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La Casa Vicens de Gaudí abrirá en otoño de 2016

La propiedad, MoraBanc, relata a un medio especializado los preparativos para abrir al público la primera casa diseñada por el genio modernista

Vista de la gaudiniana Casa Vicens y su icónica reja en forma de 'margalló', en la calle Carolines 24

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La laboriosa restauración de la Casa Vicens de Gràcia (Barcelona) avanza poco a poco, para reconvertir la primera vivienda que diseñó el arquitecto modernista Antoni Gaudí en una casa-museo visitable. La banca andorrana MoraBanc adquirió el inmueble en marzo de 2014 a través de su sicav inmobiliaria Amura Capital con la voluntad explícita de abrirlo al público por primera vez y como inversión a largo plazo. Desde entonces han trascendido pocos detalles sobre el proyecto. Sin embargo, la semana pasada Mercedes Mora, executive manager de la Casa Vicens y cuarta generación al frente de la entidad financiera, hablaba con la revista especializada en patrimonio Iconic Houses para relatar cómo evolucionan los preparativos.

Mora asegura que equipo técnico y propiedad "trabajan para abrir la Casa Vicens como casa-museo a finales de 2016" y confía que la restauración esté completada "en otoño" de ese año. La museografía tendrá como misión "presentar la primera casa de Gaudí, mostrándola como una obra esencial para entender su lenguaje arquitectónico único y el desarrollo del modernismo en Barcelona". "Esto implica transformarla del edificio residencial estrictamente privado que ha sido hasta ahora a un museo", añade. Avanza que tras la restauración "se podrá ver la casa diseñada por Gaudí casi idéntica a como el arquitecto la entregó a su cliente en 1888", a pesar de que algunos elementos de la decoración original fueron suprimidos o irreversiblemente alterados durante el largo siglo que tuvo un uso 100% doméstico y que gran parte del jardín se vendió a medida que se edificaba la zona. Además de explicar la obra y su ornamentación –que alude a la naturaleza que rodeaba la finca, en la periferia de la villa independiente de Gràcia a finales del siglo XIX– con "herramientas interpretativas para todas las edades", estudian "convertir algunos espacios en centro sobre la diseminación del modernismo y la arquitectura catalanes".

La Casa Vicens está llamada a convertirse en una nueva atracción cultural de la ciudad, como La Pedrera, la Casa Batlló y la Sagrada Familia, que atraen a millones de turistas cada año. Por ello, Mora advierte que "las altas ratios de visitantes esperadas y las restricciones físicas del edificio imponen una reflexión sobre posibles riesgos". Más allá del aforo limitado que ofrece las cuatro plantas de la casa y el jardín –en total 1.200 m 2 –, situados en la estrecha calle de las Carolines número 24, la propiedad rehuye la masificación en el interior y el entorno de la casa y aboga por visitas planeadas con suficiente tiempo y profundidad: "Para nosotros la calidad de la visita será siempre más importante que el número de visitantes". "Actualmente la tecnología ofrece la posibilidad de planificar su visita con antelación para asegurarte que tendrás acceso a la casa cuando vayas para evitar la frustración de esperar en una cola o no conseguir entrar", avisa.

Un equipo multidisciplinar, detalla, se encarga de la adaptación y rehabilitación, que se financia exclusivamente con fondos privados, como también sucedió con la gaudiniana Torre Bellesguard. Incluye especialistas en museología, marketing, investigación, finanzas, organización y comunicación. Marta Antuñano está al cargo de la coordinación artística y museográfica, mientras que los arquitectos Elias Torres, Jose Antonio Martinez Lapeña y David Garcia dirigen la restauración. El director de la Fundació Rafael Masó de Girona, Jordi Falgàs, realiza el proyecto museográfico.

Gaudí recibió el encargo de Manuel Vicens i Montaner, dueño de una fábrica de cerámica, que le pidió un chalé estival. Con una notable influencia arabizante, el arquitecto concibió la Casa Vicens como un proyecto integral –como haría con multitud de obras posteriores–, integrando el jardín, las verjas exteriores, la fachada y el interior en una obra de arte única y coherente. Desde 1899 hasta 2014 perteneció a la familia Herrero-Jover, que la adquirió a la viuda de Vicens y la utilizó como primera residencia. La tercera generación la puso a la venta en 2007 a través de una inmobiliaria británica, que promocionaba la transacción mediante una web -aún consultable- sólo disponible en inglés, ruso, árabe, japonés y chino, además de anuncios en la prensa internacional en los que ofertaba el inmueble por 35 millones de euros. El importe fue bajado a medida que transcurrían los meses y no surgía comprador, pero no se ha revelado por ahora la cantidad que finalmente abonó la entidad andorrana.

Fachada de la Casa Vicens de Antoni Gaudí, en la calle de las Carolines (Barcelona)

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Antonio Herrero fotografiado en 2002 junto a su padre en el interior de la Casa Vicens, donde vivieron

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