasta el 1 de abril, cuando se empezará a multar a los conductores que se salten la prohibición tras tres meses iniciales de tolerancia.
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