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“Los fichajes de excomunes para la lista de ERC pueden bloquear un posible pacto entre Maragall y Colau”

Opinión

Enric Sierra Vicedirector

Hay mar de fondo en las filas de BComú por cómo se ha configurado la lista para revalidar la victoria electoral en Barcelona y también hay mucho cabreo con ERC por el fichaje de algunos de sus referentes políticos como Joan Josep Nuet o Elisenda Alamany para las candidaturas republicanas de las elecciones generales y municipales. Estas vías de agua preocupan a la formación de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, porque temen que afecten tanto al resultado electoral como a los posibles pactos posteriores.

La salida de Jaume Asens y Gerardo Pisarello del Ayuntamiento de Barcelona para incorporarse a la lista para las elecciones generales deja a Colau sin dos de los puentes municipales con el espacio político independentista y debilita su cultivada equidistancia sobre el proceso catalán. De igual forma, la fuga de perfiles como Alamany o Nuet, claramente simpatizantes de la causa soberanista, perjudica los intereses de los comunes. Sólo hay que ver la furiosa reacción del partido de Colau acusando a Noet de tránsfuga y a ERC de amparar esta práctica política.

La incorporación de Alamany en la lista de Ernest Maragall se ha visto como una jugarreta en BComú donde se advierte que esta estrategia complicará las conversaciones para lograr pactos tras las elecciones. ¿Se imaginan a Colau y Alamany compartiendo mesa de gobierno? Está claro que la buena relación entre Comunes y ERC se ha enfriado después de que se diera por hecha una alianza entre los dos partidos para controlar el Ayuntamiento de Barcelona. Los republicanos nunca han escondido su voluntad de ampliar la base independentista hacia el territorio de los Comunes, pero estos no esperaban que esa voluntad de expansión se traduciría en una opa hostil de políticos de sus propias filas.

A medida que han avanzado las conversaciones entre los republicanos y los excomunes del nuevo partido de Alamany, han arreciado las críticas de Colau a Maragall con comentarios de índole personal que han molestado a la candidatura de ERC. La tensión es elevada y crecerá esta misma semana cuando, previsiblemente, se oficialice la integración de Nova, la formación de Alamany, en la lista de Maragall.

¿Este clima de recelo bloqueará un pacto futuro entre Maragall y Colau? Ya veremos. Recuerden que el PSC de Jaume Collboni tiró los pelillos a la mar de la durísima campaña que hizo Ada Colau contra los socialistas hace cuatro años y decidió entrar en el gobierno municipal. Aunque dieciocho meses más tarde fue expulsado por la formación de la alcaldesa y eso sí que no se lo perdona.

Por si acaso, Maragall quiere ser paciente porque sabe que después de advertir que no pactará con el PSC ni con Manuel Valls, sus alternativas de alianza se ciñen a los Comunes y a los partidos independentistas. Por eso, la voluntad del candidato republicano, que sigue encabezando los sondeos, es ofrecer un acuerdo postelectoral a las fuerzas soberanistas para facilitar un gobierno en la capital catalana. Pero para lograr ese objetivo necesita mantener los puentes y un ambiente propicio al pacto. No será fácil porque la campaña electoral acostumbra a estropear las relaciones políticas.