Barcelona salva la antigua fábrica Can 60 del Raval
Barcelona
Acuerdo para que el Ayuntamiento compre el histórico recinto fabril de Ciutat Vella
Acuerdo para que el Ayuntamiento de Barcelona compre la antigua fábrica de Can 60 . El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido comprar por seis millones de euros la antigua casa-fábrica Can Tarruella, más conocida como Can Seixanta, del barrio del Raval, a su propietario, un inversor alemán, para destinarla a equipamientos municipales y alquiler social.
La comisión de Ecología, Urbanismo y Movilidad ha acordado a propuesta de ERC y por unanimidad, la compra de esta antigua fábrica textil e incluir los inmuebles de la calle Riereta, 18-20-22 que la conforman en el Catálogo de Patrimonio de Barcelona.
La concejala del distrito de Ciutat Vella, Gala Pin, y el concejal de ERC, Jordi Coronas, han anunciado la compra de Can Seixanta, que actualmente acoge entidades culturales y sociales e inquilinos, antes de su aprobación en comisión, lo que ha molestado a los grupos de la oposición.
La casa-fábrica Tarruella fue construida, a instancias del fabricante de tejidos Magí Tarruella, con un destino claramente industrial entre los años 1832 y 1833.
Can Seixanta es un conjunto edificado compuesto por varios cuerpos de diversas alturas, que responden a los diversos períodos y que suman una superficie de unos 5.500 metros cuadrados y que constituye un ejemplo de las típicas construcciones industriales que proliferaron el Raval desde finales del siglo XVIII y hasta buena parte del siglo XIX.
El concejal republicano Jordi Coronas ha recordado que la compra de Can 60 “se incluye en el documento de 100 propuestas de actuaciones en la ciudad que presentó ERC hace unos meses, y también se enmarca en el acuerdo de presupuestos, que reservaba unas partidas para adquirir elementos patrimoniales y destinarlos a equipamientos”.
El concejal de ERC ha puesto en valor “el gran trabajo que ha hecho la plataforma Salvem Can 60 y los concejales del distrito, en especial el republicano Jordi Bordas, y ha puesto la plataforma como “ejemplo de lo que se puede conseguir con las luchas vecinales”.
Por su parte, la concejal Gala Pin ha asegurado que la compra es una “muy buena noticia para el barrio del Raval” y ha puesto en valor tanto el acuerdo con ERC como la buena predisposición de la propiedad, con la que ya hay un preacuerdo.
Pin ha señalado que “tener equipamiento y vivienda pública en el Raval es clave para mejorar la calidad de vida del vecindario” y ha asegurado que mantendrán “la esencia” de casa fábrica de Can 60, la vivienda que hay y harán equipamientos públicos para el barrio.
La concejal de Ciutat Vella ha señalado que “tener equipamiento y vivienda pública en el Raval es clave para mejorar la calidad de vida del vecindario” y ha asegurado que mantendrán “la esencia” de casa fábrica de Can 60, la vivienda que hay y harán equipamientos públicos para el barrio.
También ha destacado que con esta operación se podrá “preservar el patrimonio industrial de la ciudad y de la Ciutat Vella, así como la memoria obrera e industrial” de Barcelona.
Pin también ha destacado la importancia de la actuación “por la presión inmobiliaria que tiene actualmente el distrito de Ciutat Vella y, en concreto el barrio del Raval, y por el hecho de poder contar en este lugar con equipamientos y viviendas públicas, que son un elemento central para poder contribuir a la mejora de la calidad de vida de los vecinos y vecinas”.
Según el ayuntamiento, a partir de este momento se comenzará a trabajar en la redacción del proyecto funcional del edificio para ver cuáles son los usos más adecuados para el espacio.
Una vez esté definido este proyecto funcional, se podrá empezar a trabajar en el proyecto de rehabilitación del mismo, manteniendo su esencia de casa-fábrica.
Larga reivindicación
‘Salvem Can 60’, la plataforma de vecinos, que agrupa a todos los colectivos y a las dos familias afectadas, presentó una propuesta al ayuntamiento en enero para la adquisición y modernización de la finca, con un análisis arquitectónico gentileza de Arquitectes de Capçalera –formada por profesores y estudiantes de la ETSAB-UPC– y el apoyo de entidades con solera como la Fundació Tot Raval y Sostre Cívic. Planteaban rehabilitar el espacio y combinar las actividades actuales con viviendas públicas en régimen de cesión de uso, gestionando el conjunto de forma público-privada mediante una cooperativa.
Este verano la plataforma volvió a lanzar un mensaje público de auxilio ante el “inminente desalojo” que se veían venir. En un manifiesto conjunto enjulio, la plataforma agradecía “el esfuerzo municipal” por negociar con la propiedad y celebraba la futura catalogación de otras casas-fábrica del barrio, pero instaba al distrito de Ciutat Vella a implicarse hasta el fondo con la adquisición de la finca: “La nueva política ha de basarse no en parches sino en proyectos sólidos y de base bien estructurada, que deberían implicar un cambio radical del paradigma presente”, concluían.