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Todas las promesas electorales que debería cumplir Ada Colau

Una Diagonal sin coches, 200 millones para cambiar el modelo energético y un abono que incluye alquiler de coches y bicing han sido algunas de sus propuestas

Decía Ada Colau en el cierre de la campaña que no quería participar "de ningún tipo de mercadeo postelectoral", que sólo gobernaría si era la lista más votada. Las urnas han cumplido sus deseos. A medias. Porque el fragmentado panorama en el Ayuntamiento de Barcelona impide que nadie dirija el consistorio sin acuerdos con al menos otras dos formaciones. Y la líder de Barcelona en Comú ya tiene alguna idea de a quién llamar primero.

"Creo que los votantes del PSC y ERC merecen saber si sus votos servirán para apoyar a un alcalde o a una alcaldesa, a un gobierno de izquierdas u otro de carácter continuista, el de las privatizaciones de los servicios públicos", reclamaba Colau hace escasamente dos días.

Cualquier pacto significará inevitablemente tener que renunciar a una parte del programa. Ada Colau se ha significado durante toda la campaña por sus propuestas de futuro, sorprendentes en algunos casos, como el día que garantizó una moneda propia para Barcelona.

En pocos meses, Colau ha pasado de cara visible de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) a principal líder política de la capital catalana gracias a un estilo aguerrido, preocupada por las necesidades sociales más básicas. La siguiente fase es empezar a cumplir lo que prometió, algo que se espera de todos los gobiernos democráticos pero que demasiadas veces no se cumple.

Una Diagonal sin coches (sin prohibir, dando alternativas) y convertida en eje verde, 30 guarderías públicas más en cuatro años, 120 millones para invertir en 12 barrios en 24 meses, 200 millones para cambiar el modelo energético, recuperar la Llotja de la calle Avinyó como escuela de arte, un abono de transporte público que incluye alquiler de coches y bicing  o crear una oficina anticorrupción con denunciantes anónimos son algunas de las iniciativas que ha anunciado Ada Colau en las últimas semanas.

Barcelona en Comú ha prometido crear un operador municipal para comercializar la energía con el propósito de romper el monopolio de lo que califica como "lobbys energéticos" y promover la instalación de placas solares, sustituir farolas de diseño por otras más modestas pero más eficientes y remunicipalizar la gestión del agua en la ciudad.

Invertir en los barrios de Marina-Zona Franca, La Bordeta, Besòs, La Pau, Trinitat Vella, Bon Pastor, Verdum, Roquetes… estará entre las prioridades de la primera mitad del mandato de Ada Colau y su gobierno con la idea de poner freno a "las crecientes desigualdades que padece los ciudadanos de Barcelona".

"Los tiempos de las grandes obras faraónicas ya quedaron atrás", ha dicho la líder de Barcelona en Comú, quien reivindica "una urbanismo a escala humana. En estos momentos son necesarias muchas obras pequeñas en todos los barrios de la ciudad".

El Código Ético presentado en plena campaña plantea que todos los concejales han de presentar sus declaraciones de la renta en la web del Ayuntamiento, comprometerse a limitar sus ingresos a 2.200 euros al mes, dedicarse a la política únicamente durante dos mandato (prorrogables de manera excepcional a un tercero), renunciar a los coches oficiales o no acceder durante al menos cinco años a cargos de responsabilidad de empresas creadas, reguladas o supervisadas por el Consistorio.

La T-Ambiental es el nuevo abono mensual para el transporte público que han prometido crear desde Barcelona en Comú. La tarjeta permitiría realizar un número ilimitado de viajes en autobús, metro, tranvía, Rodalies y Ferrocarrils de la Generalitat, además de poder usar el Bicing y alquilar un coche. Su precio sería de cincuenta euros, y podría emplearse en las tres primeras zonas metropolitanas. La de seis zonas costaría cien euros.